Conway al volante, se dedicaba a echar miradas rápidas a quienes iban atrás; un Gustabo que se reía a ratos sin motivo aparente y un Horacio durmiendo apoyado en la cabeza de un Volkov que dormitaba.Tenía que encargarse primero de Volkov, pues se suponía que no conocía nada de Dan y Fred, ni sus direcciones... Fue entonces a su vivienda, bajando del coche incluso solo para abrirle la puerta. El ruso le sonrió y abrió la boca, a punto de decir algo, pero deteniéndose y adoptando un semblante cortante, como si recordara algo. Finalmente entró a su casa sin decir nada.
Ahora venía encargarse de los niños; una vez más condujo hasta llegar a aquella morada que compartían, y, lamentablemente, el moreno estaba en un sueño profundo y el rubio hallaba su cuerpo débil de lo borracho que iba. Jack tuvo que levantarse y cargar al de cresta.
El ojiazul le abrió la puerta y este avanzó con el chico en brazos, depositándolo con cuidado en su cama. Se quedó viéndole inconscientemente, y Fred, lejos de considerar echarlo, atinó a coquetearle.
— Bueno, ahora que estamos los dos aquí y los niños están durmiendo… Es hora de hacer cosas de adultos, ¿No? — Interrogó mientras se sacaba el sombrero, el antifaz y comenzaba a quitarse el traje.
Conway le vió con tanta indiferencia que al contrario llegó a dolerle; se sintió como lo que probablemente era, un tío intentando provocar a un heterosexual.
— Mira, Gustabín, me voy a mi casa, y como te quedes con ganas, ni se te ocurra marcarte aquí un bella durmiente con el pobre Horacio. — Sentenció, yéndose a la salida. Entró al coche y partió.
Una vez llegó a su casa, estacionó el auto. Aún apoyando las manos en el volante, agachó su cabeza y arqueó su espalda. Acto seguido cambió dicha postura y se dispuso a fumar. Aquella noche, como muchas otras, no durmió.
. . .
Volkov despertó con una resaca terrible, llena su mente de reminiscencias punzantes. La cabeza le dolió aún más por el hecho de que su sueño fue interrumpido por la molesta alarma.
Se levantó, se duchó y se vistió con rapidez. Durante todo esto se mantuvo tenso, siempre pensando en si habrá o no dicho o hecho alguna gilipollez anoche. En ese instante su móvil sonó.
Al ver quién era, sus párpados se abrieron al completo y terminó de entrar en la realidad. Intentó usar la voz más natural que pudo, además de ignorar lo nervioso que estaba por el simple hecho de hablarle.
— Priv-
— ¿Volkov? Te has despertado bastante temprano. ¿Cómo te sientes?
— Bien. Voy en camino.
— No, quédate ahí. O, no sé, vete al salón del manga, quiero que te tomes un día libre.
— No, ¿Por qué? Estoy en perfectas condiciones para trabajar, no es la primera vez que bebo, coño.
— Te tomarás el día.
Y la llamada se cortó. El de cabellos plateados chasqueó la lengua mirando su móvil irritado y tirándolo a su cama, lugar en que se dejó caer mientras suspiraba. Era obvio que Conway no quería verlo.
Lejos de reaccionar infantilmente como en su confrontación en comisaría, se entristeció. Estaba segurísimo de que la había cagado, y tenía que averiguar con qué para hacer algo al respecto.
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@𝐓𝐡𝐚𝐭'𝐬 𝐋𝐢𝐟𝐞 ★'› [FanFic]
RandomCopas de más, un porro tras otro, cartas sobre la mesa en el conocido casino de Los Santos. ¡Qué mejor momento para hacer una apuesta que ese! Borrachos, drogados y con los bolsillos vacíos. Ah, pero aquella apuesta no trataba sobre dinero y azar; c...