Capítulo 15

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Maratón(7/20)

A saber cuántas veces había deseado estar haciendo esto. Tantas y sin exagerar. Parte de su ser era la _______ salvaje y con ataques de ira que hace tiempo no frecuentaba. Esa _______ grosera, prepotente y hasta algunas veces un tanto hija de puta. ¿Pero quién podía refutarle que no lo fuera? Si no conocías su pasado, probablemente no podías juzgarle ningún acto. Es más, no tenías derecho alguno a hacerlo.

Era algo así como el pasado que nadie entendería con palabras. Se necesitaban hechos y ponerse en su lugar para lograrlo.

Mientras aceleraba el Mustang y hacía rugir el motor, podía recordar el rostro horrorizado de Billie al verla golpear a ese hombre ebrio que le había tocado más de la cuenta. Recordarlo la hacía llenar el cuerpo entero de rabia, a la misma vez que sus músculos se tensaban y le exigían que fuera a buscarlo para molerlo de una vez por todas.

Había tenido que pagar a la dueña de la cafetería una indemnización por los daños que había ocasionado en el local y además un dinero adicional por todos los clientes que habían salido despavoridos, gracias al tremendo espectáculo que había montado y se habían ido sin pagar. Y además de eso, llegar a un acuerdo (de tipo económico) con el tío ebrio que había lanzado por las ventanas. Por suerte y había sido nada más un golpe fuerte en la espalda. Había salido ileso, el hijo de puta.

Y de ella... de Billie no se podía decir mucho. Definitivamente había jodido todo lo que de algún modo..."tenían"... si es que se podía decir que tenían algo.

Al verla ahí. En vuelta en llamas. Ardiendo en ira y con los puños apretados... le había hecho recordar la última discusión que habían tenido antes de separarse por dos años. Y a _______ también le frustraba...

- "¡Eres una bestia! ¡Míralo!"...

Las palabras de Billie retumbaron en su cabeza. Malditos recuerdos.

- "¿Vas a golpearme a mí también" –

Su mirada. Sus bonitos ojos llenos de pánico, atemorizados pero a la misma vez valientes.

- "Deja de mirarme y hazlo, ¡hazlo de una maldita vez! –

Basta... no podía seguir recordando la peor noche de toda su vida. Esa historia ya había concluido. Al fin y al cabo, ella había preferido una mafia a la cual ella ya había renunciado hace mucho tiempo. Era mejor así ¿verdad?

Aplastó el acelerador, sin ningún rumbo exacto... solo dejándose llevar por la velocidad y la música que sonaba fuerte en los amplificadores.

Aun había ira en ella. Ira por el tipo ebrio que había tocado a Billie. Ira por las mamparas de cristal que había roto. Ira por ella misma y sus malditos ataques de ira que no podía controlar... e ira por Billie. Porque no le había hablado después del incidente. Porque simplemente se había ido de la cafetería sin siquiera agradecerla o comentarle algo por defenderla del tío ebrio. Sí... eso definitivamente la tenía cabreada. Necesitaba al menos un "gracias" de su parte que la reconfortara. ¿Qué no lo notaba? ¡Había hecho esto por ella, joder! ¿Qué hubiera preferido? ¿Qué dejase que la tocara? Esto era tan malditamente confuso.
El viento sobre su cara, la velocidad, la adrenalina y la música fuerte no le dejaron pensar... pero siempre podía llegar a una muy buena conclusión: las mujeres eran un completo acertijo.

Se detuvo en una tienda y compró varias cervezas y cigarrillos. Era un buen día para emborracharse solo, tal vez... o solo olvidarse de todo lo que había pasado...

Subió al auto y volvió a manejar sin rumbo alguno.

Hace tiempo no tenía estos escapones donde podía ser ella misma. Y como los necesitaba... el jodido trabajo, las relaciones sociales, la presión y hasta su relación con Marie la tenían molida... no era ella... o al menos eso sentía.

Ahora tenía un buen puesto, dinero y la mierda que quisiese... pero no la que deseaba realmente... otra vez volvía a recriminarse a ella misma que esta no era ella. Que sí. Que extrañaba la adrenalina, el miedo, el poder, sentirse dueña del mundo armando un par de robos en cualquier banco del mundo... manejar un arma, apuntar y hasta incluso extrañaba disparar.

¿Quién podía sentir esa necesidad también?...

Tentation podía ser mierda. Pero era una mierda que exigía que alguien más la necesitara. No se trataba solamente de llegar y robar un banco de un día para otro. Se necesitaba preparación. Se necesitaba estudiar. Se necesitaba ser el mejor. Se necesitaba divertirse. Reírse durante el proceso y pasarla de puta madre. Se necesitaba ser inteligente. Armar rutas y hackeos de códigos. Se necesitaba vigilar, estar alertas. Pero sobre todo... se necesitaba ser valiente y tener las agallas suficientes para enfrentarte a todas esas personas que luchaban contra el mal. Necesitabas agallas y huevos... si se puede decir, para enfrentarte al mundo... que siempre... si escogías el camino Tentation, estaría en tu contra.

Encendió un cigarrillo y fumó lento. El humo se desprendía de su boca y se desvanecía por el viento que arropaba su rostro.

Y la noche parecía hablarle. Parecía exigirle algo...

Conducía sin rumbo y aun cabreada por todo el incidente... "¡el incidente que tú misma ocasionaste!" ¿Billie estaba esperando a que se disculpara? "Por supuesto que sí, gran idiota".

Quiso tirarse de un edificio alto mil veces antes de hacer esto.

Marcó el número de Billie y esperó a que alguien hablara en la otra línea.

- ¿Qué? – respondió ella. _______ enarcó una ceja. Otra vez ese carácter...

- No puedo creerlo, ¿estás cabreada?

- Te juro que no tengo ganas de hablar de todo esto ahora ¿vale? Necesito dormir. – su voz se escuchaba ligeramente tensa. Sí. Estaba muy... muy cabreada.

- ¿Por qué estás molesta? – insistió _______. Introdujo el cigarrillo entre sus labios y aspiró.

- Que te den _______. Estoy muy, muy cabreada contigo esta vez.

Y colgó

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Tentation 3 (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora