— Entonces… — Susurró el mayor, no sin antes mirar de reojo las cámaras y dando por hecho que incluían un micrófono. — Tú al niño asustado y yo al fósil mamadísimo.
— Pero, Gustabo… Eso es un tema serio, no sé yo si sea buena idea-
— ¿Qué haces con las apuestas Horacio?
Horacio estaba casi afónico de tanto griterío que había dado cada que perdió, pero cuando su hermano le hacía tal pregunta, responder simplemente le surgía; más aún bajo los varios efectos de todas las sustancias que había ingerido aquel día.
— ¡¿Qué haces con los problemas Horacio?!
— Los problemas me los como. — Dijo dando un golpe muy débil al aire.
— ¡NO SE TE ESCUCHA HIJO DE PUTA!
— ¡Los problemas mE LOS COMO Y LAS APUESTAS LAS GANO! — Si no le echaron del casino fue porque, sorpresivamente, estaba vacío.
. . .
La comodidad de estar en su cama abrazado al rubio no se la quitaba nadie, pero tampoco la increíble resaca que le pega al bebedor primerizo. Tras sentir su respiración chocar con la contraria, abrió los ojos y se encontró con el rostro de quien le acompañaba.
Se separó con cuidado, sentándose al borde y apretando su cabeza con sus manos, aliviando así el dolor de manera casi imperceptible. Volteó entonces hacia el contrario, y se encontró con su mirada y sus labios separándose.
— Tío, no recuerdo una mierrrrda. Me podría haber comido un culo y ni lo recuerdo, joder. — Mintió a medias; pues cosas había olvidado, pero lo único que prefería haber sacado de su cabeza, lo recordaba.
— No me jodas, Gustabo. ¿En serio te has olvidado? — Bostezó, rascándose la cabeza. — ¿De nuestra apuesta? No te preocupes, que si has olvidado, yo te lo puedo recordar…
— ¿Tú te acuerdas? No me jodas, tío, si no has bebido en tu vida y lo recuerdas, qué mentiroso. Venga, cuéntame, invéntate algo. — Parecía que el sueño se le había ido en un segundo.
— Tú, tú — Se paró solo para señalarlo — Me hiciste una apuesta, de quién lograba salir con alguien primero; si tú con el Súper o yo con el Folkof. — Hizo una pausa antes de seguir. — Folcoffffffff. Y tú, tÚ, me insististe en aceptar, ¡Ojo que yo no quería! Pero ahí estabas con tu pico de oro…
— Tío, estábamos borrachos… Drogados… ¡Va, que estábamos todos alucinógenos y decíamos tonterías!
— ¡Eh! — Antes de continuar, soltó una risa por el mal uso de la palabra que hizo su congénere. — Mira, Gustabo, una apuesta es una apuesta. Y, no se vale ir y pagarle mil euros por salir contigo un día, ¡Has de enamorarlo! ¡E-na-mo-rar-LO! Si ganas, dejo el cruising por dos meses, y si gano yo, vas a hacer cruising por dos meses, tODOS los días.
El mayor suspiró, soltando quejas y después una risa desenfrenada, a la cual se unió su compañero. Sí, estaban mal de la cabeza, pero no rieron sin razón; se les sincronizó el pensamiento de la tontería que habían apostado y lo divertido que les parecía el hecho de que en verdad lo iban a hacer.
O V E R
ⁿ;- Suelo odiar los capítulos que no tienen nada de salseo ni toqueteos, y acabo de hacer uno, jAJAJAJA, en fin, la hipocresía. Si no les molestan los capítulos así, háganmelo saber.
ⁿ;- Salió más corto que tu polla, pero los siguientes planeo hacerlos más largos, no se me preocupen.
ⁿ;- Bye bye baby blue.
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@𝐓𝐡𝐚𝐭'𝐬 𝐋𝐢𝐟𝐞 ★'› [FanFic]
DiversosCopas de más, un porro tras otro, cartas sobre la mesa en el conocido casino de Los Santos. ¡Qué mejor momento para hacer una apuesta que ese! Borrachos, drogados y con los bolsillos vacíos. Ah, pero aquella apuesta no trataba sobre dinero y azar; c...