04- Markitos Toys

3.2K 114 1
                                        

---------------------
| 04 |"Markitos" |
---------------------



Me estiré sobre el asiento de la camioneta de mi padre para poder observar de todos los ángulos las esquinas de la parte delantera del vehículo mientras lo ingresaba al garaje interno de la casa de mis padres, donde en el jardín trasero se festejaba el cumpleaños de mi pequeño sobrino de apenas tres años.

Apagué el aire acondicionado y con mis pertenencias en mis manos además de las llaves de la camioneta me bajé de ésta dando un saltito, fui hasta la caja de carga, la abrí y me estiré logrando apenas rozar la enorme caja que cubría el regalo para el hijo de mi hermana e hijastro de Marco.

—¡Que vengas para aquí hijo de la ve..!—Dejé de esforzarme por intentar llegar a la caja cuando oí la voz de Marco y un extraño galope suave.—América, hasta que llegas princesa.—Le sonreí a mi cuñado y me recargué en la Raptor, pero toda mi atención se centró en el pequeño y bello pony al cual él corría intentando atrapar.

—¿Qué haces?—Él observó para todos lados, cerró el enorme portón que impedía la vista de los vecinos chismosos y se acercó a mí. Acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y sin poder apartar mi mirada de sus bellos ojos, relamí mis labios.

—Intentando atrapar el regalo que me exigió que le de tu hermana a el niño.—Arrugué mi rostro haciendo una mueca de disgusto. Si de algo se caracteriza la relación de hace más de cinco años entre mi hermana Mia y Marco, es que quien exigía y creía llevar las riendas de todo es mi hermana, tratando a su ahora marido como si fuese su peor esclavo. Cerré mis ojos disfrutando de su abrazo rodeando mi cuerpo atrayéndome hacia él y del delicioso aroma que desprendía.—Te extrañé. ¿Por qué no me avisaste que tenías que irte a trabajar a Jalisco? Me hubiese ido contigo a ayudarte al menos.

Fruncí mi ceño separándome unos escasos centímetros. 

—¿Qué cosas dices?—Miré para todos lados y tras asegurarme que nadie nos veía, acaricié su mejilla, él se acunó en mi mano.

—Eso me dijo tu padre.

Negué con mi cabeza con tristeza.

—Me envió a arreglar los problemas legales de Mia después de chocar y provocar daños en cinco carros además del suyo.

—¡¿Cinco?!—Marco abrió sus ojos como platos robándome una risita.—Me dijo que un vato ebrio la chocó a ella.—Su ceño se frunció aunque tanto no nos extrañaba, no es la primera vez que nuestra propia familia nos miente.

Después de que la empresa familiar de mis padres cayera en bancarrota, se aferraron a la idea de poder volver a salir a flote con la ayuda económica que les daban los padres de Markitos y prácticamente obligando a mi hermana a mantener su relación con él, resultando un martirio para ambos después de que el amor se acabar y fueran presionados a mantener aquel lazo, además de que cada uno tenía sus relaciones fuera del reciente matrimonio y con el accidente de mi hermana que hoy cumple años.

—La borracha era ella, Marco.—Él apretó sus labios en una delgada línea. Besé su mentón poniéndome en puntitas de pie y abracé su cuello acercándolo para besar sus labios.

Después de unos segundos de disfrutar de su boca nos tuvimos que separar juntando nuestras frentes.

—Vámonos de aquí, América.—Me susurró con los ojos aún cerrados meciéndonos con lentitud.—Tengo una propuesta de trabajo en Guadalajara, acompáñame.

—Sabes muy bien que no podemos, sería muy egoísta.

—Egoísta es que ellos estén viviendo de nosotros, de mi familia, de tu esfuerzo y que aún así tengan el cinismo de dárselas de grandes ricos con éstas fiestas innecesarias, que compren hasta un pinche caballo.

—Caballito.—Le corregí provocando su risa. Volvió a besarme rápidamente.

—Sabes que si nos vamos juntos no tendrás que preocuparte de nada ni de nadie, yo te cuidaré como siempre, Am.—Mordí mi labio inferior al volver a oír el apodo que tanto me gusta que me diga, una pequeña abreviación de mi nombre frente a las demás personas que en realidad para nosotros claramente significa amor. Pero eso no lo sabría nadie, nunca.

—Lo pensaré ¿Sí? No es tan fácil.

—Y yo te esperaré cuanto tiempo sea necesario.

—Te amo.—Confesé viendo como una espléndida sonrisa aparecía en su rostro y volvía a deleitarme besando mi boca.

—¡¿Pero qué aberración es esta, América?!—Con rapidez nos separamos encontrándonos con mi tía, la típica religiosa y chismosa, observándonos estupefacta a un lado nuestro. Llevó sus manos a su boca y sentí morir por dentro cuando corrió cuan rápido sus tacones le permitieron hasta el jardín trasero donde ya debían estar absolutamente todos los invitados de la familia.

—No, no, no.—Susurré e intenté alejarme de Marco peor no me lo permitió.

—Amor ven, sabíamos que esto iba a pasar en cualquier momento.—Marco miró por arriba de mi cabeza y mojó sus labios haciendo notorio ese hoyuelo que tanto me gusta.—No, por lo visto no les gustó la noticia.—Él se rió peor cuando intenté volver a soltarme de él se puso serio nuevamente tomando mi rostro entre sus manos.—Es momento de irnos y no volver, América, es hoy o nunca. Si quieres vete tu primero, yo te ayudo y me quedo aquí a calmar todo pero ya llegó el momento que tanto te aterraba, princesa.

Lloriqueé al oír como en el jardín trasero el murmullo se hacía cada vez más fuerte, la música había desaparecido y para estos momentos toda mi familia debería estar tachándome como la perra que se metió en el matrimonio de su hermana, como la amante de mi cuñado.

—Marco.—Me quejé.

—Sabíamos en qué nos metíamos, Am. Vete y yo te sigo, vámonos a cualquier lugar lejos de todo esto y de ellos.

—¿Pero y cómo? ¿Así como si nada? ¿Dejar todo?

—Tómalo como un viaje, el comienzo de algo nuevo.—Con su pulgar acarició mi rostro, cuando oí un inconfundible retaconeo en el piso del garaje que estaba abierto de par en par, por delante y atrás, supe que debía tomar una decisión ahora o sufrir la humillación de mi vida ante mi madre.—Vamos a estar bien sino nos importa todo lo demás.

Suspiré.

—¡América! ¡Descarad...!

—Vámonos, vámonos ya.—Entrelacé nuestras manos, dejé las llaves de la camioneta en la caja y echando un rápido vistazo hacia atrás viendo como dejaba a mi madre con una mirada furiosa, a mi padre deteniéndola por los hombros para no generar un escándalo fuera de la casa, nos fuimos. Me subí al Corvette de Marco quien no dudó en arrancar y salir quemando llantas, dejando a muchas miradas detrás nuestro, ninguna bonita de seguro.—Nos van a odiar de por vida.—Cerré con fuerza mis ojos recargándome en el asiento. Sentí la mano de Marco acariciar mi muslo y buscar mi mano. 

—No importa, vamos a estar bien—Suspiré y entrelacé nuestras manos llevando la suya a mis labios para darle un beso.—Si te tengo conmigo sé que todo va a salir bien, Am, a huevo.

Asentí sin apartar mi mirada al frente, pensando en todo y al mismo tiempo en nada. Hasta que recordé el remordimiento que tenía acumulado desde hacía ocho meses, desde que acepté mis sentimientos por mi cuñado. Todos esos sentimientos de culpa se habían acabado hoy y ya no me importaba nada más que no fuéramos nosotros dos, por fin había llegado el momento de ser egoísta y pensar solo en mi, en Marco y la nueva vida que tendríamos de ahora en adelante.



°°°°

Shot dedicado a: 

Antes que éste va un OS de Kevin pero se me vino esta idea a la mente y quería hacerlo con Markitos, por eso se salta del OS 02 al 04, el próximo es del KC.

No se olviden de votar, de comentar si les gustó y hacer su pedido en la introducción. ¡Gracias por su apoyo!

-Egoxentrixa

One Shots | Los Toys |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora