Capítulo 15

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- Nena... - Christian  se subió los bóxer, aunque su polla ya estaba mojada por Anastasia y totalmente empalmada luchaba por salir. — No... no te cabrees... tu eres mucho mejor que cualquier modelo de Playboy.

Anastasia lo observaba. No estaba enfadada, intentaba aparentarlo, pero por dentro se reía a carcajadas. Christian  no podía aguantar las ganas de tumbarla allí, encima de la encimera de la cocina y embestir su dulce sexo con fuerza... estaba tan excitado. Y verla así aun lo ponía más cachondo.

- Dime algo... - murmuró Christian acercándose. Le acarició una mejilla. Anastasia no lo rechazó esta vez.

- ¿Qué quieres que te diga?

- Todos hacemos eso, y más si me tienes con abstinencia todo el mes...

- ¿Todo el mes?

- Tres semanas. Da igual... con una novia como tu ¿Quién puede aguantar sin tener sexo durante tres jodidas semanas?

- ¿Y por eso tenías que usar la revista?

- Será que tú no te has puesto calentita con alguna peli porno o algo por el estilo. — dijo Christian  alzando la barbilla y sonriendo pícaro. Anastasia se sonrojó - ¿ves?

- Yo no hago eso.

- Lo que tu digas. — Christian  alzó los brazos. — ahora ¿me perdonas?

Anastasia se rio, sin decir nada, y corrió hasta la habitación de invitados. Christian  negó con la cabeza, sonriendo. Parecía una niña. Pero así la amaba. Se dirigió hacia esa habitación y apagó la luz, cerrando la puerta. Seguido, sintió las manos de Anastasia, abrazándolo por detrás y recorriendo con sus finos dedos sus abdominales. Christian  se estremeció.

- Un poco más abajo... - dijo Entrelazando sus dedos con la mano de ella.— Tengo muchas ganas de ti, mi amor... - se giró y buscó su boca, deleitándose en su sabor único. — Vamos... -La cogió y la tumbó a la cama. Una carcajada se escapó de la boca de Anastasia. Él se colocó encima suyo, bajó por su cuerpo y le mordió una nalga. - Mmh... pero que culo... - Christian  bajó la pequeño tanga y sintió lo humedad de Anastasia. No pudo evitar hundir su boca en ella. Un gemido de sorpresa y ahogado se escapó de la boca de ella. Christian  aceleró los movimientos de su lengua. Dios, sabía tan bien. Sentía como las caderas de Anastasia se movían incitándolo a que siguiera, que le gustaba. Y su humedad se expandía, junto con su delicioso olor que lo ponía más duro que una piedra. Se separó un poco. - ¿Te gusta, gatita?

Ella se giró para facilitar el trabajo a Christian . Él la observó, desde su altura. Anastasia tenía la boca entreabierta, cruzaron miradas.

- Si...sigue... - consiguió articular.

- Ahora me tendría que ir yo... - dijo Christian , besando su pubis totalmente rasurado. Como amaba ese cuerpo...

- ¡no! — gimió Anastasia, cogiendo a Christian  por la espalda por si acaso.

- Tranquila. — sonrió Christian . — necesito esto más que tu. — y volvió a hundirse en su sexo. Anastasia jadeó.

- No lo creo... - musitó entre gemidos. Christian  paseó su lengua a lo largo de su rajita húmeda. Anastasia enredó sus dedos entre sus cabellos. Arqueó las caderas. Christian  abrió la boca para aceptarlo todo, mientras la bombeaba con la lengua sin cesar. Mordisqueó uno de los labios genitales. Anastasia se mordió los suyos, de la boca. Como le gustaba... Christian  hundió el dedo pulgar en ella, aprovechándose de su grosor. Anastasia volvió a arquearse.

- Dios, si. — cerró los ojos disfrutando de las sensaciones. Christian  gimió. Ella se inclinó y lo miró interrogativa. Los seductivos y pequeños ojos de él se alzaron hacia los de ella. Sonrió y se separó un poco. Anastasia extrañó ese delicioso conto. Christian  metió el dedo índice y corazón, reemplazando el pulgar.

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