XX

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Los cuatro estaban sentados al rededor de la mesa, Alan solo se la pasó regañando a Grell por como se comportó con William la noche anterior, obviamente también le dijo sus cosas al pelinegro, quizás con más rabia, no sería el primer incidente entre ellos dos.

— Entonces.. ¿qué piensan decir? — Eric suspiró y miró a ambos.

— Que fue un accidente, estábamos ebrios, solo somos amigos — William respondió de inmediato apartando su mirada del pelirrojo.

— ¿Qué? — Grell miró triste al contrario, sus manos comenzaron a temblar levemente — William no puedes estar hablando encerio.. —

— Ambos estábamos borrachos, si nos besamos fue solo por eso ¿me odias, no? — alzó una ceja, nuevamente había cerrado su corazón.

— No de esa forma..  — se abrazó a si mismo.

— Como sea, solo digan eso y problema resuelto — Alan suspiró.

— Iré al baño un momento.. — Grell se levantó de su silla y a paso rápido se fue hasta el baño de aquella cafetería.

Una vez dentro, se encerró en uno de los cubículos y rompió en llanto, sabía que William negaría todo, tenía razón, después de todo ambos estaban bastante ebrios y Will no recordaba nada a excepción de él, todas las palabras que le dijo, todo lo que hablaron acerca de ellos, se fue por el caño, sabía que no debía ilusionarse, pero era complicado para alguien como el, no podía, pero siempre quería, pensaba que el imaginar su vida con alguien que amaba platónicamente no le haría daño en lo absoluto, pero sentía esa singular presión en el pecho que le decía todo lo contrario, nuevamente lo habían herido, misma situación y el mismo hombre, pensó que las cosas serían diferentes, que porfin después de tantos años el sería amado, pero no, nada de eso sería real, no habría boda, amor, ni el final feliz que tanto deseó y del que tanto soñó, quizás no con William o Eric, probablemente con nadie.

Continuaba sollozando en la soledad de aquel baño, todo su maquillaje se había corrido, tenía mares de pestañina bajando por sus mejillas, el labial rojo igual, lo tenía esparcido por toda su barbilla y manos al momento de secarse las mejillas, sus ojos estaban rojos de tanto llorar, no sabía cuánto tiempo había pasado encerrado, pero necesitaba desahogarse un poco más, calmarse, limpiar su cara, volver a maquillarse y salir del baño como si nada, aunque fuese algo obvio.

Fue cuestión de segundos que saliera, abrió el grifo y lavó su rostro con delicadeza, sonó su nariz un par de veces, luego sacó un estuche lleno de maquillaje, volvió a hacer todo este y se puso unos lentes bastante oscuros, pues sus rojos se veían aún rojos he hinchados a pesar de todo el maquillaje que se había puesto, dió un largo suspiró y volvió con el resto.

— ¿Grell estas bien? — Eric le miró preocupado, sabía que no por nada se ponía los lentes.

— Si, solo tenía.. ya sabes, necesidades básicas de una dama — sonrío falsamente.

— Si tu lo dices — suspiró.

— Tenemos que ir ya o sospechaban más — Alan se levantó de su asiento, caminado hacia la salida, siendo seguido por William y el resto.

Eric abrió las puertas y todos salieron del hotel, habían bastantes periodistas y paparazzis, algunos gritaban sus preguntas, la mayoría acerca de aquellas fotos y esa vieja foto de ambos en Londres, Grell miraba de reojo a William, se mantenía serio ante todas las cosas que se gritaban al aire.
Ambos subieron a una pequeña tarima, Grell estaba algo nervioso, se preparaba mentalmente para no llorar de nuevo y menos frente a tantas personas.

La Vie Rose -Grelliam- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora