メ03メ

416 47 4
                                    

El cielo nocturno relampagueaba y al mismo tiempo se escuchaba los truenos, causando en mí unos cuantos saltitos por el susto.

Mire el cuaderno que llevaba en la mano derecha, es lo único que tengo para cubrirme de la lluvia que poco a poco empezaba a caer desde la nubes negras que formaban el oscuro cielo.

Las gotas de lluvia se deshacen en el suelo cuando logran llevar a ellas cayendo de las nubes. Cada vez se hace más fuerte y no parece querer parar luego.

Suspiro mirando por todos lados en busca de un taxi el cual llamar y poder subirme para llegar a casa, pero el autopista está vacío como si ningún alma existiera. La vereda en donde estoy parada está humedeciendose más ocasionando que mis botines se mojen.

Mi ropa también está un poco mojada por las gotas que salpican en encima de ellas.

No tengo de otra, me tocará mojarme. Odio haberme olvidado traer un paraguas, mamá tenía razón.

Ella dijo que cargará conmigo un paraguas, pero yo no la hice caso.

Alzó mi cabeza un poco para mirar hacia arriba y ver cómo las cristalinas gotas van cayendo y algunas chocan contra mi rostro para humedecerlo.

El lugar donde me encuentro está vacío, en silencio solo con la bulliciosa lluvia que hace escándalo cuando cae sobre las calaminas de las casas.

Vuelvo a bajar la mirada para fijarlo al frente, pero vaya susto que me llevo al ver a un hombre parado al otro extremo con una paraguas, viste de negro y su mano libre se mueve de un lado a otro como un saludo.

Ya había visto a ese chico en otro sitio, achino un poco los ojos haciendo que mis pupilas se dilaten para mejorar mi vista y observar al hombre que no llego a ver bien su rostro por la oscuridad.

Extrañada lo miro, cuando lo veo ver por ambos lados para cruzar la pista, al no ver auto acercarse cruza con tranquilidad, se está dirigiendo hasta donde estoy yo.

—Hola, Kate — ya cerca de mí habla de una manera ronca pero al mismo tiempo suave.

Obviamente reconocí esa voz de inmediato.

—Tae, que sorpresa — sonreí un poco.

—Veo que estás en problemas — argumenta una vez que sus ojos me observan sin ningún paraguas para cubrirme de la fuerte lluvia.

—Algo así, solo me olvidé traer conmigo mi paraguas — lleve un rebelde mechón de mi suelto y negro cabello detrás de mi oreja.

—Si gustas la podemos compartir — sonríe mostrando su paraguas negra, lo miro y asentí.

Es de noche y quiero llegar rápido a casa. Compartir una paraguas con el chico que conocí hace poco no tiene nada de malo.

Al igual que yo, él asentió, me acerco un poco hacia Tae para que ambos podamos alcanzar con la paraguas y así no terminar mojados.

—¿Aquí es donde vives?— sus achinados ojitos miraron mi casa como algo lindo, hasta podía decir que brillaron como un niño emocionado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Aquí es donde vives?— sus achinados ojitos miraron mi casa como algo lindo, hasta podía decir que brillaron como un niño emocionado.

—Sí, claro — sonreí acomodando un poco mi vestido, el cual estaba húmedo por haberme mojado un poco.

—Es linda — sonrió —. Igual que tú — dejo de mirar mi hogar para mirarme a mí, su sonrisa ya no era parte de su rostro, ahora me miraba un poco serio pero sin perder lo tierno.

—Gracias — las mejillas pude sentirlas cálidas y una sonrisa de timidez mis labios quisieron despojar. Al final sonreí.

—¿Te parece si nos vemos unos de estos días? —asentí.

—Claro, estoy de acuerdo. Pero...¿Podríamos intercambiar números? — lo mire dudosa, en respuesta él negó.

—Mi celular está en mantenimiento, ahora no tengo un celular — sonrió un poco tímido y rasco su nuca algo apenado a la cual yo solo asentí, nuevamente.

—Esta bien, ya tengo que irme — mi mano derecha la cual estaba libre se levantó y la agite en despedida, TaeHyung repitió el mismo acto para luego empezar a caminar con la paraguas encima de su cabeza, protegiéndose de la lluvia que aún cesaba.

Gire para abrir la puerta de mi casa, me detengo por unos segundos antes de entrar, mi cerebro dice que voltee para verlo irse. Eso hago, giro sobre mi eje para mirarlo, pero mis ojos no encuentran nada.

TaeHyung ya se fue, y la verdad se desapareció muy rápido, solo fueron segundo los cuales me voltee para abrir la puerta de mi casa.

Decepcionada por no verlo entre a casa encontrándome con mi mamá en el sofá, ella lee un libro pero al ver que entró por la puerta se desconcentra y me mira con sus ojos el cual lleva lentes de medidas.

—Kate, cariño — se coloca de pie y deja el libro a un costado —.¿ Con quién hablabas?

Acaso mi madre estuvo escuchando mi conversación con Tae, eso es de muy mala educación.

—Con un amigo, me acompañó hasta acá — veo a mi madre acercarse a mí.

—Pero no vi a nadie, más parecías hablar sola ¿Te sientes bien, Kate? — mi madre me miró preocupada, ya cerca de mí colocó la palma de su mano en mi frente como si estuviera verificando si tenía fiebre.

Muevo mi cabeza a un costado haciendo que mi madre quite su mano .

—Estoy bien, quizás no lo viste, pero estuve hablando con TaeHyung.

Sin decir más me encaminé hacia las escaleras para ir a mi habitación.

—¡Me preocupas, cariño! — logro escuchar antes de desaparecerme por completo de su vista.

Miradas Al Cielo ➜ [k.th]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora