El agua caía en mi cabeza mojando mi cabello, abrí los ojos pensando que en los últimos dos días que vagueaba por la casa, practicamente no hacia nada, a la cocina siquiera me acercaba
Salí del baño rodeándome con una toalla, al mirarme en el espejo mis ojos tenían grandes ojeras, al principio pensé que podía superar la muerte de Martha pero con el pasar de las horas se hacia cada vez más difícil
Ayer papá le dio el día libre, supongo por qué se quedó conmigo un domingo cuando era su día de descanso
Hoy iba a venir el hijo de Martha, Rodrigo, era joven, tal vez tenía la edad de Jai
Me cambié por un Jean azul claro y una blusa blanca, dejé el pelo que se seque a lo natural, me senté en la cama para colocarme las zapatillas y salí de la habitación
En el ultimo escalón el castaño salió de la cocina sorprendiéndome, antes de que pueda decirle algo tocaron la puerta, fui hacia esta para abrirla
Mis ojos se toparon con una cara de facciones duras, una mandíbula definida y unos ojos oscuros como el pelo
- Rodrigo- Le asentí
- Hola- Me miró con dureza, a pesar de su belleza, su carácter no se comparaba a su rostro cual angel, interiormente era un demonio
- Pasa- Le di espacio para que pase, cuando lo hizo lo siguió un olor de perfume seguramente de mil dolares
- Me sorprendió verte abrir la puerta, supuse que ya habían sustituido a mi madre- Fruncí mi ceño, miré de soslayo a Jai que miraba de arriba hacia abajo al hombre de traje
- Mi padre está en su oficina- Asintió y esperé a que se vaya pero no lo hacia, me miraba fijamente - ¿Esta todo bien?- Indagué
- Acompáñame, me cuesta decirlo pero mi madre te amaba más que a mi- Antes que pueda decidirlo me tomó del brazo arrastrándome
Miré como pude a Jai, esté dio un paso para seguirnos con el ceño fruncido pero negué con la cabeza, miré hacia el frente para no pisarle los zapatos caros del de cabellos oscuros
LLegamos a la oficina de mi padre, este estaba sentado detrás del escritorio, se alzó de la silla y clavó la mirada en la mano de Rodrigo que estaba agarrada de mi antebrazo, me solté enseguida de su agarre
Rodrigo me dio una rápida mirada
- Buenos días, Rodrigo-
- Buenos días, Oliver- Se acercó mientras que yo me quedaba en la puerta
- Pasa Amanda- Me dio una mirada con el ceño fruncido, le obedecí a papá y me apoyé en la pared quedando de perfil a el de cabellos oscuros que se sentó en las sillas que estaban en frente del escritorio
- Dime, Rodrigo, a que se debe tu visita-
- Obviamente vine a organizar el funeral y saber quienes van a ir- Se cruzó de brazos, mordí el interior de mi mejilla
- Será el viernes - El pelinegro asintió - Iremos solo Amanda, mi mujer y yo- Rodrigo me miró y regresó la vista en mi padre
- Me quedaré en un departamento alquilado en el centro- Papá fruncio el ceño
- Pensaba que vivias aquí- El de traje negó con la cabeza
- Me mudé a Chicago- No pude evitar bufar
" Chicago es grande "
Recordé la frase de Jai, deseaba no encontrar al de cabellos negros cuando me vaya
Papá me miró y yo negué con la cabeza
- Bien, será a las seis de la tarde- Rodrigo asintió
- ¿En que morgue está?- Me enderecé y caminé hacia la salida con la vista de ambos sobre mi, salí del cuarto en silencio
Me senté en las escaleras y tapé mis ojos con ambas manos, sentía nauseas al escucharlos hablar
- Amanda- Saqué las manos y vi a Jai acuclillado en frente mio
- ¿Como puedes estar un día y de un momento a otro desaparecer?-
- Esa es la adrenalida de vivir- Colocó una de sus manos en el lateral de mi cabeza, incliné la cabeza buscando más
- ¿Me llevarías a un lugar?-
- Soy tu chofer, ¿O no?- Reí, Jai me imitó
Alguien se aclaró la garganta, el castaño se enderezó y yo miré a Rodrigo
- Nos vemos el viernes- Me dijo mirando de vez en cuando a Jai
- Adios- Susurré, me sonrió y salió por si solo de la mansion
- ¡Amanda!- Suspiré y me alcé de las escaleras
- Enseguida vengo- Jai me asintió, tomandome desprevenida me dio un rápido beso
- ¿Que sucede papá?- Dije al verlo mirando por la ventana
- Te hice una salida con Yessica para que salgas a distraerte-
- Papá...-
- Amanda...- Me advirtió
- Bien- Di media vuelta y salí de ahí - Ve a preparar el auto Jai- Le dije al castaño, este asintió
[...]
- ¿Este es el lugar al que querías venir?- Asentí - Un museo...me sorprendes cada día más- Reí viendo las enormes puertas talladas
- Vamos- Le tendí una mano la cual tomó sin dudar
Entramos y lo primero que vemos es un cuadro con un agradecimiento por construir un museo en este pueblo
Comenzamos a caminar por el corredor con pinturas y objetos abstractos
- ¿Que tiene de especial este lugar?- Miró al rededor todavía agarrado de mi mano
- Martha me sabia traer cuando era chiquita, luego comenzaron las discusiones con papá y me olvidaba de este lugar- Sentí un nudo en mi garganta - Tendría que haber pasado más tiempo con ella-
- Hey...- Paró su andar y me jaló de la mano - Martha te amaba más que a nada en el mundo-
- Lo se pero...-
- No fue culpa de nadie Amanda, no puedes cambiar el pasado, ni manejar el destino- Me secó una lagrima, tomé su mano y se la bese con agradecimiento por estar ahí
- Sigamos- Mientras el miraba el lugar que ya conocía de memoria, yo lo miraba a el sin entender porqué eramos destructivos con nosotros mismos
- ¿Cual es la historia del tal Rodrigo?- Me miró
- El metió en deuda a su padre, o sea al marido de Martha- Suspiré mirando una estatua - Se fue luego de eso, cuando regresó era un hombre de negocios y quiso regresarle el dinero a su padre pero este ya había fallecido-
- ¿Y tu?- Fruncí el ceño - ¿Cual es su historia contigo?-
- Yo...bueno- Suspiré - Como es adinerado y joven...-
- Dime que no es cierto- Evité mirarlo
- Papá ya habría armado nuestra boda si no fuera por Martha, ella siempre estuvo de mi lado-
- Supongo que ahora nada lo detendrá- Habló decepcionado
- Supongo que no, por eso me tengo que ir lo más pronto a Chicago
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Mi Chofer
Teen FictionAmanda, una chica adinerada pero humilde se enamora de su chófer mas simple imposible . . . Un cliché, me encantan los cliché UWU Con uno de mis tantos crushes, si, tengo muchos, para que suspirar por uno Jai Courtney, mia calzones suspiran por ti