Cuando despierto no ha amanecido del todo.
Mis padres aún duermen. No sé a qué hora llegaron pero es evidente que alguien se tomó la molestia de arroparme. Busco el móvil para revisar mis redes sociales antes de que llegue la hora de arreglarme, al encenderlo soy acribillada por quince mensajes de Lucía, todos preguntando a donde me había metido.
Admito que fui una grosera con ella, aparte de plantearla le había gritado... Y no se lo merecía. Lucía no sólo era mi mejor amiga, era la única, desde siempre. Ya me disculparía con ella, llegando al colegio. Sus mensajes me trajeron el recuerdo del almuerzo, de Daniela Calle, y sonreí tontamente al pensar en ella.
Pero me equivoqué al pensar que esa comida de alguna manera había establecido un lazo entre nosotras. Las dos semanas siguientes no me dio la más mínima señal de recordar el almuerzo, incluso empezaba a dudar que hubiera estado con ella en ese restaurante, tal vez tenía una hermana gemela... O tal vez el cansancio me había hecho alucinar. No le tomo mucho hacerse muy mala fama en el colegio. Pronto se convirtió en la profesora más odiada, tanto por sus alumnos como por ellos que habían escuchando las aterradoras narraciones de sus clases, de sus complicados interrogatorios, de los insufribles exámenes orales y por supuesto de nuestra más grande pesadilla, los ensayos.
Y lo peor parte es que el resto de maestros trataban de imitarla, no les hacía gracia que una profesora recién llegada se hubiera ganado el respeto absoluto de todos los estudiantes o el temor, como se quiera ver a lo que Daniela Calle inspiraba en sus pupilos, que se paseaban de un lado a otro con el rostro detrás de un libro o garabateando las líneas de algún ensayo que tenía pendiente. Honestamente a mí me intimidó desde el principio pero a medida que avanzaban los días la profesora Calle iba despertando otras cosas en mí.
Aparte de ser una mujer indudablemente hermosa, también era inteligente, ingeniosa y elegante. Mientras hablaba en las clases yo no podía hacer nada más que contemplarla con fascinación. Ella tenía un poder especial para atrapar toda mi atención y mantenerme embobada, aún cuando no estaba frente a mí.
—Pero si ayer conté cien más...-le gritó Lucía a su libreta después de contar por quinta vez el total de palabras que llevaba hasta ese momento.
—Tal vez se te quedaron en el salón-me burlé.
—Ja. Ja. Ja. ¿Cuántas llevas tú?
Me encojo de hombros.
—Pasaré toda la noche trabajando en eso.
—Es una reverenda estupidez-se queja.
La vieja bibliotecaria carraspea molesta.
—¿Qué? - pregunto en un susurro mientras ojeo unos libros que alguien ha dejado sobre ese escritorio.
—Este ensayo a mano ¿Cuál es el caso?
—Revisar la ortografía- respondo con obviedad.
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𝑺𝒊 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒎𝒊́𝒂. [𝑪𝒂𝒍𝒍𝒆 𝒚 𝑷𝒐𝒄𝒉𝒆́]
Fanfiction༻𝗘𝘀𝘁𝗮 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻, 𝗹𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗼𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗹 𝗹𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗲𝗰𝗲 𝗮 @𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮𝗕𝘂𝗸𝗼𝘄𝘀𝗸𝗲𝗿.༺ ༻ 𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑴𝒂𝒓𝒊́𝒂 𝑮𝒂𝒓𝒛𝒐́𝒏 𝒄𝒓𝒖𝒛𝒐́ 𝒍𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒂𝒍𝒐́𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒊𝒕𝒆𝒓�...