Capítulo 85

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_______ POV

Volvía a LA luego de ocho largos e intrincados meses. La persona que había partido murió al pisar esta tierra de nuevo, ya no soy yo, por lo menos no soy la misma yo interior. Ese vagar sin rumbo por el mundo en busca de mi misma y del sentido de la vida me ha cambiado más de lo que creí. Me ha cambiado justamente en la forma adecuada. Encontré más que la transformación que buscaba, encontré algo de paz.
¿Dónde he estado? En realidad por tantos lugares que me llevaría más de un libro contarlo todo. Empecé por América: México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina. Aprendí Español de tanto tiempo que estuve allí pero más que eso aprendí a comunicarme con la gente. Descubrí otra forma de vivir, gente que vive en el medio del monte con solo una casa precaria y la naturaleza, cultivos y un par de animales y a pesar de las manos ajadas por el trabajo, a pesar de levantarse al amanecer, a pesar de tener solo lo indispensable sonríen y están dispuestos a darle ayuda a una extraña. Tienen su familia, a la naturaleza y son felices. Me quedé en muchas casas de campesinos y su hospitalidad, solidaridad y alegría cambiaron mi forma de ver las cosas. Por supuesto que en las grandes ciudades también vi el otro lado, las villas miserias, la droga, la desigualdad y la delincuencia. Nada nuevo para mí pero era distinto porque sabía que eso no era lo único que había. Ahora entendía que el mundo era mucho más que ese lugar oscuro que yo había visto por tantos años, ahora sabía que la bondad de Billie, la pureza de su alma estaba también en muchas otras personas, no todos eran como la escoria que yo había conocido. Así que ese paso por América Latina me sirvió para valorar la vida, la de los demás y la mía. Mientras estuve allí los locales amablemente me enseñaron un montón de recetas, otras las aprendí sola al probar los platos. Ahora sabía hacer tacos, nachos, chile, empanadas, chipas, locro, guacamole y varias cosas más.
Pero aún me faltaba algo así que seguí viajando, queriendo estar realmente cambiada para cuando volviera a ver a Billie. Así que desde Argentina me fui a Europa, pasé un corto tiempo allí aprendiendo un poco más de cocina particularmente en Francia, tal vez porque mi primera cita con Bills fue con comida francesa, tal vez porque uno de los mayores sueños de mi madre era ir a Paris y recorrer sus mercados, conocer nuevos ingredientes y nuevos sabores. Y luego pasé a mi destino final, Asía. Estuve en China, Japón, aprendí a hacer sake, sushi, arroz de diferentes maneras y diferentes formas de cocinar pescado. También en la India, conocí el Taj Mahal y varios templos budistas pero el momento más determinante de mi viaje creo que ocurrió en el Tíbet. Después de hablar con los locales sobre los senderos de las montañas y dibujarme un par de mapas con sus explicaciones emprendí mi camino en solitario por la empinada montaña. No era alpinista pero tenía una condición física excelente por lo que los primeros días de caminata no significaron mucho desgaste. Llevaba una mochila con las provisiones, una carpa y bolsa de dormir. El resto de mis pertenencias habían quedado en la casa de los locales que me habían hospedado amablemente. La idea era llegar hasta un templo recóndito, escondido en la montaña al que solo un par de extranjeros habían logrado llegar. Según dicen los más sabios monjes budistas vivían en ese templo, en constante meditación y entrenamiento de los escasos nuevos discípulos, en busca del nirvana. No sabía bien que buscaba al querer ir hasta allá, quizás que el conocimiento milenario del espíritu que poseían esas personas me ayudara a encontrar mi paz interior, quizás que alguien más cercano a la elevación me asegurara que existía el perdón para todo lo que había hecho. Quizás solo buscaba purificarme con el más complicado viaje espiritual.
A medida que pasaban los días y continuaba caminando por senderos estrechos, cornisas de montaña, acampando a la noche y soportando el frío que cortaba la circulación me fui debilitando. Se me hacía más difícil llevar la caminata durante el día, respirar a mayor altura. Pero mientras que todos los signos vitales y energía parecían debilitarse había dos cosas que se volvían más fuertes, más nítidas en mi mente desgastada por la falta de oxígeno. Una era la imagen de Billie, su rostro, su sonrisa inclusive hasta su voz y la otra eran los rostros de la familia del policía que había matado. Por esas dos cosas sabía que debía seguir, seguir hasta el final sin importar cual fuera ese final. Algunos dirían que fue un sacrificio pero para alguien como yo que sabía de duros sacrificios -después de todo había dejado que mi padrastro sacrificara mi alma, me quitara la vida metafóricamente hablando- no lo fue, fue un desafío, una meta a cumplir. No niego que tuve que llevar mi resistencia hasta el límite pero eso era algo en lo que tenía bastante experiencia.
Después de 12 días de caminata, ascenso por la montaña y búsqueda de algún sendero que me llevara hasta el templo, con principio de hipotermia, deshidratada llegué hasta las escalinatas de entrada al sagrado lugar. Creo que ahí es cuando se terminó mi resistencia porque caí en ellas, sin siquiera la fuerza para subirlas arrastrándome. Cuando volví a ser consciente de mis alrededores estaba acostada en el suelo en una especie de cama de paja, en una habitación pequeña y totalmente vacía a excepción de esa especie de cama, unas mantas que me abrigaban, mi mochila a un costado y en una esquina una pequeña estatua de buda con una vela. Me levanté y me encontré en un patio con un altar mayor a buda y varios monjes meditando. En seguida un monje joven se acercó a mí, después descubrí que era el único que sabía hablar ingles además del monje superior.
"Vamos" Me dijo en voz baja y me guio hasta una sala del templo con una mesa larga que me pareció era el comedor. Me hizo sentar y volvió a hablar. "¿Cómo se siente?"
"Mucho mejor, gracias" Hice una leve reverencia en muestra de mi agradecimiento.
"No debería estar levantada, necesita recuperarse"
"Apreció su preocupación pero estoy mucho mejor, creo que ya puedo levantarme"
"Puedo acompañarla a recorrer un poco el templo"
"Claro" Dudé un poco antes de hablar "Si no es mucha molestia... ¿podría darme una ducha?" Llevar 12 días sin bañarme no era algo que me agradara particularmente.
"Si eso puede arreglarse. Si no le molesta le prestamos algo de ropa y lavamos la que tiene puesta... Por supuesto no espere nada occidental, solo podemos darle unas túnicas"
"Lo agradecería mucho pero yo puedo lavarme la ropa"
"Deje lo hacemos nosotros. ¿Cuánto tiempo caminó hasta llegar hasta aquí?"
"12 días"
"Interesante" No perdió la inmensa calma que llevaba pero me pareció notar algo de sorpresa. "¿Cómo logró encontrar el templo usted sola?"
"Pregunté por explicaciones en el pueblo y me dibujé una especie de mapa, pero aplicar ese mapa en la montaña fue una historia completamente distinta. Sinceramente no tenía la menor idea si iba a llegar o no pero seguí caminando adonde mi instinto me llevaba"
"Aun más interesante. ¿Hay alguna razón en particular por la que haya decidido emprender el camino hasta aquí? Sabe que no solemos abrirles las puertas a las mujeres, por supuesto si llegan hasta aquí no podemos negarles nuestra hospitalidad. De hecho es la segunda mujer en la historia en llegar hasta el templo y la única persona en hacerlo sola"
"Si lo sabía pero esperaba... Estoy aquí en un viaje espiritual, una búsqueda"
"¿Búsqueda de qué?"
"De mi misma, quien solía ser. Volver a tener mi alma lo más completa posible después de todo lo malo que he hecho" Pareció estudiarme tranquilamente por varios segundos, sus ojos buscando en mi interior. Yo dejaba que viera todo lo que podía ver, no había venido ahí a ocultar nada.
"¿Buscas perdón?"
"No sé si hay perdón para mis actos"
"Cuando hay arrepentimiento siempre hay perdón posible. Pero creo que este tema debería hablarlo con el monje superior. El decidirá si puedes quedarte una vez que te hayas recuperado del todo"
"Me parece bien"
"Le pido una cosa nunca interrumpa nuestra meditación"
"Por supuesto... Oh lo siento antes..."
"No se preocupe pero esperemos que no vuelva a interrumpir"
"¿Cuánto tiempo estuve recuperándome?"
"Ya lleva dos días desde que la encontramos. Le curamos la hipotermia con remedios naturales y la volvimos a hidratar. También le dimos algo de comida"
"Muchas gracias"
"Venga le voy a mostrar un poco el templo y el lugar donde puede bañarse"
El templo era el edifico más hermoso que había visto en mi vida, parecía colgar de la ladera de la montaña, su arquitectura era milenaria y en su patio central crecían numerosas plantas. Tenía un patio más pequeño donde existía una cascada natural producto del deshielo de la montaña y esa era el agua que utilizaban.

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