Capítulo 25

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"-¿Me sigues queriendo?-preguntó Leila sin dejar de abrazarlo. Ni él a ella.

-Si.-dijo Christian sonriendo. -¿Como no hacerlo?"

Leila se sentó en el sofá, justo al lado de Christian.

-¿Hoy llega Anastasia, no?

-Si.-dijo seco, cambiando de canal y dándole un trago a su cerveza.

-Vi su anillo, ¿están comprometidos?-dijo cruzando las piernas y abriendo la revista.

-No te importa.

-Si me importa, ella es mi amiga.-fulminó a Christian. -Que tu sigas enojado conmigo, no significa que no me pueda acercar a ella.

-Es que no me gusta que estés con ella.

-¿Por qué?

-Porque eres una puta. -dijo sin más.

-¿Perdona? Oh, gracias Christian.-lanzó la revista a la mesa. - No empecemos con los insultos, saldrás perdiendo.

-¿Yo? Eso tú, mejor no empieces.-volvió a cambiar de canal, y dejó también la cerveza encima de la mesa.

-No se que tramas, y de veras me da igual, siempre y cuando  no esté relacionado con Anastasia.

-Umm. Siento decirte que si lo está, querido.

-Te juro que si te pasas de la raya con ella, te mato.-dijo mirándola mal.

-Eres un jodido cínico.

-Ambos lo somos. ¿no fuimos entrenados para matar? Pues aquí estamos.

-No sé que hace una chica como Anastasia, con un capullo cómo tú.

-Cuando salías conmigo no te quejabas tanto. Además, ¿a qué te refieres con "una chica como Anastasia"?

-Que ella es demasiado santa para ti.

-No.

-Bien que lo sabes. Bien que sabes que un día u otro tú te cansarás de ella, o viceversa.

-¿Y eso quien lo dice? ¿Tú? Me rió.-dijo soltando una risa bien irónica.

-Christian, ¿están enamorados? ¿O simplemente, es lo que tú crees?

-Estamos enamorados.-dijo levantándose. -mira, estoy empezándome a cansar de ti, y de tus estúpidos comentarios.- dijo entre cerrando los ojos.

-Es porque te jode que te diga la verdad. Tú y yo estábamos igual, y mira cómo hemos terminado.

-¿Eh? ¿Disculpa? Lo mío contigo nunca fue como lo que estoy teniendo con Anastasia.

-¿Ah no? ¿Y qué era?-dijo Leila levantándose también.

-Una mierda. Eso es lo que era.-Christian la fulminó con la mirada. Los ojos de Leila se aguaron. Lo esquivó y fue hasta el baño. Christian se dejó caer de nuevo en el sofá. Se había pasado. Quizás, si había cambiado, quizás todo eso no lo decía con mala intención. Y él solo la había ofendido. Nunca antes había sentido remordimientos. Pero deducía -una vez más- qué era desde que había conocido a Anastasia.

Christian se levantó y fue hasta el baño.

-Leila...yo...lo siento.-ella abrió la puerta. Se apoyó al marco, las lágrimas parecía que le iban a salir en cualquier momento, de esos ojos que, a pesar de todo, seguían siendo la debilidad de Christian...se encantaba mirándolos.

-¿Ah si?-dijo ella mordisqueando su carnoso labio inferior.

-Si, me pasé contigo.

-No me digas.-agachó la mirada. -ya que lo que tuviste conmigo fue una verdadera mierda, eso me hace sentir de puta madre ¿sabes?

-Lo siento... -se pasó una mano por el cabello, compadeciéndose de ella. Leila terminó por esbozar una sonrisa. Christian le abrió los brazos, ella aceptó el abrazo gratamente. Lo estriñó, fuerte. Christian sintió como sus cuerpos se juntaban. El de ella, delgado y pequeño. Pero al contrario que el de Anastasia, no la encontraba tan frágil. Sintió como los pechos de Leila se clavaban como montes en su bajo torso. Empezó a reaccionar.

-¿Me sigues queriendo?-preguntó Leila, sin dejar de abrazarlo. Ni él a ella. -¿Al menos como amigos?

-Si.-dijo Christian sonriendo. Se olvido de todo, volviendo un poco al pasado. A ese pasado, junto a ella. -¿Cómo no hacerlo? Lo nuestro fue bonito mientras duró. Mejor dicho, hasta que te fuiste.

-Me pregunto, ¿qué hubiera pasado si yo no me hubiera dado por muerta?

-Yo también.-Leila alzó la vista. Christian se encontró con esos ojos que le pedían...¿Qué le pedían?

-Christian, yo...-sus ojos se volvieron a aguar de nuevo. El corazón de Christian se encogió. ¿por qué? La puerta se abrió en ese momento. Los dos se sobresaltaron. Christian se acercó.

-Princesa...-Christian sonrió y fue a darle la bienvenida a Anastasia. -mírate, estás más ¿bronceada?

-Si,puede ser.-dijo sonriéndole y lo besó. -te he echado de menos mi niño...-dijo con una voz aguda, bajita. Leila se asomó por la puerta del baño. -Hola linda.-dijo Anastasia sonriéndole y fue a saludarla.

-¿Todo bien?-dijo ella.

-Si, estupendo. Nueva York es bonito. Y grande.-dejó la maleta a un lado y se quitó el abrigo. -¿Y ustedes? ¿Algo nuevo?

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