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Un estúpido barrio.

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Joey y Chandler estaban buscando un piso por donde quedarse unos días, ya que su piso se inundó gracias a una fuga de agua de una tubería que recorría todo el piso.

No encontraban ninguna casa habitable cerca de su barrio, así que tuvieron que buscar un apartamento algo lejos de su piso, idea que no les hacía mucha gracia, porque no tendrían tiempo para ver a sus amigos entre semana. Pero cada cosa tenía sus pros. Podrían estar los dos juntos en el piso durante unos días de relax. Aunque la mayoría de veces salían a la calle para ver un poco el barrio. O iban a algunas cafeterías cercanas.

Esta vez estaban a unas manzanas del piso, era invierno y las calles estaban todas cubiertas con una fina capa de nieve. Mientras, daban un paseo de la mano por unas calles siempre estaban desiertas. Al cabo de un rato un chico se aproximó hacia ellos y se quedó mirando fijamente a la pareja, especialmente a Chandler. Éste tragó saliva al ver que se acercaba a él como si le fuera a dar una paliza.

—¡Eh tú! ¡Marica! ¿Qué haces por este barrio? ¿Es que no sabes que te pueden hacer daño?— dijo agarrando al rubio por el cuello de su polo ancho, dándoselo de sí y dejándole con poco oxígeno. Aquello era surrealista, jamás pensaban que una persona pudiera llegar a hacer eso a alguien que ni siquiera conocía.

—¿Se puede saber qué haces imbécil?— dijo Joey antes de que el rubio pudiera responderle.

Al momento se le abalanzó sobre él. Le empujó con fuerza y consiguió turarle al suelo. Comenzó a golpearle, Joey parecía otra persona. El desconocido pareció dejar de tener ganas de molestar, pero el pelinegro siguió golpeándole, haciendo que sus nudillos tornaran a un color carmín. Al ver esta escena, Chandler, fue a parar a Joey lo más rápido posible.

—¡Joey! ¿Qué haces?— gritó agarrando su camiseta, echándole hacia atrás haciendo que se cayera.— No tienes que defenderme, y menos de esta manera... Además era una tontería..— susurró con un tono apenado.


—Oh vamos, te quería hacer daño, y lo que te estaba diciendo, eso no era una tontería Chand...

El rubio se giró y fue de vuelta a su piso a paso rápido. Joey se quedó allí unos minutos sin saber qué hacer con el otro chico, pero al verle reaccionar se fue directo a su piso para hablar con su novio.

Chandler llegó bastante antes al piso. Justo al llegar se quitó los zapatos y la chaqueta y se tiró a su cama.

Todo le parecía tan injusto, ¿Por qué se tenían que meter siempre con él? Sabía que su pareja lo defendería, pero también sentía la necesidad de ser aceptado no solo por sus amigos, sino por los demás, ya que su familia no lo hizo así, excepto su padre. Cuando le contó a su madre sobre su relación, unas semanas después de empezar a salir con él, ahora simplemente le colgaba las llamadas, y le ignoraban.

Fue una época muy dura para él, aunque consiguió superarla junto a Joey, pero por momentos como ese todo el proceso parecía volver a empezar. Necesitaba saber que era normal. Y tanto que lo era, solo que se ponía a pensar y siempre quedaba como el raro. Un raro tan solo por sus gustos, cosas por las que nunca nadie tuvo que juzgar a nadie. Él seguía siendo humano, pero en ese momento necesitaba que alguien se lo afirmara; algo que no le gustaba para nada.

Cerró sus ojitos ya húmedos y un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas acabando en la suave tela de su almohada.

Por otro lado, Joey acababa de abrir la puerta del piso. Entró susurrando el nombre de su novio buscándole. Primero fue a la cocina, y después fue a la habitación que ambos compartían. Ahí estaba, tapando un poco más de la mitad de su cara con la almohada.

—Chandler... Aquí estás— dijo hiperventilando después de haber vuelto corriendo. Al ver que no recibía ninguna respuesta del rubio decidió hablar de nuevo.

—Dime qué te pasa, Chand— se sentó en el borde de la cama con una mano acariciando su pelo.

—¿Es que no te has dado cuenta Joey? Soy un asco. No merezco nada de lo que tengo, y menos a tí. Vamos mírame, nadie de mi familia me respeta, no soy capaz de defenderme por mí solo según todo el mundo y las únicas personas que me respetan cómo soy, son seis Joey, seis. A tí te quiere y te respeta toda tu numerosa familia y más amigos que tienes por ahí. Pero a mí no, qué va, a quién se le ocurriría semejante estupidez—

A Joey se le partió el corazón en mil pedazos. Nunca en su vida, incluso antes de su relación había escuchado a aquel lindo chico ser tan duro consiguió mismo. Tras sus palabras reinó el silencio, y lo único que se pudo escuchar fue un leve lloriqueo.

—Escúchame bien, no sabes la cantidad de gente que te quiere y te respeta por cómo eres, no solo nosotros. Y déjame decirte que tú eres igual que yo y que todo el mundo. Nada va a cambiar eso, pero personas como ese tío que nos cruzamos antes pueden cambiar la opinión que tú tienes de tí mismo. Eres perfecto Chandler, cada centímetro tuyo lo es y espero que te quedes con eso, porque nadie excepto tú puede cambiarlo. Chandler Bing, eres jodidamente perfecto.

—Te quiero— dijo Chandler con una voz apagada acompañada por unos sollozos más fuertes.

—Yo también Chand. Ya lo sabes.

Joey cogió por los brazos al menor y le levantó como pudo. Pero fue suficiente como para poder abrazarlo más fuerte que nunca. Entrelazó sus dedos con sus mechones rubios y el más pequeño simplemente se escondió en el hueco entre el cuello y el hombro de Joey. Comenzó a llorar, esta vez sin importar que se diera cuenta.

Sabía que no pasaba nada por llorar o expresar sus sentimientos, y menos con él. Después de un par de minutos abrazados en un muy cómodo silencio, Chandler se despegó, se tiró de nuevo a la cama y se secó las lágrimas.

A Joey no le gusto la idea de separarse de su novio en ese momento, así que se acomodó al lado suyo y le rodeó con sus brazos, después, el otro se dio la vuelta e hizo lo mismo. Al fin sonrió y le dio un beso en el cuello a Joey, quien se rió y empezó a juguetear con su pelo.

Aquella noche estuvo llena de mimos y besos que le recordaban a Chandler que todo lo que su novio le había dicho era verdad. Al fin y al cabo siempre estaban ahí para el otro.

✰Chanoey✰ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora