Hoy no era un día tan convencional.
Principalmente porque Haise no quiere comer las verduras de su plato, ni siquiera por un dulce u otra azucarada opción.
Hideyoshi no sabía que hacer para hacerlo comer, había intentando de todo lo que conocía. Hervir el brócoli y dispersar queso alrededor para cambiar el sabor que tiene, decorarlo con zanahorias e incluso usar el método del avioncito para que ingrese a la boca del niño pero nada de eso daba resultado.
— ¡No me gusta! — Se quejaba con furiosa manía y apartaba los palillos de su boca rozando su articulación.
Cerró sus ojos marrones tras el sonido de rompimiento de su plato, el codo de Haise tiró su plato al piso en una de sus agilidades. ¡No quiero! Le indicó su niño quien se alteraba más por el sonido pero lo que Hide desconocía era que este día se iba a poner muchísimo peor de lo que ya estaba.
Se sintieron unos toques en la puerta pero Hideyoshi estaba demasiado lejos para sus sentidos captar.
Quien estaba libre era el señor Kuro pero Touka corrió desde su posición hasta la puerta para ser quien abriría la puerta dejándolo perplejo, el rubio sintió aquello como muy extraño. Fue un portazo seguido de abrir la puerta.
Era como si quisiera ocultar algo pero no sabía que era eso o quien era aquel que buscaba esconder.
Haise afinó su nariz y comenzó a olisquear hacia la puerta en un intento de reconocer quien andaba detrás. — ¿qué estás haciendo aquí, Ayato? — Touka abrió la puerta con cierta molestia ya que su hermanito era el "innombrable".
— ¿No puedo venir a visitar a mi dulce hermanita? — El chico de cabello azulado sonrió para molestar a su hermana quien casi le estalla un puñete en la cara ya que no debería estar ahí.
Los ojos de Haise brillaron al volver a ver a uno de sus amigos que no veía hace meses y se quedó con la boca abierta.
Hideyoshi consiguió entrometer el brócoli en la boca de Haise cuando este pequeño también se enganchó a ver quien estaba en la puerta. La típica regurgitación que hacía, el niñero formó un puño y celebró cuando pasó el trozo.
Sonrió por su gran triunfo de hacer comer al niño y siguió escuchando como cuchicheaban ambas personas muy parecidas.
— ¿Hermanita? — Se preguntaba quién era. Hideyoshi se conectó mejor a su conversación utilizando lo mejor de su oído humano.
— ¿Qué estás haciendo en casa del señor Arima? — El hombre de afuera forzó más la puerta para entrar — Eso no te incumbe, Touka — y tuvo que retroceder para no recibir un golpe.
La mano alargada de Akaneki se posó en su espalda para reconfortarlo y transmitir su cariño con un toque. Aún no se había dado cuenta que un personaje antes influyente en su vida estaba tan cerca. Los ojos grises lo miraron con tanta adoración que se sintió a morir, Hide sonrió olvidando completamente a Haise.
— ¡Mírate! Te ves excelente, Akaneki — El hermano menor de Touka avanzó hasta los dos hombres jugando con su cabello.
Hideyoshi se queda pasmado al verlo tan alto, tan guapo con impactantes ojos azulados y probablemente con la misma aura inalcanzable que el albino tiene. Qué guapo es pensaba el rubio mareándose con su precioso rostro y ropa, con paso elegante se acercó al niñero pero primero tenía que hablar con su guardaespaldas Akaneki.
La mano que sostenía el tenedor con el brócoli de Haise fue tomada — Ayato Kirishima, mucho gusto — y a medida que le hablaba, el albino parecía querer matarlo más.
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Niñero de un ghoul | Kanehide
FanficHideyoshi Nagachika debe demasiados créditos en la universidad y cuidar a un niño no es tan malo ¿verdad? Advertencias: Violencia Escritos de horror Fluff Sexo