Capítulo 75

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Fausto y yo salimos del edificio y nos juntamos con los equipos que dejamos en los autos.

"Vamos a entrar" Al escucharme bajaron del auto.
"Ustedes siete vienen conmigo. Los demás quedan de guardia afuera, si necesitamos refuerzos los llamo. Uno que nos ayude a trepar el paredón."
Con la ayuda de quien nos hacía pie uno a uno fuimos trepando el paredón. Yo entré primero y luego los demás. Teníamos una larga extensión de parque hasta llegar a la casa. Miré las ventanas, asegurándome que nadie nos viera. La mayoría estaba con las cortinas corridas pero me preocupaba el ventanal de la sala que era más grande.
"Acérquense a la casa por distintas direcciones. Vayan cubriéndose en los árboles y pongan atención a las ventanas. Cuando lleguen a alguna puerta entren con cuidado"
Fausto y yo nos quedamos juntos y avanzamos. Todo iba bien y cada vez estábamos más cerca de la entrada secundaria de la casa pero de pronto vi movimiento tras el ventanal y comenzaron a dispararnos. Uno de los nuestros fue herido y los demás comenzaron a disparar a esa ventana aunque no veían un blanco.
"¡No pierden tiempo disparando ahora! ¡Tenemos que entrar rápido!" Comencé a correr y los demás me siguieron. A medida que nos acercábamos a la puerta se hacía imposible que nos dispararan desde esa ventana. Pero ahora los disparos también venían de una ventana al lado de la puerta y otro fue herido.
Entre varios pateamos la puerta y cedió abriéndose. Teníamos tres hombres en frente pero nosotros éramos siete y los eliminamos antes de que pudieran herir a alguno más. Nos dirigimos a la sala donde había más hombres disparando, mientras el resto se tiroteaba yo permanecí cubierta tras la pared y vi como el mariscal con dos de sus guardaespaldas desaparecía por un pasillo.
"Cúbranme"
Le avisé a Fausto y fuimos tras ellos. Se dieron cuenta que los seguíamos y dispararon. Empujé a Fausto antes de que una bala pudiera darle a la vez que disparé dándole a uno de los guardaespaldas justo antes de que cerrara una puerta.
"Gracias" Había gratitud en su voz.
"Tenemos cosas que hacer, después me agradeces" Hablé apretando los dientes. Me lancé a la puerta tras la cual habían desaparecido. En la sala seguían luchando a juzgar por los tiros de fondo. Por supuesto la puerta estaba cerrada con llave. Di una patada furiosa y se abrió pero en seguida me puse a resguardo de las balas que salían de la habitación. Fausto que estaba más atrás eliminó a uno y yo hice un cruce rápido por la puerta dándole al último guardaespaldas que quedaba pero desafortunadamente solo fue en el brazo. A la pasada pude ver que el Mariscal estaba abriendo algo así como una puerta escondida dentro de la habitación. Si no entrabamos rápido el maldito se iba a escapar. Le hice la seña a Fausto que me cubriera y me dispuse a entrar pasara lo que pasara. Antes de que pudiera reaccionar le di en la cabeza al guardaespaldas que había herido antes y cuando estaba por concentrarme en el Mariscal sentí una bala adentrarse en mi brazo. Me resguardé y cuando podía disparaba al pasillo descubierto tras la puerta. La puerta se estaba cerrando y cada vez tenía menos ángulo pero logre darle aunque no sabía dónde.
"Maldita sea Fausto para esa puerta" Sabía que si esa puerta que se cerraba automáticamente terminaba de bloquear la entrada no íbamos a poder abrirla a patadas. Fausto se fue a un costado y comenzó a disparar contra la puerta probando en diferentes lugares. Yo disparaba a lo poco de abertura que quedaba y decidida, esquivando balas del Mariscal me fui acercando para poder entrar. Si esa puerta se cerraba yo iba a quedar del lado que tenía que ser. Sorpresivamente la puerta se detuvo así que tenía más margen para llegar hasta el Mariscal. Sus balas se hicieron más espaciadas, como si hubiera empezado a alejarse además de disparar. En un par de rápidos movimientos pude entra al pasillo y le disparé en una pierna. En seguida Fausto también le apuntó. Sabía que no iba a bajar su arma así que gracias a mi buena puntería pude darle en la mano que la sostenía haciendo que cayera de ella. Con Fausto cubriéndome me acerqué. Ignorando el dolor, la quemazón de mí brazo y la sangre que brotaba.
"¿Qué te parece si volvemos a tu oficina?" Apuntándole e indicándole el camino con mi otra mano.
"Me parece el lugar adecuado para discutir" Disimulando el dolor de los balazos caminó lentamente hasta salir de ese pasillo y estar de nuevo en su oficina. Se iba a sentar en su escritorio pero lo detuve.
"No, no...Probablemente tengas un arma debajo de ese escritorio. Siéntate acá" tomé una silla y la puse en el centro de la oficina.
"Hay pocos trucos que funcionen contigo" Dijo sonriendo mirando mi herida. "Pero dame el crédito de ser el primero en haberte dado un balazo"
"Tienes ese crédito"
"Estás perdiendo mucha sangre, deberías hacerte un torniquete" Aun tenía esa seguridad y poder en su voz, esa malicia desagradable.
"No te preocupes por mí, tienes tus propios problemas"
"Oh, sí....Hola Fausto, veo que te ha enviado tu padre"
"No fue muy cortés matar a uno de los nuestros rompiendo el pacto de no agresión"
