¿Qué es una roca más allá de polvo, materia inerte y minerales cristalizados?
A priori se puede pensar que por sí sola no aporta nada. Carece de movimiento, belleza y de vida, aunque también depende de qué tipo de roca te venga a la mente cuando te paras a pensar en ellas.
Pero este viaje le había enseñado algo importante, algo que en verdad no buscaba ni pensaba encontrar. Después de tanto caminar, de todo lo que había tenido que recorrer hasta llegar a esa escalinata, todo lo que había tenido que dejar atrás (incluso sin analizar el coste real de aquel viaje, el precio de haber salido aquella mañana de su casa resultaba bastante evidente). Después de cada suspiro y momento de incertidumbre, en aquel momento de soledad y pequeñez, Lier comprendió que una roca es mucho más de lo que una mirada carente de visión podría vislumbrar.
En todos esos meses que habían compartido juntos, había podido comprobar que una roca era esencial para construir, y no me estoy refiriendo a edificaciones y arquitecturas complejas o aburridas, no. Podía edificar rincones del alma que hasta aquel momento se habían mantenido salvajes e inexplorados. Allí donde antes no había más que caos, ahora existía un orden alocado y en ocasiones confuso. Existían paredes rocosas que, tal y como hacían los gruesos y firmes muros de una catedral, daban refrigerio al acalorado temperamento de una colérica desatada. Paredes robustas que brindaban refugio de las tormentas que tan frecuentemente se levantaban en un alma cansada y turbada. Suelos firmes donde caminar y encontrar un fundamento y un eterno camino de regreso a casa. Pero también había laberintos, largos y retorcidos pasillos de pensamientos enmarañados que llevaban en ocasiones a confusión y en ocasiones a felicidad. A veces te hacían chocar con la inseguridad fría y áspera de frente y a veces te llevaban a las puertas de la certeza. Pero todos ellos tenían un mismo centro y ese era siempre él.
También había descubierto que una roca podía ser preciosa en su imperfección, un diamante en bruto como solían decir, que necesitaba ser pulido y tallado para alcanzar todo su valor. Pero estaba en las manos del minero y no del joyero el no desecharlo en las profundidades de la tierra, donde la luz escasea, el aire es denso y junto al sonido de los picos juega, arrítmico, el latido de un corazón agitado por el esfuerzo. Con la mirada fija en el primer escalón y con los ojos desbordando lágrimas había comprendido que en todo ese tiempo, ella no había sido otra cosa que un minero buscando oro puro, desechando rocas preciosas sin apreciar el valor de lo que tenía entre sus manos. Porque en eso se había convertido él para Lier, en una roca que necesitaba recuperar desesperadamente.
Se preguntaba si ya era demasiado tarde, si el tiempo una vez más había jugado en su contra y le había hecho perder, como en tantas ocasiones, otra partida. Mientras comenzaba a subir los desnivelados escalones pensó en todas las cosas que calló, en todas aquellas cosas que tuvo la oportunidad de decir y nunca dijo. Todos los besos que necesitó lanzar y en vez de eso, había atado en lo más profundo de su corazón. En todas las veces que quiso abrazar y por orgullo no lo hizo. Recopiló todas aquellas cosas, las entretejió en su mente como una red de acero puro y las lanzó dentro de sí. De pronto, un fuego abrasador la atrapó recorriendo todas sus terminaciones nerviosas, inundado hasta el último rincón de su cuerpo. Nunca tuvo el valor de decirle que le amaba, pero aquella noche, en lo alto de la escalera, apretando el pomo con fuerza entre sus delicadas manos y acompañada de un manto de estrellas, supo que había encontrado el valor necesario para terminar lo que había venido a hacer.
Pero no adelantemos acontecimientos, ya que este es solo el final del viaje.
Nuestra historia comienza, en realidad, muchos meses atrás. Y lo hizo como las grandes historias de amor lo hacen: con una mirada, un roce en la mano y una caída en el barro.
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Celesthöll | La llave de los mundos
FantasyLier se despierta sin memoria y en un mundo totalmente desconocido y en guerra. Mientras intenta averiguar quién es vive como refugiada del Rey Fimer de Miradoth. Su vida cambia el día que conoce a David, un joven soldado que resulta ser la llave qu...