Segunda rosa

256 29 0
                                    

Al despertar, me encontré con el cuerpo de Yunho delante de mi aún dormido y lo que hice fue acurrucarme más en el, dejando mi cabeza en su pecho. Yunho me apegó más a el dejando sus manos en mi espalda.

-¿Cómo amaneció Heenie? -me preguntó dirigiendo su vista hacia mi.

-Muy bien ¿Y usted oppa?

-tambien amanecí bien, porque amanecí a tu lado.

Esas palabras hicieron que mi pecho se estrujara de manera dolorosa "¿Cómo esas palabras lindas pueden doler tanto?" me pregunté a mi misma mientras escondía mi cara que tenía un leve sonrojo, en el pecho de Yunho que estaba cálido y cómodo.

El día empezó muy bien, y siguió así haciéndome sonreír casi todo el día. Estuve todo el día con Yunho, el fue muy meloso y encimoso conmigo, cosa que no me molestó para nada. En realidad me hacía muy feliz poder estar con el.

Lo malo fue el domingo. Desayunamos juntos, pero me dijo que le pidieron que fuera a trabajar y que no iba a llegar temprano ya que tenía que hacer de guardia.

Luego de lo que vi, no le creí nada. Siempre usaba su trabajo como excusa y ya no creía en él.

Cuando el se fue, minutos después yo salí a la floristería a comprar otra rosa y el chico que estaba trabajando ahí me preguntó.-¿Por qué compra cada rosa individual y no compra un ramo?

-Es que tienen que ser individuales porque depende del día -dije y le di una sonrisa para posteriormente salir de el local.

Cuando llegué al departamento dejé la rosa en la isla de la cocina. Luego de almorzar, solo me puse a hacer aseo en el departamento, lo limpié mientras dejaba la ropa lavándose en la lavadora.

Después de terminar con la limpieza, me fui a bañar para luego colocarme mi pijama, aunque todavía eran las seis de la tarde. Me puse en el sofá de la sala de estar, acostada para ver alguna serie en el televisor, ya que no quería ver mi celular... No sé en qué momento me dormí en el sofá sin haber cenado otra vez.

Sentí a alguien entrar luego de varias horas de estar dormida según yo. Escuché perfectamente cuando entró ya que la puerta era algo ruidosa.

Sabiendo la identidad de la persona, simplemente me quedé ahí fingiendo estar dormida. Sentí cuando se acercó hacia a mi mientras soltaba una pequeña risa, para luego cargarme como si fuera una bebé, mientras yo colocaba mis piernas al rededor de su cintura y mis brazos al rededor de su cuello.

El dejó uno de sus brazos en mi espalda y el otro debajo de mis piernas y trasero para cargarme mejor. Me dejó acostada en la cama con mucho cuidado, mientras el se sentaba en el borde de esta quitándose la ropa del trabajo y colocándose su pijama.

Yo me senté en la cama mientras frotaba mis ojos. Se acercó de nuevo hacia mi dejando un beso en mi frente.

-Ya te he dicho que no te duermas en el sofá.

-Pero estaba viendo una serie mientras lo esperaba.

-Te dije que iba a llegar tarde. Te va a hacer mal dormir ahí.

-Prefiero dormir ahí, que sin usted a mi lado.

-Aún así, puedes tener dolores en tu cuerpo y yo no quiero que eso te pase -dijo y me cargó para que quedara encima de su regaso dándome mimos en todo el cuerpo mientras yo me acurrucaba en el.

Luego de un rato el fue a tomar agua y cuando regresó tenía la rosa amarilla que había dejado en la isla de la cocina.

-¿Por qué me dejas estas rosas?

-Porque quiero que sepa lo que le quiero decir con ellas.

Y Yunho sin entender mucho a qué me refería, se acostó en la cama dejando la rosa en el mismo jarrón con agua en el que estaba la otra.

Rosas amarillas - Jeong Yunho ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora