∆ • ꙄEꟼTIMO • ∆

150 26 10
                                    



— ¿De verdad asistiremos al reino Plisetsky? — Pregunto con sorpresa

— Si hijo, por fin después de tantos años de espera se te concederá ese omega que tanto deseas reclamar, hace unos días citamos a sus padres y como sabrás les hemos ofrecido mucho por el.— Respondió el contrario con seriedad.

— Papa, yo no lo quiero reclamar, yo lo amo y quiero que me acepte tal como soy. —Se sonrojo el alfa. — Aunque para ser sinceros... Yo también intente convencer a la dama Plisetsky. 

— Como sea, mañana asistiremos al castillo, hace años que tu y el omega  no cruzan palabra, aun no entiendo por que estas tan obsesionado con el. — Hizo una mueca de confusión.

— No hace falta verlo, no hace falta que lo entiendas, lo anhelo tanto, lo extraño desde el día en que lo vi por primera vez, es hermoso padre y tiene un corazón bello es tan bueno, creo que será mi destinado. 

— Estas tan obsesionado con ese chico, hay muchos omegas que tienen mas riqueza, e incluso mas hermosos que el. 

— No papá, para mi es el omega perfecto, el me ayudo tanto cuando nos encontramos por primera vez e incluso respondió varias de mis cartas y con sus palabras me curaba el corazón, se siente como si tuviéramos una conexión.  

La mañana llego y el príncipe Jean estaba de mejor humor que nunca, seria un viaje relativamente corto de un día y medio hasta el reino Plisetsky, estaba a tan poco tiempo de llevar al omega a su castillo y celebrar su boda, no se había detenido a...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mañana llego y el príncipe Jean estaba de mejor humor que nunca, seria un viaje relativamente corto de un día y medio hasta el reino Plisetsky, estaba a tan poco tiempo de llevar al omega a su castillo y celebrar su boda, no se había detenido a pensar por que los reyes del otro castillo habían tenido tanta prisa por celebrar el compromiso de pronto, pero tampoco le importaba solo quería verlo de nuevo, escuchar su voz, su sonrisa bella, aquella sonrisa que aquel día lo había salvado. 

El día anterior había mandado a llamar al joyero para que hiciera dos anillos, el primero seria con el que le pediría se casara con el y el segundo se lo daría el día de su boda, el tenia en claro que al ser prometidos por parte de su familia, es decir casi "comprado" no  debía darle nada, no era que el creyera en eso, pero así era visto ante todo todos y en ese sistema de omegas y alfas, el omega solo servia para dar descendencia y para saciar su celo, pero el no lo veía así, el jamás vería a su compañero de aquella manera, porque estaba mas que prendado de el, tal vez no eran destinados, pero el iba a darle todo lo que tuviera en su corazón para enamorarlo y hacer que se quede con el por voluntad propia. 

Por fin llegaron a castillo de los Plisetsky, al entrar al lugar la señora de la casa estaba parada en la entrada y aun lado de ella estaba Yuri, se veía mas hermoso que nunca, tenia puesto un vestido ampon, jamás se había imaginado al omega de aquella forma pero le sentaba tan bien el color azul con el dorado de su cabello, ahora lo recordaba, los omegas de pertenecientes a la clase alta de ese reino usaban vestidos decorados después de su primer celo, era como si los estuvieran exhibiendo para consumo. 

MY MONSTER *Otayuri*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora