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Hacía mucho tiempo que no jugaba baloncesto, ya que en ese período mi ánimo no era el mejor. ¿Pueden creer que pasaba todos los días tirado en la cama jugando con el celular? Apenas hace unos días empecé a llevar una vida normal de adolescente o adulto joven, como quiera que sea a mi edad. Había olvidado a Anelisse por un momento, estaba distraído y eso era mejor para mí. El caso era simple. Una simple chica que conocí en la fiesta de esa noche, la cual seguro ya ni se acuerda de mí y me gustó bastante, pero como no la volveré a ver todo vale mierda y no hay de qué preocuparse. O al menos eso espero.

"Mi madre me dijo que querías hablar de algo. ¿Qué es?" Le pregunté curioso, para luego intentar encestar el balón. No pude. Me mordí el labio inferior con un poco de fuerza.

"Necesito tu ayuda" Detuvo el pique de su balón anaranjado y acomodó la pelota bajo su brazo, para luego abrir su botella de agua helada y beber de ella. Estaba sudando bastante, pues las gotas de sudor caían en cascada de su frente.

"¿En?" Le arrebaté la bebida y tomé de ella también, en lo que caminaba a uno de los bancos ubicados bajo los árboles de ese parque en el que estábamos. Era sorprendente que Luke me pidiera ayuda en algo, ya que según el siempre tenía en claro la manera de hacer las cosas. Claramente el que recibía ayuda siempre era yo.

"¿Recuerdas la chica que te dije hace un tiempo?" Caminó hacia mí y se sentó, después de subir su camiseta y limpiarse el sudor. Si algo faltaba, era un grupo de chicas chillando detrás suyo.

"¿Qué pasa con ella, galanazo?" Pregunté chistoso. "Por Cristo, ¿ya le has puesto el cuerno o ya le metiste el otro cuerno?" Viniendo de Luke, ya podía adivinar.

"Aunque no lo creas, nada de eso. El problema es que está demasiado distante conmigo, y no sé qué error cometí. Confía en mí una vez, que ella es distinta. Nunca me fijaría en otra teniendo a tal mujerón al lado, créeme, Ash"

"Eso es extraño, ¿no le has preguntado qué le pasa? Quizás solamente está en sus días del mes" Sugerí. Por primera vez veía a Hemmings así.

Luke se dio un golpe a sí mismo en la frente, supuse que con ese gesto quiso dar a entender que no había pensado en ello. No pude evitar soltar una de mis llamativas carcajadas. Ashton 1, Luke 0. Sacó su celular de su pantalón y pude ver cómo abría su aplicación de WhatsApp, de allí las conversaciones con la chica, entonces empezó a escribir. La tenía agendada como "Ann".

Luke: Hola, hermosa. ¿Qué tienes?

Tan rápido como lo tipeó, ella leyó el mensaje. Al parecer a Luke no le molestaba que yo leyera la conversación entre ellos, por lo que yo seguía haciéndolo gustoso ya que estaba más interesante que la novela que ve mi madre.

Ann: No me pasa nada, Lukey...
Luke: Tú estás rara, no me hablas igual desde la fiesta. ¿Te han hecho algo malo allí?
Ann: Te diré la verdad.

Luke se comía las uñas.

Ann: Me besé con un chico que conocí en la fiesta, básicamente me gustó. Pero créeme que fue efecto del alcohol, sólo no quería decírtelo porque te enojarías conmigo.

"Demonios" Dijo él. "¿Cómo pudo? Teniéndome a mí, Ashton"

"Te está diciendo que fue efecto del alcohol y ya. Nada del fin del mundo..." Lo tranquilicé, después de aclarar mi garganta. "Además no le has pedido que sea tu novia todavía. Díselo pronto"

Mi amigo sonrió motivado, dándole una palmada en la espalda como agradecimiento hacia mi apoyo.

"No te pongas cursi, Hemmings. Muéstrame una foto suya, ¿quieres?"

Buscó en la galería de su celular, para luego mostrarme una foto de esa chica.

Se trataba de Anelisse y yo no sabía qué decir. ¿Había estado con la chica de mi mejor amigo, o la casi chica? Demonios, demonios, demonios. Mis manos empezaron a sudar al igual que toda mi anatomía, por impulso me rasqué la nuca y solté un suspiro entrecortado. Quería que la tierra me tragara, o quizás hundir mi cabeza en ella hasta morir de asfixia.

"Demasiado hermosa, ¿no? Lo mejor es que será mía muy, pero muy pronto" Rió Luke, para después guardar su teléfono en un bolsillo y levantarse para que los dos sigamos jugando baloncesto.

love in september ; ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora