Y entonces lo supe.

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Cualquier falta de ortografía por favor déjenlo en los comentarios para poder corregirlo. No olviden que todo con respeto, gracias.

Presiono responder

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Presiono responder. Escribo y borro mensajes con las manos temblorosas y el corazón latiéndome de prisa.

“¿Vienes?” esa fue una pregunta “ya estoy sola” ¿Acaso era ese un ofrecimiento? No parecía molesta por haberme sorprendido hurgando en su aula, incluso había participado en mi mentira al director. ¿Qué es lo que quería? Tratándose de Daniela Calle era imposible adivinar, esa mujer era un misterio dentro de otro. ¿Qué tenía que responderle?. Tal vez lo más indicado era mentirle, decirle que estaba en clases o de plano ignorar su mensaje y fingir que nunca fue leído. Respiré hondo. ¿A quien trataba de engañar? Moría por verla. Mi respuesta fue dicha en dos letras.

Ok.<<

Mientras caminaba a su salón me sentí como un estúpido muñeco vudú, allí estaba. Posiblemente me gritaría, me reportaría, me castigaría con un jodido ensayo, tal vez me bajaba puntos o mandaba a llamar a mis padres... me podía llamar para un millón de cosas y ninguna debería ser buena, sin embargo respondí “ok” por el simple hecho de que cualquier castigo valdría la pena si saciaba mi necesidad de verla.

Apenas iba a golpear la puerta cuando está fue abierta dejándome con la mano en el aire. Ella me escudriña con sus desquiciantes ojos cafés por una fracción de segundo e inesperadamente me jala y cierra la puerta del salón. Yo tengo un mini infarto, todos mis sentidos cayeron presos en su arrebato.

—Tú no sales de un problema y ya estás buscando meterte en otro.

Aquello es un regaño a todas las luces pero ella no parece molesta en los absoluto. Que mujer tan extrañada. Abrí la boca con la intención de disculparme pero ella me dio la espalda para caminar hasta su escritorio.

Dudé unos segundos antes de seguirla.

—Usted me pidió que viniera...- comienzo a dudar que el mensaje hubiese sido para mí.

Tal vez cometió un error, tal vez el texto iba dirigido a otra alumna. Sentí como mi estómago sea rociado por ácido y de nuevo tuve el impulso de alejarme.

—Yo te lo propuse- dijo con un falso tonito de inocencia.

Mi cerebro dibuja un enorme signo de interrogación.

—¿No quería que viniera?

—Me inquieta saber ¿que no tienes más clases?

𝑺𝒊 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒎𝒊́𝒂. [𝑪𝒂𝒍𝒍𝒆 𝒚 𝑷𝒐𝒄𝒉𝒆́]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora