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—Paso –se sentó en el suelo a unos metros de él y se apoyó en la pared mirando a la de enfrente

Horacio le siguió con la mirada mirándolo extrañado. Como pudo se dio la vuelta poco a poco apoyándose con la pared lateralmente.

- No me harás nada?.- alzó una ceja con sorpresa.

—¿Quieres que haga algo para que te guste y sigas sin decir nada? –preguntó algo irónico

- Para que quieres tanto que hable? No voy a perjudicar a mi familia, lo siento.- inclinó su cabeza.- Además, por como eres no parece que te gustase demasiado. Y paso de verte con cara de asco.- se rió.- Por que haces esto?

—Información. Simplemente. Cosas que no puedo decirte. Al igual que no puedes vender a tu familia, yo tampoco puedo hacerlo con la mía. –respondió sin mirarlo

- Un tío normal me hubiera roto los dedos, apuñalado los brazos y disparado en las piernas solo para que les dijera mi propio nombre.- susurró.- Y tú solo estás sin hacer nada, pensando en como poder hacer daño o en como hacer algo que me guste solo para darte información. Eres muy diferente a todas las personas que conocí. Me gusta. Sigues tus propias normas.- sonrió desviando la mirada y apoyándose contra la pared.- No se quién eres, ni para quien trabajas. Pero no es más fácil que nuestras "familias" estén distantes y ya? Sin confrontación. Cada una por su lado... Así es como... Suelo arreglar las cosas. Aunque sea una decisión que arruine tu vida, a veces es mejor así.- lo miró.- en verdad estoy hablando en voz alta, si me vas a matar, no me importa, realmente me da igual. - sonrió sincero.- Sigues tus propias normas. No me opondré a nada. Eres la escoria menos escoria que he conocido.

Gustabo se quedó mirando a la nada, simplemente a la pared de enfrente. Pensativo, sin decir nada, sin hacer nada. Por primera vez en años, alguien lo estaba volviendo a hacer dudar de si mismo. Y Pogo podía notarlo, podía notarlo y no le gustaba absolutamente nada. Así que tras un par de palabritas, no tardaría en volver a sus cabales.

—Tu familia debe estar, muerta –soltó tras un par de minutos con un enorme silencio

—Y pronto lo estará. Como tú.

Horacio cerró los ojos con tranquilidad

- Ojalá así sea.- dijo con simpleza.

—¿No te importa en absoluto lo que les pase a ellos? –preguntó sorprendido

Horacio se quedó pensando durante largos minutos.

- Nah, ellos si lo merecen.- susurró.- Ellos si merecen vivir. - volvió a cerrar los ojos con tranquilidad. - Me dan rabia a veces. Mi jefe quiere llevarse bien con los de la mafia por qué no quiere matar a nadie. Él es muy blandito. Y lo blandito siempre hace que maten y hagan sufrir a los demás.- suspiró con pesadez.- Es un idiota. Todos los idiotas son iguales que él.

—Entonces tú. ¿Qué quieres si no es eso? –se giró a mirarlo con curiosidad

- Lo que yo quiero jamás lo encontraré. Y eso lo sé desde hace mucho tiempo. Y lo acepté. No siempre se tiene lo que quieres. Nunca me interesó el dinero, ni tener un gran puesto y estar por encima de todos. Simplemente, por como han ido las cosas, tendrán que acabar tarde o temprano, y digamos que llevo mentalizandome muuucho tiempo. Mentalidad de tiburón.- se rió suavemente.- No quiero nada, por qué no voy a tener nada. No hay nada por lo que luchar o vivir. El dinero se gasta, la gente se muere. Y el poder solo te sirve para que te vean el culo desde arriba. Todo es una mierda, a si que, es mejor acabar ya con todo, no?- le miró directamente con una sonrisa sincera mientras cerraba los ojos

Simplemente, no tenía ninguna respuesta ante aquello. No tenía palabras ni ningún comentario que decir nada. El sueño empezaba a atacarle a decir verdad.

Aprisionado. [GtavRolplay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora