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Las Vegas.
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—¿Me estás diciendo que esta película no es la oportunidad de mi vida?— dijo Joey conduciendo hacia las Vegas con su novio de copiloto, el pelinegro estaba yendo a rodar una película en la cual él era el protagonista.

—Mira, voy a ser sincero, creo que no puedes tener la oportunidad de tu vida tan fácil, tan... no sé, seguro que esa persona tiene algo que esconder— respondió el rubio intentando ser cuidadoso. Algo que cómo no, Joey, no se tomaría bien.

Joey paró en medio de aquel puente tan característico por el que pasaban y conectó sus ojos con los del contrario haciendo que las mejillas de este delataran su nerviosismo. Chandler se esperaba una pequeña regañina, o unas palabras que le dejarían claro que él no pensaba igual.

—Fuera.

—¿Q-qué?

—Bájate, sal del coche— dijo Joey indiferente.

—J-joey estás loco?!— el nombrado solo miró al rubio y señaló la carretera con la mirada haciendo que este fuera "forzado" a salir. Este se quedó en medio de aquel extenso puente sin saber que hacer; y Joey siguió conduciendo.

Al cabo de bastantes horas, por fin, llegó a su destino. Hacía calor. Fue lo primero que este pensó. El lugar estaba desierto, no es que no hubiera nadie sino que no había nada de vegetación.

Pero tampoco estaba repleto de personas, tan solo habían dos caravanas, un coche moderno y un triste equipo de rodaje el cual estaba siendo recogido por varias personas. El pelinegro paró y dijo su nombre gritando. Un hombre, que al parecer era el director de acercó a él tranquilamente.

—Escucha... Joey, no tenemos el dinero suficiente para hacer la película todavía, puede que en una o dos semanas lo recibamos, en todo caso nos iremos— el que habló dejó al de cabellos oscuros con la palabra en la boca y se metió en aquel coche que a Joey le llamó tanto la atención.

Él solo vio un hotel situado un poco lejos de donde él estaba y fue hacia este. Al entrar se dio cuenta de que no tenía el dinero suficiente para hospedarse allí. Recorriendo el sitio con interés vio a un hombre vestido de romano, el cual posaba para una foto con la hija de algún desconocido.

No había mejor manera de quedarse allí, que trabajando allí. La verdad no le agradaba para nada la idea pero si quería rodar la película tendría que arriesgarse. Fue directo a recepción e informó un poco a la chica que estaba tras la mesa y al final, después de tener que recurrir a los "encantos de Joey" a la mujer le gustó y pensó que a la gente también le interesaría así que le dio aquel traje tan característico.

Se lo puso en el baño del hotel y se giró hacia el espejo, el casco le gustó bastante, aunque en general tampoco estaba mal, pensaba este mientras observaba su reflejo. Se lo pensó dos veces antes de salir, pero después de tener varios pensamientos sobre la película y aquel día tan "movido" que estaba teniendo que ni siquiera había terminado, se marchó a paso lento del baño y se puso a varios metros del otro chico vestido de romano.

Al rato, se le acercó una niña pequeña que tiraba de la manga de su padre para que este le hiciera una foto. Su pelo era marrón claro, y sus ojos de un color azul oscuro, con una sonrisa de oreja a oreja. Joey se acercó a esta y posó para la foto. Así fueron esa y muchas fotos más.

Por otro lado, Chandler, quién estaba preocupado por Joey, empezaba a entablar una conversación con Mónica.

—Escucha, está enfadado conmigo, esa es la conclusión— dijo el rubio dando vueltas alrededor del sofá.

✰Chanoey✰ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora