Capitulo 9

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Si el tiempo se pudiera parar, probablemente ahora Kaneki estaría muy a gusto leyendo algún libro referido a la literatura universal sin preocuparse por nada pero al contrario, está corriendo en las escaleras buscando al rubio hombre que se pasea en sus pensamientos sin pagar siquiera un alquiler por la estadía.

Pensaba en lo traumático o muy muerto que estaba Hideyoshi, cada vez que Haise enloquecía por estar hambriento muchas personas pagaban las consecuencias y culminaban sus últimos segundos siendo despedazados por un niño glotón.

Por algo todos los empleados de la casa eran ghouls, incluso el señor Kuro que tiene una especie de caso excepcional de genética donde puede distinguir el sabor de la comida humana sin regurgitar pero es no quita que no sea bueno consumirla cuando debe tener una dieta enteramente de carne. Touka también era una mujer ghoul muy fuerte y hermana de Ayato, el ex novio de Akaneki.

Ante cualquier cosa razonable, estaba Hideyoshi. El niñero era el único ser humano en esa enorme casa en poco tiempo porque los únicos seres humanos que han pasado a más de la sala siempre terminan descuartizados en un dos por tres y almacenados para ser usados en una situación increíble de hambruna ghoul.

Corre hasta la sala y ni siquiera les da tiempo a quienes tenían una cita de terminar algo que estaban haciendo. Mira como su hermano mayor sostiene el rostro del niñero delicadamente, sus labios atacan la boca ajena con dulzura y Hideyoshi le acepta con toda la gentileza del mundo cerrando sus ojos porque lo que sienten es mutuo.

¿La carrera de cortejo? Nunca fue una carrera porque los participantes no estaban igual en requisitos y posesiones. Nagachika no veía a Ken como una potencial pareja pero sí al albino burlón y egoísta. Mientras miraba la escena se mordía los labios internamente y se jodia la mente intentando comprender como un ser tan lindo y cálido como Hide podía enamorarse de una persona tan insoportable como su hermano mayor, Akaneki.

Pero la atmósfera construida en el cuarto de juegos de Haise rompe todo lo que Ken piensa. Adentro, el bufón Akaneki y Rapunzel Nagachika estaban teniendo una cita espléndida a la hora del té con una norma nueva de invitar a los bufones ya que Haise lo consideraba así, solo por hoy.

Eres tan lindo, Aka-chan — Le susurra Hide al despegarse de su boca, sus ojos marrones brillantes le miran con adoración.

Tú eres más lindo. Eres hermoso, rubio — Le complace, mira como su cara se colorea lentamente y sus manos chicas tapan sus mejillas.

— No tapes tu rostro, Hide — Le pide mientras coge sus manos delgadas, las mueve con gentileza hasta la mesa de juegos.

Ante todo, observa como la timidez gobierna la cara de su cita y él por supuesto que tiene que hacer algo.

— Entiendo que las obras de arte se protegen con una capa de vidrio pero aún así siguen siendo visibles — Dice con una convicción increíble que impresiona.

Hideyoshi se ríe con sus mejillas sonrojadas expuestas ya que el cumplido lo entendió a la perfección.

El momento era simplemente hermoso, lo único que el albino admira es la faz preciosa de Hideyoshi. Mira las pecas pequeñas que rodean sus mejillas que no son vistas fácilmente, se retuerce por el cumplido pasado que el rubio le había hecho porque está tan enamorado. Ya no podía pelear contra sus sentimientos, estaba enamorado del chico más lindo del mundo.

Regresando a la otra realidad del otro Kaneki quien seguía mirando la ridícula cita que mantenían ambos en el cuarto de Haise.

Kaneki Ken es un chico que adora la paz y amabilidad pero ahora se está muriendo de rabia y celos calientes. Su corazón se altera como una receta y su mente le duele por los sentimientos puros que tiene hacía él otro universitario.

Niñero de un ghoul | Kanehide Donde viven las historias. Descúbrelo ahora