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-¿Cómo te sientes? -mi padre se encuentra sentado al borde de la delgada camilla, me mira neutro y tranquilo, su cálida mano acaricia la mía con suavidad.

No respondo y solo muevo la cabeza de un lado a otro dándole a entender que estoy bien. Al menos eso creo, pero por lo menos estoy viva, con una fea cicatriz, pero viva.

-La operación salió de maravilla, Kate- mamá sonreía con más ánimo y sin preocupación en su rostro, la cual me alegra un poco. Ya que ultimamente lucia cansada y preocupada por mi estado.

-¿Cómo encontraron al donador tan rápido? - mi mirada curiosa se concentró en los ojos de mi padre, la cual observó a mi madre de inmediato cuando pregunté.

-Fue suerte, Kate - papá se encargó de responder, ahora sus dos manos acarician mi mano -. El donador tuvo un accidente y murió, el mismo día y hora que tu entraste a este hospital para salvar tu vida.

-Lo siento mucho por él - baje un poco la cabeza -. Lo siento mucho - de pronto el sentimiento de nostalgia se apoderó de mí, dejándome débil y con muchas ganas de llorar.

Tuve suerte y fue gracias al hombre que perdió la vida. Gracias a él tengo un nuevo y sano corazón.

-Oh, cariño - mi madre se colocó de pie, ya que se encontraba sentada en el sofá que se encontraba aún costado de la camilla -. No llores, Kate - se acercó a mí y me envolvió en sus brazos en un cálido, y muy acogedor abrazo.

Deje que mis lágrimas acumuladas salieran para sentirme más tranquila, estaba segura que mi rostro pegado en el pecho de mi madre, iba a ensuciar su blusa dejándola húmeda, por mis lágrimas de sentimientos sin razón acumulados.

Quizás si haya una razón, quizás si me sienta triste por esa persona.

-Tranquila, cariño, todo está bien-el tono dulce de mi madre me da paz, sus manos acarician mi espalda dándome consuelo.

Yo me siento tranquila, pero ese sentimiento de tristeza está sellado en mi pecho.

Un suspiro de cansancio despojo al cerrar mi libro que llevo en la mano, lo acomodo en mi muslo junto con mi lentes que hace un momento me lo quite

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Un suspiro de cansancio despojo al cerrar mi libro que llevo en la mano, lo acomodo en mi muslo junto con mi lentes que hace un momento me lo quite.

Mi trasero descansa cómodamente en un banco del parque poco conocido de la ciudad.

Está empezado a anochecer, se puede ver el cielo cuando se pinta de anaranjado, rosadeós y amarillo, es un hermoso atardecer.

Miro al cielo y todo los problemas desaparecen. Hace seis meses salí del hospital y después de eso nada fue como antes, mamá se preocupa más por mi causando que mi hermana sienta celos.

Todo está tranquilo, son pocas las personas que transitan en el pequeño parque, nadie casi lo conoce y me gusta mucho por qué es un lugar tranquilo donde te puedas relajar.

Los pájaros son los únicos que chillan en los pocos árboles al alrededor, el viento sopla con suavidad sobre mi rostro haciendo que mi suelto cabello flote en el aire

Cierro mis ojos al sentir el aire fluir por todo mi cuerpo, estoy disfrutando el momento.

La banqueta en la cual estoy sentada hace un chillido poco audible cuando algo se deja caer a mi lado, extrañada por lo sucedido abro mis ojos y giro lentamente mi rostro a un costado para ver qué es.

Hay un chico a lado mío, su mandíbula está un poco alzada ya que se encuentra mirando atentamente el cielo.

Me quedo mirándolo por unos segundos, admirando su rostro la cual solo lo puedo ver un lado. Tiene el rostro claro,sin ninguna mancha o granito,una nariz algo respingada y los labios rosadeós naturales.

Viste de negro y llega consigo un abrigo del mismo color, sus ojos estan cubiertos por unos lentes de sol.

Su manzana de Adán se hace notable al tener el cuello recto, veo como traga su saliva y pasa con frenesí por su garganta.

Sus manos están metidas en el bolsillo de su abrigo, aún tiene la vista fija en el cielo. Parece que a él también le gusta admirar los colores hermosos del gigantesco cielo.

Dejo de mirarlo para mirar hacia arriba,al igual que él, yo también quiero admirar los colores.

-¿Es hermoso, verdad? - pregunta de repente haciendo que mis ojos dejen de mirar el cielo y se fijen en él.

-¿Qué?- me confundo respondiendo con otra pregunta, mientras me reincorporo en mi asiento para sentirme más cómoda y mirarlo mejor.

-El cielo, es hermoso, tiene colores brillantes y alegres - mira por unos segundo más hacia arriba y luego baja su vista para observarme, y sonreír.

Sus labios despojan una sonrisa algo rectangular y sus mejillas se rellenan.

-sí - igual a él yo también sonrió mirando rápido hacia arriba para luego mirarlo -. ¿Te gusta mirar el cielo?

Asintió con su cabeza en respuesta aún con la sonrisa pegado en sus labios.

-Por cierto soy TaeHyung - se mueve un poco para sentirse mejor en la parte donde está sentado.

-Soy Kate, bueno, Katerina. Mis padres me dicen Kate por cariño.

Miradas Al Cielo ➜ [k.th]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora