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Cada vez nos elevábamos mas y más.
El suelo se iba quedando de bajo y la sensación de cosquilleo apareció en mi estomago.

Estábamos en el vuelo 23 volando hacia Querétaro. El echo de mirar hacia la ventana y ver como todo iba quedando atrás me hacía sentir tan mal; todo quedaba en el pasado, sin duda iba a extrañar Houston.

Mi hermana sonreía e iba entusiasmada, mi madre venía algo nostálgica y a mi padre simplemente le daba igual.
El decía que la oportunidad que la empresa le estaba dando en Querétaro jamás se la volverían a dar, que con esto podría llegar a ser presidente de la empresa y eso es lo que él siempre había anhelado.
¿Pero cómo dejar atrás todo? Mis amigos de toda la vida, nuestra casa, nuestra familia, absolutamente todo.
Con mis audífonos puestos escuchando a Foster the People, una botella de powerade de mora y la vista que el avión me brindaba me sentía más que satisfecha.

Sentí unas manos sobre mis hombros, era mi hermana con la sonrisa más grande que jamás había puesto.

–¡Ya llegamos Aca! -daba pequeños brinquitos y le tomaba la mano a mamá para bajar.

–Espera mi vida, aun no es nuestro turno -le decía mamá para tranquilizarla un poco.

–Llegamos, cariño -dijo mi papá y me deposito un beso en la nuca.

–¡Wuuu! -conteste irónicamente y el río.

Tome mi mochila y bajamos del avión.
Cuando llegamos al aeropuerto me senté en una banca que había ahí y me di cuenta que hacia un calor insoportable.
Mi papá había ido por las maletas con ayuda de mi mamá y yo me había quedado con Lucía, mi hermana esperando.

–¿Crees que haga muchos amigos, Acacia?

–Eso espero Luci –me sonrió.

–¿Estas triste?

–¿Porque lo preguntas? -la mire.

–No te ves muy contenta.

–Es solo que en Houston estaban todos mis amigos.

–Los míos también -frunció el seño- pero yo no me pongo triste.

–Es diferente -la miré de reojo, la bomba de goma de mascar había explotado y trataba de quitárselo de los labios.

–Deberías estar feliz, estamos todos unidos, como una familia –la mire y sonreí.

Y entonces ahí me di cuenta lo estúpida e infantil que podía llegar a ser, no podía creer que una niña de 9 años podía llegar a ser mas madura que yo.

Love will remember. » s c r e a m a u «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora