SasuBoru: Second First Love

Show me love

—¿Qué te sucede, Boruto? —preguntó su amigo, notando su muy evidente estado de desánimo —. Sabes que a mí puedes decirme lo que sea.

Ambos estaban sentados junto a la mesa dentro de la cafetería donde habían quedado en encontrarse con sus otros amigos, Shikadai e Inojin, quienes aún no habían llegado.

Boruto, que había permanecido silente la mayor parte del tiempo que llevaban estando allí, mantenía su mentón apoyado sobre las palmas de sus manos, sosteniéndose con los codos sobre la mesa. Suspiró con pesadez y se dejó caer, escondiendo su rostro entre sus antebrazos.

Se sentía mal. Hacía días que no había vuelto a verse con su sensei, más precisamente desde aquella noche en que había salido corriendo de su casa ante el incómodo planteo de su hermanita. Era más que evidente que Sasuke le estaba evitando. Y la angustia iba creciendo día tras día.
Pero lo peor de todo es que no sabía si contarle a Mitsuki todo lo sucedido con el azabache. No es que no confiara en él, simplemente no estaba listo para escuchar reproches u obtener miradas reprobatorias de su parte (ni de nadie), aunque sabía que su amigo siempre solía apoyarlo en todo, sin importar qué.

Entonces, tras meditarlo unos segundos, hizo visible su rostro una vez más, pero manteniendo su barbilla aún sobre los brazos, y miró a Mitsuki fijamente a los ojos.

Éste le sonrió, animándole a hablar, y con ese cálido gesto Boruto juntó fuerzas para atreverse a contarle todo.

—Pues verás...—se incorporó y trató de mantener la tranquilidad, no era algo fácil de poner en palabras lo que estaba por confesar.

Pero la decisión estaba tomada, iba a hablar.

<Flashback>

Sus labios estaban tan cerca que ambos podían sentir cómo se rozaban. Algo increíblemente torturante pero demasiado tentador como para retroceder...

A pesar de estar con los ojos cerrados, Sasuke sabía muy bien que el rubio pensaba besarlo. Podía sentir sus intenciones, sobre todo al oír su errática respiración...

Pero lo que era aún peor, es que él quería que el chico lo hiciera. En lo más recóndito de su pecho, quería sentir esos labios visiblemente suaves, quería despejar toda duda de cómo sería probar aquella boca juvenil y por fin saciar ese deseo que estuvo tratando de ocultar todos estos últimos días. Hacía tiempo que Sasuke sentía la necesidad de besar al menor, pero su lado racional le imploraba a gritos que mantuviera la distancia y el autocontrol, que eso no estaría bien. De ningún modo.

Pero con un demonio, ¡poco le importaba la moralidad teniendo a Boruto tan cerca!

Ese chico era sin duda lo más irresistible que le había pasado después de Naruto. Los varones Uzumaki hacían estragos en su cabeza y simplemente le hacían perder el raciocinio por completo. Sabía que esto pasaría, por eso al principio se rehusaba a aceptar entrenar al rubio menor, es que cada mínimo rasgo suyo le recordaba al gran amor de su vida.

Pero ¿qué caso tenía recriminarse ahora las cosas? Había caído bajo sus encantos y ya no podía hacer nada contra ello.

Sin más, ambos comenzaron a abrir sus ojos muy lentamente para mirarse el uno al otro con extrema profundidad, reafirmándose sin la necesidad de palabras que todo iba a estar bien, que no había nada de malo en lo que estaban por hacer...aunque eso fuera un completo engaño.

Y entonces...

—Perdóname...—susurró Sasuke con suavidad sobre los labios contrarios, para luego tomarle del rostro y finalmente sellar sus bocas con un tierno beso, digno de película donde los labios de los involucrados se mueven con suma lentitud y suavidad.