El de cabellos plateados estaba ya moviéndose levemente al ritmo el opening que puso; en esta ocasión, con su mano derecha hecha puño apoyada en su pecho y su brazo izquierdo tras su torso. Esperaba a que terminara el coro para arrancar el coche, cuando una voz le detuvo.— ¡Comisario! ¡Comisario Volkov! — Corriendo hacia el auto iba alguien con quien recién se había topado. El ruso adoptó su semblante seco normal y apagó la música preparado para escuchar lo que sea que quería. — ¿Puedo patrullar con usted? —
— ¿Cómo? ¿Y eso por qué? — Interrogó extrañado; Dan siempre estaba con Fred, había una especie de pacto no dicho que indicaba que siempre iban juntos.
— Bueno, es que el subinspector Fred ha tenido que hablar con el Súper. Y, bueno… No quiero patrullar solo… — Habló con mayor detenimiento en las últimas frases, bajando un poco el volumen de su voz.
— … Súbase. — Ordenó tras escucharle, dándose cuenta de lo cortante que era lo que dijo. — No tengo problema en patrullar con usted. Para variar un poco. — Le abrió la puerta y observó al otro sonreír con sincera felicidad al ingresar. En ese instante, sintió que hizo algo bien.
Una vez la puerta estuvo cerrada, el Z arrancó hacia las calles, con un Horacio feliz y un Viktor intentando convencerse de que aquel podía ser un buen día a pesar de lo sucedido en la mañana.
. . .
El rubio estaba ya en el parking, sacando un auto para subirse en él de inmediato ocupando el asiento del piloto. Se entretuvo pensando en cómo jugaría con su superior mientras este llegaba. Estaba tardando puesto que tenía un par de cosas que hacer.
Unos cinco minutos después pudo divisar los firmes pasos de quien sería su acompañante dirigiéndose al coche. Específicamente a la ventanilla que daba al ojiazul, para inclinarse hasta poder verle.
— Baja del coche, capullo. — Demandó al instante. Gustabo sabía que algo así iba a pasar, pero le gustaba demasiado joder como para detenerse ahí.
— ¿Qué pasa? Perdóneme pero no veo nada de malo en conducir yo una vez. Descanse los músculos, que tiene usted ya una edad. — Se explicó con aires de sabiduría. Al ver la mirada del contrario, sintió la necesidad de poner el seguro a las puertas, pero no le dio tiempo.
— A ver, hijo de puta. Vas a tener que aprender a obedecer, sino te voy a degradar. — Abrió la puerta en que se encontraba el menor, tomándole por el cuello de la camisa para sacarlo del vehículo. — Yo. Conduzco. —
— Venga va. Se ve que no está de buen humor. — Entonces, sintió que vió la oportunidad; especialmente en la cercanía de sus rostros. — Perooo… Eso yo lo puedo cambiar, ¿Eh? Nos vamos a los vestuarios, y en un momento le- —
— Entra, mariconetti. — Le interrumpió mientras le soltaba. Se mantuvo mirando al rubio unos instantes, pues había usado un tono más coqueto de lo usual, pero decidió no darle mayor importancia.
Se sentó al volante y esperó a que el contrario subiera a su lado. Prefería patrullar solo, pero cambiar la rutina nunca estaba mal. Además, era un psicópata como él, ¿Qué podía salir mal?
. . .
› hay que ir a por DROGA
PERO GUSTABO ‹
› que viven la vida muy tensos, si queremos que caigan in lof debemos hacer que se suelten un poco
Son nuestros superiores ,eso es ‹
doblemente ilegal..
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@𝐓𝐡𝐚𝐭'𝐬 𝐋𝐢𝐟𝐞 ★'› [FanFic]
De TodoCopas de más, un porro tras otro, cartas sobre la mesa en el conocido casino de Los Santos. ¡Qué mejor momento para hacer una apuesta que ese! Borrachos, drogados y con los bolsillos vacíos. Ah, pero aquella apuesta no trataba sobre dinero y azar; c...