𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎

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Maratón 4/4

-Preparaos, estarán a la que salta

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-Preparaos, estarán a la que salta.-avisó Edward.

-¿A qué te refieres? -quiso saber Alice.

-Silencio -le advirtió; luego, la miró de pasada cuando dirigía la vista en dirección a la oscuridad.

De pronto, el círculo informal de los Cullen se estiró hasta forma una línea flexible en cuya punta estaban Jasper y Emmett.

Jasper me puso detrás suyo en señal de protección mientras a mi lado Frida se puso en alerta.

Entrecerré los ojos para estudiar el bosque, pero no vi nada.

-Maldita sea -masculló Emmett en voz baja-, ¿habíais visto algo así?

Esme y Rosalie intercambiaron una mirada. Ambas tenían los ojos desorbitados por la sorpresa.

-¿Qué pasa? -susurré lo más bajito posible-. No veo nada.

-La manada ha crecido -me susurró Jasper.

No tenía visión en la oscuridad ya que mis alas iluminaban.

Agucé la vista para distinguir a los lobos en la penumbra. Finalmente, algo titiló en la oscuridad, y eran sus ojos, aunque a mayor altura de lo esperado. Eran altos como caballos, sin un gramo de grasa, todo pelaje y músculo, y unos dientes como cuchillas, imposibles de pasar por alto.

Sólo lograba verles los ojos. Mientras escrutaba las sombras en un intento de distinguirlos mejor, caí en la cuenta de que había más de lo esperado. Uno, dos, tres... Conté mentalmente los pares de pupilas a toda prisa.

Eran diez.

-Fascinante -murmuró Edward en un susurro apenas audible.

Carlisle avanzó un paso con deliberada lentitud. Fue un gesto lleno de cautela, destinado a insuflar tranquilidad.

-Bienvenidos -saludó a los lobos, aún invisibles.

-Gracias -contestó Edward con un tono extraño y sin gracia. Entonces, comprendí de inmediato que las palabras procedían del Alfa.

Estudié los ojos relucientes situados en el centro de la línea de pupilas; brillaban a mayor altura que el resto. Seguía siendo imposible distinguir la figura negra del lobo gigante en la oscuridad.

Edward volvió a hablar con la misma voz distante, reproduciendo las palabras del alfa, el cual se llama Sam .

-Venimos a oír y escuchar, pero nada más. Nuestro autodominio no nos permite rebasar ese límite.

-Es más que suficiente -respondió Carlisle-. Mi hijo Jasper goza de experiencia en este asunto -prosiguió, haciendo un gesto hacia la posición de Jasper, que estaba tenso y alerta, todavía cubriéndome con su cuerpo -. El nos va a enseñar cómo luchar, cómo derrotarlos. Estoy seguro de que podréis aplicar esos conocimientos a vuestro propio estilo de caza.

faitytale | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora