Capítulo 32.

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Llevaba dos días con el gato y estaba abriendo un ojo.

Ya pronto podría ver su alrededor y su nueva casa. Estaba mejorando ya no estaba tan frío como la última vez.

Hice su leche y tome la temperatura de ella, no podía estar caliente si no se quemaria, lo mejor era tibia.

Carge al gatito con la manta que tenía alrededor, de su chiquitín cuerpo, lo tome como un bebé,  el veterinario me había dicho eso.

Empecé a darle su leche con una cosa especial que me recomendo, se la daba despacito para que no se ahogara.

Ya listo lo deje en la cama y ahí se durmió.

Tocaron la puerta y fui a abrir rápido para que no despertarán al gatito.

—Hola preciosa. dijo Kevin.

Me sonroje.

—¿Que pasa? —dije en un susurro.

—¿Por que susurras? —dijo en un tono de voz alta.

El gatito empezó a llorar como lo hacían los gatos pequeños.

Fui enseguida y Kevin me quedo mirando raro,  cerró la puerta tras de el y fue donde mi.

Cargo en mis brazos al pequeño,  esto era muy maternal y me daba emoción.

—Pero si es un gatito —susurro tiernamente.

—Lo es,  lo encontré en la calle. 

—¿Y cual es su nombre?

—¿Me ayudas a pensar en uno? —pregunte en susurro.

Asintió  y eso me conformó.
N/A: Hola, ¿como están?,  espero que bien.
Soy muy mala con los nombres y quería saber si tienen alguna opinión sobre algún nombre. Comenten lo.
Comenten y voten.
Besos
¡Vivan los gatos! 

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