"Que puedo decir....Me jode cuando gente de otro está en mi territorio. Seguramente ustedes habrían hecho lo mismo"
"Nosotros honramos nuestra palabra"
"Fausto anda a la sala a ver cómo están las cosas" Asintió y se fue.
"Aunque hayan matado a todos los hombres ahí, los que estaban en esta casa no son los únicos que tengo. Si me matan mi muerte va a ser vengada"
"Ya no hay nadie que quiere vengarla" Contesté con una sonrisa. "Atacamos todos tus clubs y lugares claves"
"Debo decir que estoy sorprendido... Exactamente cuántos están en esto, ¿cuántos hombres te dio Gino?"
"Muchos"
"¿Y cuánto te paga?"
"100 mil"
"¿Solo eso?... Demasiado poco por semejante trabajo. Yo puedo hacerte rica Miller. Solo tienes que matar a ese Sánchez cuando vuelva y ayudarme a salir de acá. Tenemos la vía de escape abierta" Miró hacia el pasillo descubierto por su puerta secreta.
"No me interesa el dinero, tengo todo lo que necesito"
"¿Y qué te interesa? ¿Poder, armas, mujeres, drogas? Puedo dártelo todo...lo sabes."
"Lo único que me interesa no puedes dármelo. De hecho era justamente lo que querías quitarme" Me miró sin entender pero sin preocuparse.
"¿Alguna vez quise quitarte algo? Nunca tuviste algo que quisieras"
"Es cierto pero sin saberlo ibas a quitármelo... Billie O'Connell"
"¿Qué tiene que ver esa chica?"
"La conocí antes de que me encargaras matarla...Ella es lo único que quiero"
"¿Esto se trata de una estúpida venganza de recién enamorada? Miller, pensé que eras más inteligente que eso... Si ella es lo que quieres, no hay problema. Puedo olvidar el tema de su muerte y dejarla vivir, puedo olvidar la deuda de su hermano"
"Es mucho más que eso... Tu palabra no vale una mierda. Una vez que te vuelvas a organizar la matarías a ella y me matarías a mí. No eres alguien que olvide y menos si quisieron matarte"
"Me conoces bastante después de todo..."
"El solo hecho de que hayas querido dañar algo tan puro e inocente como ella, es suficiente motivo para que dejes de respirar"
"Uh, ahora eres noble. Riendo a carcajadas. "A la mejor asesina a sueldo ahora le importa la justicia...¿Queriendo impresionar a tu "Barbie"? No lo respondí. Ante mi falta de respuesta agregó. "Si es tan pura como dices, no vas a impresionar ni a las cucarachas que viven en su departamento" Luego de reír un poco más se puso serio y me miró con desprecio. "Siempre sospeché que un día podías llegar a unirte a los Sánchez. Tenías demasiado respeto por ellos"
"Tengo el respeto que se merecen... Son otra clase de personas"
En ese momento apareció Fausto.
"Todo listo en la sala. Pero lamentablemente perdimos a John y Mike"
"Lo siento" Dije sabiendo cuanto le molestaba a los Sánchez perder a sus hombres, para ellos eran más que peones de batalla, eran sus hermanos.
"¡Que tragedia!" Dijo el Mariscal sarcásticamente.
"Acabemos con esto" Seriamente mientras que le apuntaba al Mariscal.
"¿Quieres hacerlo tú?" Le pregunté.
"Mi padre te lo ordenó a ti. Por algún motivo sé que es lo que te corresponde a ti"
Asentí y guardé mi pistola sacando el revólver.
"Miller, la mujercita esa nunca va a querer estar contigo, nunca va a querer a una asesina... Te gusta hacer esto y lo sabes" Mirándome a los ojos.
"Tal vez ésta me guste porque es la última.. y porque aparte de mi padrastro, eres el hijo de puta más grande que conozco"
Lo miré a los ojos y sin dudarlo le disparé en la cabeza. Fausto no dejó de apuntarle hasta estar completamente seguro de que ya estaba muerto.
"Se terminó" Guardando el revólver y tomando mi brazo que aún se desangraba.
"Paremos esa sangre" Se cortó un pedazo de la manga de la camisa y lo ató a mi brazo para detener la hemorragia.
"Gracias..."
"No es nada _______... Gracias a ti, por evitar que me dieran. Anda con los muchachos a informarlos. Yo voy a tomar varios papeles de su oficina" Se acercó al cuerpo del Mariscal y le quitó el anillo que llevaba con la insignia de la mafia de LA.
"Claro, pero no tardes demasiado. Tenemos que salir de acá...Yo voy a revisar que no haya ninguna cámara que nos haya filmado"
Para salir de la casa decidimos usar la salida alternativa que iba a utilizar el Mariscal, era más seguro porque corríamos el riesgo de que los vecinos hubieran escuchado disparos y salir trepando el paredón no era muy acertado. Por supuesto Fausto no dejó a los hombres abatidos en la casa, nos lo llevamos.
Uno de los hombres de Gino que era algo así como enfermero se había ocupado de mi herida. Dolía pero no era nada de lo que no pudiera recuperarme. Cuando todo pasó quedé algo mareada por la sangre que había perdido. La mitad de los hombres volvían a Chicago ese mismo día junto con los caídos para que tuvieran su funeral con su familia, la otra mitad se quedaba con Fausto en LA asegurándose que el bajo mundo supiera quien estaba a cargo ahora. Yo fui a descansar a mi departamento. Fausto insistió acompañarme porque según él tenía miedo de que me cayera por el camino y además porque estaba sin mi auto. Cuando llegué me saqué las armas sin prestar atención a donde las dejaba, tomé varios calmantes y me tiré en la cama quedando dormida a los minutos y los sueños donde aparecía Billie no tardaron en llegar.

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