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Pasaron varios meses después de eso.

La policía se llevo unos días a Horacio y un psicólogo hablo con él. Al saber por completo la historia, las demandas de la madre del niño no fueron a más.

Eso fue una buena noticia, ya que el padre desde saber que no tenía que pagar la demanda se volvió algo menos violento. Ya incluso veía a Gustabo pasearse por la casa, pero le sudaba un poco el nabo, pensando que solo era un amigo, no alguien que vivía ahí.

Ambos se hicieron su propia matrícula en un colegio algo más serio. Fueron aceptados.

Horacio empezó a cambiar. Desde esa vez que se había descontrolado, no era muy usual verlo ilusionado por algo. Incluso parecía que hacía las cosas a desgana. No podía entenderse a si mismo ni entender lo que sentía. Todo era confuso para él, a parte de que también se agobiaba fácil por la mayoría de cosas.

Aún así, también su personalidad cambio. Dejo que su cresta siguiera, y se cambió el pelo a azul. Empezó a llevar una ropa bastante colorida en tonos rosas o coloridos. Empezó a interesarse bastante por conseguir alguna pareja, ya que había leído mucho en internet y visto muchos cómics, y la verdad era que si quería experimentar algo así, y esperaba que en la escuela pudiera encontrar algo.

Aunque no se estaba dando cuenta que se estaba forzando a si mismo para conseguirlo.

Sus heridas cicatrizaron y sus moratones se fueron. Empezó a preocuparse más por como se veía en el exterior que otra cosa

- Gustabo...- Susurró desde el baño.- Crees que me sentaría bien un piercing?

Gustabo por su parte no había cambiado mucho más. Siempre tuvo sus ideas claras desde que se marchó de casa y dudaba en que viniera otra persona y le cambiara los puntos de vista. Es más, era él que los solía cambiar a los demás.

Iba viendo como Horacio iba poco a poco madurando y se sentía bastante orgulloso de él. Ya empezaba a comportarse más como un adolescente de su edad, y no como un niño de cuatro años que llora por todo

Pero el cambio que si había notado eran las discusiones que había tenido desde entonces con, "el". Cada vez lo notaba más celoso y eso le preocupaba ciertamente. Cuando eso pasaba y le daba el tostón todo el dia, comenzaba a darle unos ataques de cabeza enormes, pero al menos cuando eso ocurría era en la noche y Horacio, al dormirse siempre antes que él, nunca se daba cuenta.

Descartando ese aspecto, seguía siendo el mismo de siempre, salvo que ahora era más pícaro y pasaba de todo el mundo prácticamente. A diferencia de Horacio, no le interesaba llegar a nada con nadie, ni siquiera una amistad decente

-¿Un piercing? Pues... Depende de dónde quieras hacértelo. Eso es algo que llama bastante la atención, te da un toque... Malote -le guiñó un ojo

- Es que me gustan mucho. Quizás en la oreja estaría bien, no?.- sonrió tirándose en la cama de golpe. - Aaah.... Como crees que será nuestro primer día?.- lo miró con una pequeña sonrisa.- Crees que serán pijos? Es un colegio serio

-No tengo ni idea, si te digo la verdad. -se sentó en la cama mirándolo cuando el otro se tiró en esta- Tengo buenos presentimientos

- Bua que ganas...- sonrió cruzando sus brazos detrás de su cabeza.- Ya tengo ganas. Seguro que haremos amigos, y conseguiré pareja.- Fantaseo en su mente con una sonrisa.- Habrán findes de fiesta, lo del verdad y reto, pijamadas... Que ganas. Seguro que es una pasada.

-Bueno, yo voy por ti. A mi ese tipo de cosas, no es que vayan mucho conmigo -desvió la mirada mientras se rascaba la nuca

- Pero seguro que te gustaría ser su líder, a que si?.- le guiñó el ojo de forma pícara

Aprisionado. [GtavRolplay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora