28. Antes de irse

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—Asumo que por esto crees que todos los magos son malos.

—Yo no lo creo. Pienso que algunos son buenos, pero en mi manada creen que todos son malos.

Por experimentar un par de cosas, Jimin le había llevado carne cruda a Jungkook. Quien estaba estudiando en una sala a solas. Pues con Jin solo se desconcentra queriendo jugar o pegarle. Se pegan mucho mutuamente. Similar a dos cachorros mordiéndose sin ninguna mala intención.

El morpho tan solo veía como Jungkook muerde, rasga, mastica y traga la carne sin problema o asco. Incluso le ofrece a Jimin para que coma con él. Educadamente lo rechaza, le gusta el sushi y aun así no considera que pueda con la carne. Además de que tal vez le dé una infección. Su organismo es menos fuerte que el de un lobo.

—Y arriesgaste todo por venir... Es un poco peligroso y tonto de tu parte. —informa con gesto preocupado.

—Lo sé, pero ¿Qué otra opción tenía? Tenemos años en el mismo espacio, es una reserva mágica, pero... —Niega con la cabeza con deje hastiado—. Sentí que debía venir, que debía llegar más lejos a simplemente tener una vida como los demás en la manada. Crecer, buscar mi compañero, compañera o acompañante de vida, reproducirme y ahí termina—dicho así, suena bastante corto y Jimin arruga la cara—. Y esperar que no me cacen o algo peor.

—Vaya...

—Además, la carta llegó de repente. Ni siquiera la pude leer bien—admite apenado—. La letra era muy rara. Todos pensaban que la ignoraría, no que vendría aquí y... sí, posiblemente no tenga más que a mis padres ahí—Se encoge de hombros—. Aquí hay más que un bosque para cazar. Puedo hacer más que eso—musita cerrando los ojos y suspirando—. Quiero vivir mucho más de lo que otros en mi lugar creen que pueden tener.

—Es una bonita forma de verlo—Elogia con una sonrisa—. ¿Por qué no lo dices a los demás? Llegados a este punto, no creo que ninguno se asuste o queje por esto.

—No lo sé. No me siento cómodo diciéndolo. Si lo descubren o se los dices no me molesta. —Sonríe tímido.

Jimin sube el labio inferior. Que Jungkook le esté dando la confianza de revelarlo solo le quita las ganas de decirlo. Es un tema muy suyo. Que sea él quien lo ventile le parece hasta una falta de respeto. Sacude la cabeza.

—Hazlo cuando creas que debes. Cuando te sientas cómodo. Solo ten la seguridad que todos te van a querer incluso con ello. Estoy aseguro. —Balancea las piernas en su asiento, con una enorme sonrisa y el cabello rosado.

Los ojos de Jungkook permanecen dilatados un rato, viendo a Jimin y feliz de la forma en que se toma todo esto. Por algún motivo que ni siquiera vino por sus padres, tiene la impresión de que no debe decirle a nadie su naturaleza real. Que debe permanecer en secreto incluso con los más cercanos.

Le gustaría saber de dónde viene este miedo. Porque es eso: Miedo a que todos sepan que es un hombre lobo, a pesar de que no se avergüenza en lo absoluto de serlo. Jimin silba, tomando los apuntes de Jungkook y pasando los dedos por encima de la hoja de papel.

— ¿Te cuento un secreto raro? —Asiente animado, apoyando la barbilla en los brazos—. Por algún motivo... No me gusta estar solo con adultos. No soporto estar en una misma habitación a solas con adultos—Ríe por ocultar la vergüenza que le provoca—. Una vez, cuando aún no sabía cómo cambiar mi aspecto... me quedé con un grupo de personas y todas me miraban. Todas me veían de muchas formas.

Jungkook aldea la cabeza.

—Algunos me miraban como si fuese lo más bello del mundo y ¿Otros? Como si quisieran matarme y... Literalmente se empezaron a matar frente a mí. Hubo dos muertos, tres heridos y bien—Exhala Jimin, sin saber como definir la experiencia—. Empezaron a querer tocarme.

— ¿Tocarte?

—Sí. Me estaban tocando mucho y yo... me altere demasiado. Los queme. Casi los mato—Confiesa en un suspiro—. Solo quería que alejaran, que dejaran de tocarme, lo hacían demasiado. La cara, el cuello, las piernas—Mueve las manos—. Les decía que no lo hicieran, pero ellos no me hacían caso. Solo seguían y seguían. Me rompieron la ropa y por eso pasó.

—Umm...

—Nadie quería adoptarme por eso. Pensaron que estaba maldito o algo así.

—Alguien pudo ver que era ridículo. Tienes papá y mamá.

—Sí—Su cabello se riza de inmediato con una sonrisa amplia—. Tal vez son un poco raros a veces, pero me quieren y me cuidan mucho. Es todo lo que necesito realmente. Igual que tú. Seguro que todo saldrá bien cuando vayas a casa.

Jungkook asiente, balanceando las piernas y dando un pequeño chillido antes de arrimar el cuaderno hacia Jimin, habiendo puesto una página en especifica. Jimin ladea la cabeza, viendo el dibujo que hay ahí.

Es un lobo, pequeño y tierno con una burbuja de dialogo que dice: La manada es una familia que escogemos y amamos hasta el final de nuestra vida ¡Cuenta conmigo en lo que necesites!

Jungkook sonríe al mismo tiempo que Jimin, quien exhibe por primera vez algunos mechones color corintio.

~ * * * ~

—Pues... No está mal. —opina Namjoon leyendo la lista que colocaron con los lugares que ocupan todos en sus clases.

Es gracioso, porque hay dos número uno en cada lista. Él en todas y una variación constante entre Jimin y Jungkook. Excepto en Herbología que hay hasta tres, incluyendo a Taehyung. Hoseok aun maldice entre dientes la alergia que le dio el día del examen y que por ello acabó estornudando sobre una planta y jodiendo su crecimiento por haberla asustado.

Muy de cerca está Yoongi, Taehyung en las demás. El que suele estar más abajo es Jin. Exceptuando en astronomía que es sencillamente su mejor terreno y hace de tercero en primer lugar. En las demás está de décimo o undécimo y a pesar de que no es malo, pues es un listado de todo el primer año, lo decepciona un poco por no lograr alcanzar a los demás.

Quienes más bien tienen un combate ellos solos para ver quien lo hace mejor.

— ¡AH! ¡SI PUDISTE!

Taehyung se guinda de él zarandeándolo de la emoción y pronto los demás vienen a abrazarlo con fuerza. Sacándole el aire.

— ¡Eh! ¿¡Creíste que no podría!?

—Déjanos estar orgulloso maldita sea. —quejumbra Yoongi malhumorado.

Jin acaba por exhalar, sonriente. Bueno, debe admitir que tampoco es tan mal lugar considerando lo mucho que se esforzó. Todos lo ayudaron y es apenas el primer periodo. En el siguiente lo haría mejor. También tiene seis largos años de colegio por delante y por los cuales preocuparse.

Tras ver las calificaciones, listas y demás, se dan por terminadas cualquier clase de tortura por este año. Mañana se irían a casa en el tren. Jin se ve obligado a salir de sus meditaciones por Taehyung, quien extiende un pergamino enrollado hacia él.

—Un regalo. —Jin lo toma, dudoso de que pueda ser. Ladea la cabeza, extrañado de que sea un cielo lleno de estrellas, con una constelación en específico resaltada; también reluce una especie de sombra que está frente a ese cielo. Una sombra de un circulo y un triángulo.

—Está bonito ¿Quién es?

— ¿Quién más va a ser con esos hombros enromes?

Ríe abochornado. Ahora tiene mucho más sentido.

La congelación marcada es la sagitario. Una muy visible el día de su cumpleaños. Vuelve a enrollarlo, preguntándose donde exponerlo y no dañarlo en el camino a casa. Sería buena decoración a su habitación junto a dibujos que ha hecho el mismo. Abraza a Taehyung por la espalda, andando con los mismos pasos.

—No puedo, tienes las piernas muy largas.

—Es triste que pasé mi cumpleaños estudiando como un obseso—Exhala desanimado. Los demás le dieron regalos y fueron bastante animados, pero le hubiera gustado no tener que estudiar—. ¿Vienes a mi casa en navidad? Así sea a pasar un rato. Me gusta pasar tiempo contigo. —comenta aun andando.

—Le diré a mis padres, tienes que darme tu dirección primero.

—Vale. Ante esta belleza no van a decirte que no. —Asegura antes de reír y abrazarlo con fuerza.

Incognito: Echo Ignotum || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora