Mianju. Capítulo 3.

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Notas importantes antes del capítulo: Este capítulo es prácticamente puras escenas +18, por lo que si no te sientes cómod@ con ello, no recomiendo que continúes leyendo ;-; en caso contrario, bienvenid@ y adelante :D

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Los desesperados jadeos hacían eco por toda la habitación. Lágrimas caían sin parar por el ruborizado rostro de Jin Ling.

Los largos dedos de Sizhui atacaban una y otra vez aquel montón de nervios dentro del menor.

—Quiero escucharte Jin Ling, recuerda que si no fuera así te habría puesto el hechizo silenciador...

El menor dejó salir un fuerte gemido a la vez que un nuevo orgasmo en seco hacía estremecer fuertemente su cuerpo; sin tener más fuerza Jin Ling se inclinó hacia delante pegando la cabeza al suelo y soportándose con los hombros.

Sizhui sonrió.

—¿Qué número fue este, A-Ling?

Jin Ling tenía la mirada perdida, aún recuperándose del fuerte orgasmo. Perlas de sudor adornaban su frente, el rostro imposiblemente rojo.

—¡Ah!

La palma de la mano de Sizhui se estampó con fuerza sobre su glúteo derecho.

—Número, A-Ling.

Jin Ling tragó saliva.

—S-seis...—dijo en un hilillo de voz.

—Uhm... ¿quizás podemos llegar a diez? —Sizhui pareció contemplar para si mismo, Jin Ling sacudió desesperado la cabeza.

—¿Eh? ¿Qué sucede? ¿No te gustaría romper tu récord?

Sizhui acarició el ya morado miembro de Jin Ling a la vez que retiraba sus dedos de su interior. Jin Ling volvió a estremecerse ahogando un grito ante las sensaciones que ambas acciones provocaron.

—S-sie... te...—su voz fue casi inaudible, la caricia había sido demasiado para su ya sumamente sensible cuerpo.

—¡Oh! ¿ves que no es difícil?

—Ah...—Jin Ling gimoteó. —P-por favor...

—¿Qué te parece si hacemos un trato?

Sizhui se inclinó sobre Jin Ling, acercando sus labios a su oído.

—Podemos llegar a diez y romper tu récord, o...—besó tiernamente su mejilla. —puedes usar tu dulce boca y tratar de enmendar tu falta. Si considero que hiciste un buen trabajo consideraré tu castigo por finalizado y te recompensaré por ser tan buen chico. —Jin Ling asintió desesperado y Sizhui rió. —Pero, si por el contrario considero que no haces un trabajo lo suficientemente bueno, tendrás que llegar a quince orgasmos sin que mi cinta sea retirada; no podrás venirte en todo lo que resta del día tampoco. —Jin Ling palideció. —¿Qué dices?

Nuevas lágrimas se deslizaron por las mejillas del joven líder de seca, su miembro penosamente duro enviaba constantes ondas de dolor.

—S-sí. —asintió desesperado una vez más.

—Bien. —Acariciando una vez más la enrojecida piel de sus glúteos se puso de pie y se colocó frente al rostro de Jin Ling. —De rodillas. —ordenó.

Torpemente Jin Ling logró enderezarse al tiempo que la túnica de Sizhui caía, dejando al descubierto su bien formado cuerpo. Su blanca piel hacía un perfecto contraste con el negro de su cabello, los músculos perfectamente marcados de su abdomen y su largo y grueso miembro completamente erecto provocaron que se relamiera los labios de manera inconsciente.

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