"Hermosa Melodía" [DOA]

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Título: Hermosa Melodía
Personajes: Sigma, Nikolai Gogol, Fyodor Dostoyevski.
Género: ¿Fluff?



Ante un día agotador, Sigma vuelve a casa.
A pesar de que podría pagarse su propia casa sin problema alguno, vive junto a la entera Decadencia, ésto a petición de Fyodor.
Era un sentimiendo levemente reconfortante saber que, aunque no fuese un necesitado de sociabilidad, nunca estaría solo.

Entró a la gran casa, y sintió una paz inigualable, una paz que nunca pensó poder sentir en aquel lugar específico.
Las paredes eran adornadas por un naranja rojiso consecuencia del aterdecer afuera, las luces estaban apagadas ya que aún era de día, aroma a limón, quizas Ivan había cocinado algo, no lo sabía.
Sigma agudiza un poco el oído, y a lo lejos, en una de las habitaciones que no llegaba a ver desde ahí, escucha un hermoso sonido.

Sigma era el tipo de hombre que disfrutaba de la música tranquila, pero que al mismo tiempo podría hacerte bailar una elegante pieza.
Con algo de duda en su ser, se acerca un poco más a aquella hermosa melodía que lo tenía atontado, ¿qué podría ser?
Mientras más se acerca, comienza a entender. No parecía música proveniente de un equipo, o la televisión, era algo real, algo que él mismo podría presenciar en ése instante.
Cuanto más se acerca, más evidente era, sin duda alguna, eso era un instrumento de cuerda, ¿quizás un violín? no... oía más retumbe en su interior, ¿un cello entonces?

Era un piso de la primera planta, por lo que en realidad no tardó mucho en llegar al sitio. Cuando se encontró frente a frente con una gran puerta de madera, vió a alguien más tras ella.
Un cuanto menos, pintoresco bufón que espiaba a su rey por un pequeño pedazo de luz. Sigma se sintió como alguien más de la corte en ése preciso momento.

Sin esperar nada, el hombre más joven se apresuró a hablar, "¿Qué haces aquí?", Nikolai, quien ya había notado su precencia con antelación, se giró con una sonrisa tranquila, y posó uno de sus dedos desnudos sobre los labios del chico "shhhh" le pidió mientras señalaba detrás de la puerta y le hacía espacio para ver.
Era una habitación de tamaños exagerados. En las paredes, los varios ventanales le fascilitaban la entrada a amplios, más también serenos, rayos de sol, quienes anhelaban contacto.
En ése gran salón casi vacío, a excepción de un gran piano,una mesillas, dos sofás vino, y ése "gran violín", estaba Fyodor, tocando el dicho instrumento.
Con arco en mano, lo pasaba elegantemente en un inentendible vaivén que solo él podría comprender.

Sigma miraba fascinado la facilidad que tenía el hombre ruso para hacer eso, él apenas podía tocar el triangulo.
Junto a él, seguía aquella persona con cabellos canos, quien miraba con total deleite la situación. Pocos segundos después, el mismo notó la mirada ajena posada en la suya, a lo que no bajó la sonrisa. "¿te gusta?" preguntó ladeando un poco la cabeza, y sin dejar de escuchar de fondo la atrapante melodía "está tan absorto en sus pensamientos que no nota que estamos aquí" era algo inusual en Dostoyevsky, quien siempre estaba alerta a lo que pudiera pasar.
Luego de esa palabras, el manager del casino, volvió su vista al interior de la habitación: podía decir que conocía esa canción, más no podía decir cual era, simplemente especular.

Bajo esos mechones tan oscuros como la noche, yacían ojos cerrados, cejas fruncidas, eran notas cargadas de sentimientos, cuales Sigma se atrevía a pensar, se escondían tristes significados.
Su cara pertenecía a la angustía de la tonada, pero a pesar de ello, no se detenía, seguía como si de un concierto en pleno San Petersburgo se tratase. Era admirable.

"Ciertamente, es hermoso" habló quien tenía el pelo partido en raya, respondiendo a la pregunta de antes.
´"¿Éste hombre habrá sido cellista en sus viejos tiempos?" pensó ahora, era una destreza que no podría comparar para nada con manejar un casino, pues eran cosas totalmente distíntas, pero a la vez, similares, ya que si bien, no eran realmente comparables, eran dos cosas que traían la felicidad a cada uno, quizás después de todo, si eran algo comparables.

La melodía terminó repentinamente, y Sigma se sobresaltó. "¿Debería entrar a felicitarlo?¿ o quizás disculparme por irrumpir en su privacidad?" pensaba el susodicho. "quizás deberíamos irnos" Comentó el bufón, respondiendo todas sus dudas mentales, "no podría decir si Dos-kun estará felíz de que lo veamos en su momento más vulnerable" tenía razón. Fyodor era un hombre tranquilo, más nunca se mostraría débil, y quizás esto podría avergonzarlo. Pero aún así... ¿estaba bien irse sin decir nada?
Quizás esta vez, la solución no era la más correcta, o incluso la más educada, simplemente era la más respetuosa, no les gustaría arruinar aquel momento de paz, aquel momento donde un hombre ruso tocaba un hermosa melodía.

Bungou Stray Shots [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora