Conclusiones

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_¡Todos al puto suelo! ¡ahora!

La gente se tiró al suelo de inmediato, no queriendo poner en riesgo su vida. La pelinegra hizo lo mismo y como instinto maternal, cubrió su vientre con una mano, estando junto al joven que lo había atendido hace unos momentos, quien parecía ser que temblaba mucho más que ella.

_¡El que levante la mirada...- amenazó - lo mato! - su voz estaba distorsionada, ocultando su verdadero tono de voz. El sujeto observó las cámaras que había a su alrededor y disparó a cada una de ellas, la gente se estremecía con cada disparo y cubrian sus oídos - ¡Todos a ese rincón! ¡Rapido! - apuntó a un extremo del lugar, solo ordenando a los que estaban al centro y entrada del banco.

Juliana y el cajero se encontraban más al fondo, por lo cual no se movieron de sus lugares.

_Tengo miedo...- sollozaba el hombre - no debo morir.

_Tranquilo...todo estará bien - Juliana le susurró tomando su mano para tranquilizarlo.

_Voy a ser padre...mi esposa me lo dijo hoy en la mañana - Juliana sonrió levemente.

_Yo igual seré madre...- el hombre está vez la observó y como Juliana lo había hecho, él dio un apretón de manos y le sonrió amablemente.

_¡Meta todo el dinero en la bolsa! ¡Deprisa! ¡Y no quiero ningún truco!

La asistente asentía con nerviosismo y tomando la bolsa metía todo el dinero que podía ante la vigilancia del sujeto. Pero hubo algo extraño. Al obtener la bolsa de regreso lleno de dinero. Ordenó a la chica que no mirara, ordenó a todos que no se atrevieran a siquiera mirarlo, que miraran al piso. Si escuchaban cualquier sonido, que no se levantarán o morirían allí mismo.

Ya cerca de la puerta se detuvo un instante, giró a sus espaldas y caminó hacia la pelinegra.

Juliana junto al muchacho mantenían sus cabezas gachas, se mantenían en silencio para evitar cualquier conflicto. La ojimarrón escucho pasos cerca de ella pero sabia que no debía moverse.

_¿Te crees muy valiente? - escuchó - ¡responde! - recibió un golpe en la cabeza - te estoy hablando, mirame.

Juliana levantó la mirada y el sujeto están de cuclillas frente a ella.

_Yo no hice nada - respondió, era cierto, ella habia obedecido las órdenes tal cual ese tipo había ordenado.

_¡Te escuche que me insultabas!

_Eso es ment...- la abofeteó.

_¿¡Me estas diciendo mentiroso!? - la tomó del cabello fuertemente.

_¡Dejala! - el cajero por instinto se atrevió a enfrentarlo, en ese momento supo de su error.

El sujeto soltó una risa burlona, soltando a Juliana.

_No debiste meterte - le disparó a sangre fría, directo en la cabeza.

La multitud entró en pánico, otros incluso llorando de los nervios, pero ninguno se movió de su lugar, no querían tener el mismo destino que el muchacho.

Juliana temblaba, estaba segura que iba a ser su turno, así que sólo cerro los ojos, esperando el impacto.

_Debiste de elegirme a mi...- habló en un hilo de voz el sujeto - ¿Por qué me dejaste? - preguntó - ¿Por qué lo hiciste?

_¿Que? - Juliana volvió a levantar la mirada, tenía los ojos cristalinos, no entendía a que se refería, vio como levantaba el pasamontañas mostrando su rostro poco a poco.

La pelinegra se tensó al verlo, las lágrimas salieron solas.

_Incluso llevando un hijo mío, no te importó dejarme...- veía a Juliana llorar - ¡pudimos ser una familia pero la preferiste a ella! - gritó con rencor - ¡me abandonaste después de todo lo que yo hice por ti! - vociferó ya sin importarle si podían oírlo - ¡Decías que me amabas Juliana! ¿¡donde quedó todo eso!? - estaba muy alterado, la pelinegra estaba paralizada y no dejaba de verlo sin poder creer lo que estaba asiendo - creeme que esto me dolerá más a mi...que a ti - puso la pistola en la frente de la pelinegra.

Return(Juliantina g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora