59. Estrellas Opacadas

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—Deja de joder maldita sea, que gracias a mí estás viendo esto para empe-

—Yoongi. —Regaña la Sra. Min. Yoongi chasquea la lengua con molestia, mirando a otro lado.

—De nada, niño mago ¿Te agradezco por explotar mi pared también? Imbécil. —bufa el hermano de Yoongi, ambos igual de malhumorados.

Se encuentran en el callejón Diagon por Yoongi necesitando algunos libros extras para acabar de entender su tarea. Está lista, claro, Jimin se la envió hecha y lo único que hizo fue redactarla distinto. No obstante, siendo un tema que verán próximamente lo asusta no entenderlo.

Porque literalmente puede implicar quemarse las cejas viendo el caldero y que este se ponga azul celeste como cielo despejado a las seis en punto de la mañana y no azul celeste de cielo normal a las doce AM. A veces se pregunta por qué las pociones son más quisquillosas que él. Finalmente, sus padres logran cambiar las libras a galeones y Yoongi toma el dinero.

Pues sus padres no saben cómo usarlo y él sí.

—Cambiaron mucho. —comenta viendo el monedero lleno de monedas de oro. Puros galones ahí metidos.

—Si son de oro, podemos hacer otra cosa con ellas. —opina su hermano y Yoongi rueda los ojos.

—No. Simplemente me lo quedo.

— ¿Por qué?

—Porque yo sí se usarlo.

—Dejen de pelear. —Regaña la Sra. Min—. ¿Qué les sucede hoy?

—Que por el niño mago mi computadora está rota, mi ventana está rota, mi pared está rota y no puedo tener dos minutos normales porque todo el mundo está preguntándome por qué yo no fui al fabuloso internado y mi hermano sí.

—Vale, ya basta. —Interrumpe antes de que Yoongi le responda.

— ¡Se cree que es mejor que yo solo porque de algún modo, tiene magia! —Acusa exasperado y Yoongi se crispa, con su cabello consiguiendo vibrar gracias a la magia que empieza a brotar de él—. Todos sabemos que en realidad solo eres un rarito que cree ver gente muerta.

— ¡Yooooooongi!

Gira la cabeza, encontrándose a Taehyung y Jimin, juntos como no puede ser de otra manera. El par de morphos dejan a sus parientes atrás para ir a saludarlo y como no es de extrañar: Lanzarse sobre él a abrazarlo.

—No sabíamos que ibas a venir.

—Debiste avisar, así nos habríamos encontrado antes.

—Y habríamos ayudado con el cambio de libras... Hola, un gusto verlos. —saluda Jimin a los padres de Yoongi. La madre de este sonríe.

—Un gusto verte a ti también, Jimin.

El hermano de Yoongi se mantiene a raya con los tres hablando y andando un par de pasos por delante. Los padres de Yoongi, Jimin y Taehyung hablan entre sí. Dejándolo solo. Bufa malhumorado hasta que algo en una estantería llama su atención. Es una especie de pelusa que bien puede caber en su mano. De color gris y ojos grandes chocando con la vitrina.

—Es un Puffskein. —indica Taehyung.

—Es una mascota. —Prosigue Jimin.

—Puedes tener una si quieres. Comen de todo. —Acaban coreando. Sacude la cabeza, metiendo las manos en sus bolsillos y andando más apartado. Yoongi blanquea los ojos, acercándose a Jimin para susurrarle algo al oído.

~ * * * ~

—Toma.

—No voy a abrir nada que hayas sacado de ese lugar. —Advierte usando los enormes audífonos para jugar en la computadora. Cosa que apenas pudieron reparar. Yoongi blanquea los ojos, dejando la bolsa en el escritorio.

Incognito: Echo Ignotum || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora