BLOOD♤ [SanWoo]♤

Capitulo 10

Part 1

El gran lobo blanco de mechas grises avanzó a gran velocidad por aquel sendero cubierto de nieve, manchando aquel blanco impoluto con el rojo intenso de la sangre que ensuciaba sus patas.

"San... San... ¡San!"

Sentía el desbocado ritmo cardíaco sacudiendo su pecho, sus músculos y tendones dolían como el puto infierno pero no podía detenerse, debía encontrarle.

Detuvo sus pasos, alguien de pie en medio del camino a unos cuantos metros, le impedía seguir.

–¿Por qué luces tan desesperado? Has llegado tarde.

Wooyoung ahogó un jadeo que amenazó con salir de sus labios, ya no era un lobo, había vuelto a su forma humana, miró con extrañeza sus manos. La sangre goteaba de sus dedos, yendo a parar al frío suelo.

Miró de vuelta al extraño, era él mismo. Cómo si se estuviese viendo en un espejo.

–No pudiste reparar tus errores –dijo aquel reflejo con desprecio– ahora él ha pagado las consecuencias– una risa burlesca escapó de sus labios– patético, lo has perdido todo.

–No... No es cierto... Mientes... –Wooyoung intentó limpiar la sangre de sus manos con su camiseta, pero esta seguía goteando, fluyendo por su piel– aún puedo... Puedo salvarle...

–¿En serio crees que puedes?– Wooyoung levantó la mirada, en vez de él mismo, ahora quien estaba en frente suyo era aquella chica tan idéntica a él, y que se había vuelto tan frecuente en sus pensamientos.

–Si.

La respuesta del pelimorado salió segura de sus labios, su pecho subía y bajaba a causa de su errática respiración, sus manos temblaban un poco, pero en sus ojos, en aquellos ojos violeta, brillaba la determinación.

–No desperdicies las oportunidades, Wooyoung.

Wooyoung abrió los ojos de golpe e intentó incorporarse pero un fuerte dolor en su espalda baja le obligó a volver a echarse contra el colchón.

–Ah... –volvió a incorporarse con más calma y despacio hasta quedar sentado a orillas de la cama.

Observó la habitación, los postes delanteros de la cama estaban quebrados, la mesa de noche estaba volcada, todo estaba tirado... Que puto desastre. Se miró a sí mismo, las manos de San habían quedado marcadas en su cintura, es sus muslos habían moretones, sus muñecas estaban rojas, marcas de mordidas en su abdomen. Él también era un desastre.

–Maldito chupa sangre... –susurró para sí mismo.

Por suerte, gracias a su condición licántropa, aquellas marcas y moretones desaparecerían en unas horas.