Capitulo #44

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Sin decir nada mas la tome de la cintura y la cargue, uní mis labios con los de ella y la bese con desesperación, dios es testigo de lo mucho que extrañaba y necesitaba estos labios, son mi droga, son mi perdición y les juro que soy capaz de ir al mismísimo infierno, hacer un pacto con el demonio solo para que no me falten nunca.

—No sabes lo mucho que necesitaba esto —le dije sobre sus labios, ella acaricio mi nuca y hundió sus dedos en mi cabello.

—Yo también lo necesitaba —Me abrazo con fuerza y apoyo su mentón en mi hombro. Sin dejar de cargarla entre y cerré la puerta, la lleve hasta la sala y me senté aun con ella entre mis brazos, ella apoyo sus rodillas en el sillón a lado de mis caderas quedando a horcajadas sobre mi.

—No me imagine que vendrías.

—Quise darte la sorpresa. Le pedí a Peter que me trajera acá con el pretexto de recoger algo, pero lo malo es que no podre pasar la noche aquí.

—Si es muy malo, quiero volver a despertar a tu lado.

—Yo igual —me beso y un minuto después se alejo de mi y nos miramos por un largo rato.

—Y dime como te fue en tu… cita —le pregunte rompiendo el momento mágico de nuestras miradas pero es que deseo saber que paso en esa cita, quiero todo con detalle.

—Pues normal. Fuimos a cenar y bueno estuvimos platicando, me contó de su escuela, esta estudiando ciencias políticas, y bueno me contó de sus amigos y cosas así, no hay mucho que contar.

—¿Y no usaste tu gas? —ambos reímos por lo bajo.

—No hizo falta, el es tranquilo y respetuoso, pero debo admitir que me agrado mas que la barbie.

—Marissa no es una mala chica, es agradable si la conoces, tiene sus momentos que te estresan pero no es tan mala.

—Bueno, puede que tengas razón, pero siempre la odie por que te tenia… me ponía celosa —sonreí mientras le echaba un mechón detrás de su oreja.

—Pero ahora tu eres mi necesidad, mi dueña, mi único amor, mi todo.

—Ow te amo —me abrazo con fuerza, yo hundí mi rostro en su cuello y me llene de su delicioso aroma.

—Entonces… ¿nada interesante?

—No, nada. Ademas solo pensaba en ti y en el partido —sonrió —pero bueno ya les di gusto a mis padres, y ahora es turno de darte gusto a ti —dijo mientras mordía su labio y meneaba sus caderas lo que hizo que Garu comenzara a despertar.

—Tú me mandaste un beso, pero aun no decido donde… ¿Por qué no me ayudas un poco?

—Mmm, muy bien —de un rápido jalón me quito la playera, tomo mi rostro entre sus manos y sus labios chocaron con los míos, era ahora ella quien me besaba con desesperación.

Sus manos bajaron por mis hombros siguiendo por mi pecho, mi abdomen y finalmente en mi pantalón que desabrocho de inmediato. Todo sin dejar de besarme, yo estaba completamente hechizado, lo único que era capaz de hacer esa acariciar sus piernas hasta su trasero. Fui hasta su espalda y baje el cierre de su vestido, hice que levantara sus brazos para poder quitárselo, llevaba ropa interior también roja, carajo.

—Me encanta como te luce el color rojo —le dije con la voz agitada —Quiero devorarte toda.

Ella gimió al escuchar mis palabras que la avivaron más. La tome con fuerza y le levante, la senté en el sillón, baje sus bragas y sin esperar un segundo más comencé a saborearla, su vagina ya estaba húmeda y sus jugo era exquisito como toda ella. Hundí mi lengua lo mas profundo que pude, ella apoyo sus pies en mis hombros, meneaba sus caderas mientras masajeaba mi cabello y me apretaba mas a ella, mi dedo medio y el indice se unieron a mi lengua y comenzamos a saquearla, dentro y fuera, cada vez mas rápido, mordí su clítoris y ella grito mi nombre. Esto era lo que necesitaba, solo ella, su cuerpo, sus besos, sus caricias. Sentía como su vagina se contraía alrededor de mi lengua y mis dedos, volví a jugar con su perla hasta que volví a morderla haciéndola llegar a su clímax, pero aun falto yo cariño.

TERRENO PELIGROSO // ROSS LYNCH Y TU // HOT //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora