Otra vez me hizo ponerme la venda en los ojos. Lo escuchaba reír cada que yo me quejaba o intentaba adivinar a dónde íbamos. Después de unos minutos de trayecto, el auto se detuvo. Escuché cómo apagaba el motor y en segundos ya estaba abriendo mi puerta.
Me tomó de la mano y me guio con cuidado. Podía sentir cómo entrábamos a algún lugar techado; el aire era más fresco, seco, y resonaba un eco suave de pasos.
-¿Estas lista?
Susurró a mi oído
-¡Sí!
Respondí con emoción.
Sentí cómo desató el nudo detrás de mi cabeza y, cuando la venda cayó, abrí los ojos lentamente.
Delante de mí estaba... una pista de hielo. La misma pista en la que habíamos estado hacía dos años y medio. Vacía, completamente nuestra, iluminada por luces tenues que reflejaban el brillo del hielo.
-Liam...
Dije casi sin aliento, girando hacia él. Él sonrió con esa expresión que tanto me derretía.
-La renté solo para nosotros
Dijo, como si pudiera leer exactamente lo que pensaba. Me quedé sin palabras, con la respiración acelerada. Todo parecía un sueño.
-Vamos
Añadió, y me llevó hacia los bancos donde estaban los patines.
Nos pusimos las botas de patinaje y pronto estábamos en la pista. Al principio mis piernas temblaban, como siempre, pero Liam me sostenía de la mano con firmeza.
Patinamos un buen rato, riendo, girando torpemente y chocando de vez en cuando. Yo no podía dejar de recordar la primera vez que habíamos estado allí: lo nerviosa que estaba, las caídas y Liam aprendiendo a patinar. La nostalgia me llenaba los ojos de lágrimas, aunque intentaba disimularlo con sonrisas.
-Aprendiste a patinar mejor
Comenté entre risas, mirándolo.
-Tuve que practicar mucho tiempo
Respondió con una sonrisa orgullosa
-Ya lo noté
(...)
Después de un rato, cuando el cansancio nos ganó, nos sentamos en las mismas bancas en las que nos sentamos la primera vez. El silencio del lugar era mágico, solo roto por el leve zumbido del sistema de frío y nuestra respiración agitada.
-¿Recuerdas la vez que vinimos?
Preguntó Liam, mirándome con ternura. Asentí de inmediato.
-Cómo olvidarlo...
Dije con una sonrisa suave
-Fue cuando me confesaste lo de Ryan
Bajé un poco la mirada, recordando aquel momento.
-Sí... recuerdo que me puse muy triste cuando te lo conté, y me ayudaste a sentirme mejor
Liam tomó mis manos y me acercó hacia él
-Siempre haré eso por ti, Hailey... siempre
Lo abracé fuerte.
(...)
Llegamos al departamento y de inmediato saqué ropa para bañarme. Me sentía ligera, feliz, después de todo lo que habíamos vivido esta noche.
-Lo bueno es que es viernes
Dije estirándome con una sonrisa
-Mañana tengo que levantarme temprano, iré a entrenar con los chicos
ESTÁS LEYENDO
My Only One II
Teen Fiction"Aun te sigo amando" Liam regresa a Nueva York, después de casi 2 años de vivir en Ohio, vuelve en busca del perdón de Hailey, pero ella no sabe si pueda llegar a perdonarlo por lo que le hizo en el pasado. Palmer y Noah estarán en medio de sus cami...
