Rompe Corazones 『PJM & JJK』

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Era como la tercera o cuarta vez que Jungkook le empotraba contra la pared en lo que llegaban la habitación de Jimin, y era casi imposible soportar la excitación que recorría los cuerpos de los dos jóvenes en aquel momento, mas no podían simplemente quedarse allí en el pasillo debido a lo incomodo que podría llegar a ser aunque parecía que a Jungkook realmente no le importaba donde lo hacían ya que llevaba el completo control de la situación con movimientos demandantes contra su menor.

-Jungkook... detente, vamos a la habitación. -rogó con voz grave al sentir como Jungkook adentraba sus manos en su ropa interior buscando tocar su miembro.

Entonces en el momento de que Jungkook estuvo distraído en mirarle, cambió posiciones dejándole a él contra la pared.

-S-Si sigues así realmente no soportaré llegar a la habitación. - Jungkook sonrió para deslizar sus labios por la mejilla de Jimin y lamer parte de ella sin permiso alguno.

-¿Crees que me importa Jiminie? -susurró con una sonrisa burlona y empezando a desabrochar sus pantalones con ímpetu.

Jimin entendía a lo que se refería así que aprovechó y con fuerza para tomar a Jungkook y llevarlo hasta su habitación la cual se encontraba a unos cuantos pasos de ellos. Una vez dentro, Jimin cerró la puerta con fuerza para seguidamente estrellar la espalda del castaño contra ésta.

Empezaron a besarse sin intenciones de parar, al mismo tiempo que Jungkook jalaba los cabellos de jimino escuchándole soltar gruñidos los cuales le servían de aliento a seguir cada vez más. Jimin tembló en su lugar dejando a Jungkook tocar el piso de nuevo al momento de que éste pasaba su lengua delineando sus clavículas y sintiendo lo áspero y húmedo del musculo.

Jungkook aprovechó para deshacerse de su camiseta y botarla por alguna parte del suelo de la habitación, metió sus manos debajo de la de Jimin tocando así su piel de forma lenta y paciente, concentrándose en acariciar con precisión cada parte de piel que iba descubriendo a medida que la prenda iba ascendiendo por su torso hasta dejarlo completamente desnudo.

Jungkook se relamió los labios ante Jimin y se lanzó a besarle el cuello como si fuese un imán hacia su cuerpo. Jungkook se encontraba perdido ante sus acciones, amaba sentir el control de la situación con alguien como Jimin contra su cuerpo, sentirse demandante contra el.

Y era cierto, por un momento pensó que él era el que mantenía el control de la situación, pero entonces Jimin jaló bruscamente su cabello haciéndole soltar un quejido adolorido, hizo que se pusiera a la altura de su rostro y le susurró con agresividad:
-¿Recuerdas que me dijiste en el auto que aún no habías terminado? Entonces ahora quiero que te acuestes en la cama Jungkook, me encargaré de ello.

Jungkook sonrió complacido y caminó hasta la cama de Jimin cubierta de sabanas negras. Se deshizo de sus pantalones bajo la deseosa mirada del más mayor. Jungkook se tendió sobre la cama boca arriba, pasando la palma de su mano desde su cuello, hasta su pecho ascendiendo por su cintura y arañándola junto con su cadera.

Abrió sus piernas encontrándose a Jimin, el cual el miraba atento a cada uno de sus lentos y tortuosos movimientos. Jimin sentía la necesidad de tocarle, de acercarse más y creciendo cada vez más sus deseos hacia Jungkook al ver como se mordía el labio inferior y con su mano tomaba la suya para posarla sobre sus muslos y pasearlos con necesidad.
Jimin sentía cada vez mas que no podía soportar el solo ver a Jungkook, disfrutar de la excitante vista no le era necesario. Jimin se inclinó sobre el cuerpo debajo suyo y respiró sobre su cuello, haciendo a Jungkook jadear con necesidad.

Jungkook llevó sus manos hasta la espalda de Jimin, acariciando parte de su piel, sintiendo y delineando los músculos de ésta mientras le empujaba más contra su cuerpo provocando que la fricción entre piel y tela fuese más intensa, sintiendo las placenteras sensaciones de fricción en su parte baja.
Jimin se levantó levemente y empezó a acariciar los costados de la cintura ajena, deleitándose con los jadeos que soltaba con cada pequeño roce entre sus cuerpos.