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Guarda el secreto

Valentina despertaba de su sueño por una conversación que parecía venir de unas celdas al lado de ella.

_Necesitas salir - era la voz de Daniela.

_Pero no me dan una razón, nunca nadie me ha visitado y desde que estoy aquí ningún fiscal quería hablar conmigo - esa en definitiva era la voz de Jimena - no tengo por qué salir.

_¿Quieres que te saquemos a la fuerza? Tienen que hablar contigo.

_Esto es muy extraño, si fuese una visita ¿no tendría todo el derecho de decidir si voy o no?

_Mira, no tengo por qué seguir discutiendo contigo - se escuchaba las llaves - Wendy, llevala ya sabes dónde.

_¿Que creen que están haciendo? ¿¡a donde me llevan!? ¡quiero una explicación! ¡No pueden hacer esto!

Valentina corrió hasta los barrotes e intento ver lo que pasaba. Se llevaban a la fuerza a Jimena, ¿Acaso Melani estaba detrás de esto?

_¿Que pasó? - Maria preguntaba adormilada.

_Se llevaron a Jimena.

Maria pasó de estar bostezando a ponerse sería al instante. Corrió al lado de Valentina y observó el pasillo ya vacío.

_¿Donde la llevaron? - tomó por el cuello del uniforme a Valentina.

_No lo sé, no lo quisieron decir.

_Esto es muy extraño - la soltó - ¡Maldita sea! - golpeó los barrotes. Tenia miedo de que la hayan cambiado de prisión y que ya no podría cumplir su venganza, eso en definitiva la llenaría de furia.

Habían pasado exactamente dos horas desde que se llevaron a Jimena, ahora estaban en el patio de la prisión. Cada quien estaba metido en sus asuntos y aunque la mayoría no lo crea, Valentina estaba a un lado de Maria. Bueno a una distancia de dos metros pero igual estaba a su lado.

Las miradas se dirigieron a la puerta extra que tenía el patio, viendo salir a una molesta Jimena. Maria se levantó de su asiento sonriendo con cinismo al verla nuevamente, sin embargo, Jimena buscaba con desesperación a una persona en especial, y apretó los puños al encontrarla.

Valentina tembló al ver a la chica acercarse a ella con pasó fuerte. La pelinegra vio aquello y miraba con incredulidad la situación, tal parece que la castaña tuvo que ver en lo que sea que Jimena tuvo que pasar. Sonrió al querer ver lo que pasaría.

_Felicidades princesita - la mujer aplaudia con sarcasmo - ¿Ya te fuiste con tus quejas?

_No se de que estas hablando.

_Eres una mentirosa - sonrió cínicamente - me acabo de dar cuenta que tienes mucho poder ¿sabes lo que me dijeron? ¿sabes lo que tú gente me dijo? - toda la atención estaba puesto sobre ellas y escuchaban atentas a las palabras de Jimena - me amenazaron. Me dijeron que si volvía a tocarte, mi condena aumentaría a diez años - los murmullos no se hicieron de esperar - ¿Quien eres? ¿la hija de un juez? ¿la hija de un ministro? ¿por que tenés tanto poder como para decidir si me aumentan la condena o no?

_Yo no tengo ningún poder - Valentina sintiéndose a salvo, no tuvo miedo de hablar, agradecía internamente a Melani, por que estaba segura que ella tenía algo que ver - si lo tuviera, ni siquiera hubiera pisado esta prisión, pero me alegro de tener buenas amistades que no me abandonan y que están conmigo en estos momentos.

Jimena se rió con burla.

_¿En serio crees eso? ¿En serio crees en esas personas? - se puso cara a cara con Valentina - escuchame bien niñita. Esos a los que tu llamas amigos, algún dia te van a abandonar, se olvidarán de ti y te dejarán en este lugar. Por que eso es lo que siempre hacen. Ahora te apoyan por que es el principio, pero...¿se quedarán hasta el final? No seas estúpida, no lo harán.