V

87 4 2
                                    

Pasaron unos días, y Hera estaba muy deprimida. Empezó a faltar a clase y sólo salía para visitar a Euronymous a su tienda y preguntarle por cómo estaba Dead. Aún tenía esperanzas de que la perdonara, pero no sabía aún cómo acercarse a él porque la evitaba constantemente. Euronymous también estaba
preocupado, pero no por Dead, sino por Hera. La veía todos los días y no se podía quejar de ello, pero el hecho de verla tan destrozada le iba comiendo poco a poco por dentro. Lo que más deseaba, era poder ayudarla, pero de algún modo u otro, ya estaba allí siempre que lo necesitaba aunque no lo pareciera.

Una tarde, tocaron a la puerta de la casa de los Eithun. Bard y Hera estaban en casa, sin embargo, fue Bard quien abrió la puerta porque Hera, no salía de su habitación a penas para ir al baño o comer algo.

-Hola, ¿está Hera?

Era Ann-Marit. Había preguntado a Metalion la dirección de los dos hermanos y no tuvo problema ninguno en presentarse allí. Se había enterado que Hera estaba muy mal y de lo que pasó con Dead y
quiso ir a hablar con ella a pesar de que ambas no tenían una muy estrecha relación aún.

-Hera está pero... Como si no estuviera, está encerrada en su habitación.

-¿Puedo pasar?

-Sí... Claro.- tras decir eso, Bard se apartó de la puerta y la dejó pasar con la esperanza de que su amiga la consiguiera sacar al menos un poco de casa, porque estaba muy preocupado. Le señaló con el dedo la puerta cerrada de la habitación de Hera y se retiró a seguir viendo películas de terror gore en la
televisión.

Ann-Marit tocó a la puerta, pero no recibió respuesta alguna, así que se tomó la total libertad de entrar sin esperar. Hera estaba tumbada en su cama, con los auriculares puestos escuchando una y otra vez los casette que Ann-Marit le prestó y por eso no había oído que llamaban a la puerta, pero sí que vio cómo
Ann-Marit se acercaba a ella, y con sorpresa, se quitó los auriculares mirándola.

-N-no te esperaba aquí...

-Lo sé. Pero tenía que venir a verte. Vamos a tomar algo, te invito.-le sonrió esperando que accediera sin rechistar.

-Gracias Ann-Marit... Pero no tengo ganas...

-Venga. Necesitas desahogarte. No quiero otro no por respuesta...-se acercó del todo a ella tras decir eso y estiró de su brazo para que se levantara de la cama.

-Vale... Está bien... Pero sólo un rato...

Salieron de la casa rápidamente y se dirigieron a pie a la cafetería más cercana. Ambas se pidieron un batido de chocolate y Hera esperó a que Ann-Marit empezara a hablar.

-Creo que deberías hablar con él. No todo está perdido. Seguro que ha reflexionado sobre ello...

-No quiere verme... Lo he intentado... Y la verdad que ya me he rendido...-bebió de su pajita mirando hacia abajo apenada.

-Euronymous me ha dicho que hoy estaba mejor, seguro que acepta que habléis, no te rindas, no creo que hayas hecho nada malo...

-¿Tú crees? -alzó la vista con los ojos humedecidos.

-Claro que sí. Sólo querías ayudarlo y ya está.-le dedicó una sonrisa para intentar relajarla. Pero para Hera era imposible creer lo que decía, además, en pocos segundos, se sintió incómoda y celosa de que
Euronymous y ella hablaran tanto últimamente, que tuvo que preguntar por ello aunque aquello le hiciera sentir aún peor de lo que ya estaba.

-¿Pasas mucho tiempo con Øystein? Sé que es rara la pregunta... Pero me da curiosidad, nada más.-se
tragó todo su malestar como pudo para no exteriorizarlo y le sonrió levemente para darle más confianza.

-Pues...-se mordió el labio inferior cambiándole totalmente la cara, como si de verdad estuviera enamorada o algo parecido.- Creo que estamos saliendo. ¿No es genial, tía?

Desafortunadamente para Hera, no era para nada genial. Enseguida se puso tan nerviosa de no poder controlar sus sentimientos que tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para no mostrárselos. Con sólo oír eso, ya se convenció por completo de que Euronymous nunca sentiría nada por ella. Quería llorar,
quería alejarse de todo y todos, pero tenía que ser fuerte y alegrarse por su amiga, porque al final, comprendió que tener amistades conlleva ese tipo de decepción y sufrimiento.

-Oh... Me alegro mucho por tí... Y por vosotros.- le sonrió forzadamente como pudo y no levantar sospechas.

-Sabía que al menos esa noticia te haría animarte un poco más... ¿Ahora tienes más ganas de intentarlo con Dead? Sé que no me lo has dicho, pero todos pensamos que estás coladita por él...

-No estoy coladita por él... Era mi mejor amigo, nada más...

-Vale, te creo. La verdad es que haríais buena pareja... Qué pena...-hizo una mueca de decepción mirándola.

-Creo que voy a irme, Ann-Marit... Tienes razón.. Debo hablar con él.-se levantó rápidamente sin saber si de verdad era buena idea, pero la verdad es que no quería estar más tiempo allí con ella y podría utilizarlo de escusa para escabullirse y pensar detenidamente sobre ello.- Gracias por el batido.

-Cualquier cosa, aquí me tienes.-le sonrió y después la siguió con la mirada contemplando cómo salía de
la cafetería a toda prisa.

Hera caminó hacia la parada del autobús aún dándole vueltas si era lo correcto. Pero no quería pensar en Euronymous y lo dolida que estaba, así que, se decidió por completo y sin pensarlo más se subió al
autobús que paraba cerca de la casa de Dead.
Cuando llegó, le sorprendió que la puerta de fuera estuviera cerrada. Intentó entrar por la de detrás pero tampoco estaba abierta. Lo más extraño, es que había una escalera que conectaba a una de las ventanas del piso superior. No entendía el por qué, si estaba el coche de Euronymous aparcado allí, por lo tanto, decidió subir por aquella escalera y colarse al piso superior de la casa. No se oía a nadie en su interior, sin embargo, cuando se acercó a la puerta abierta de la habitación de Dead, contempló a Euronymous de espaldas hacia ella.

-¿Qué está pasando aquí?

Euronymous, nada más escuchar la voz de Hera, se giró rápidamente sin tener tiempo de permitirse el pensar qué hacía allí, sólo quería evitar que mirara el incidente que había ocurrido en esa misma habitación horas atrás.

-No entres aquí, vete.-la cogió de los brazos y con fuerza, la empujó fuera de la habitación, pero Hera se resistió como pudo.

-¿Qué pasa Øystein? ¿Qué me estás ocultando?

-¡Hera! ¡¡¡Lárgate de aquí, joder!!! -la volvió a empujar hacia afuera nervioso pero ya era demasiado tarde. Hera consiguió mirar la escena que Euronymous ocultaba por encima de su brazo, el cual, con sólo un pequeño vistazo, le provocó un desmayo instantáneo.
Dead estaba muerto. Su cuerpo yacía sobre la cama junto a una escopeta. Se había volado la cabeza él mismo; Se había suicidado.
Había sangre por todas partes, y trozos del destrozado cráneo de Dead desperdigados por la cama, pero Euronymous, no estuvo impresionado al ver la escena cuando llegó a casa, porque él tenía en mente todos lo días que tarde o temprano aquello iba a suceder.
Hera fue la que reaccionó de manera totalmente normal al ver el cadáver destrozado de su mejor amigo.
Afortunadamente, Euronymous consiguió sujetarla para evitar que se desplomara en el suelo y la llevó en brazos al salón en el piso de abajo para tumbarla en el sofá. Estaba muy preocupado por ella, pero aún no quería llamar a la policía, tenía algo en mente. Algo que les marcaría a ellos como grupo. Algo descabellado que jamás contaría a Hera.

Freezing Moon (Lords of Chaos-Mayhem)Where stories live. Discover now