Parte 8 ☕

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Nota: según lógicas, nos estaríamos ubicando en un 16 de septiembre, pero esto lo escribí en el cumpleaños de Jungkook. I'm sorry

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Parecía que el pronto otoño venía acompañado de ventiscas incesantes  que sacudia los árboles con sus ojos secas, haciéndolos bailar en el aire hasta caer en el suelo, donde seguían amontonadas como cada mañana.

Jungkook aspira el aire que lo rodea, tan fresco y puro, y continúa su camino dando brincos de felicidad. Aquella mañana despertó con un presentimiento muy bueno así que se mantuvo positivo hasta el momento, esperando que pasará ese algo que hiciera su día diez veces mejor. Su abuelo le dijo, incluso, que las buenas energías traían cosas buenas, y que aquel día todo parecía resplandecer para él ¡y el abuelo Jeon nunca se equivocaba! Ademas de todo eso, su hermano le dio el día libre, alegando que en temporada de exámenes no recibía a tantos estudiantes así que podría abrir un poco más tarde o permanecer cerrado sobre todo porque Clara tenía una cita con el doctor para una resonancia magnética. Por un momento le desánimo, creyendo que quizás Hoseok se había olvidó de eso pero se alentó pensando en que quizá su hermano sólo iba muy apurado para pensar siquiera.

Aún así, nada, pero nada, lograría echar a perder su día especial.

A lo lejos vio un montón de hojas apiladas, miró hacia sus alrededores sin encontrar a nadie y corrió hacia allí a toda marcha, sin poder detener sus piernas cuando se llevó por delante a alguien que pasaba también corriendo por allí y el resultado final fue que cayeron juntos sobre las hojas.

Todas y cada una de ellas se esparcieron por doquier, creando una especie de lluvia a sus alrededores. Jungkook tenía las mejillas rojas, porque había aterrizado sobre el pecho de nadie más y nadie menos que Taehyung, que además lo sujetaba meticulosamente por la cintura, sus dedos haciendo tacto con su piel por la ropa que se había levantado un poco sin que se diera cuenta. El pelirrojo sacudió su cabeza, quitando algunas hojas que habían caído sobre su cabello, quedado todo desordenado, y tras parpadear se fijó en los ojos marrones y destellantes de Jungkook.

Por un segundo, el mundo se detuvo para ambos, como si los posicionara en aquel lugar con una razón. O eso se hubiera atrevido a decir Jungkook, sí no estuviera en un shook cósmico.

-¿Jungkook?

-¡Hyung!

Se apartó bruscamente, golpeando el pecho Taehyung con su codo, quitándole un poco el aliento.

Quizá había utilizado todas sus buenas vibras en un instante hasta terminarlas.

-¡Perdóname, hyung!

Luego de ponerse de pie le extendió su mano a Taehyung, que la tomó casi riendo dejando a Jungkook aún peor.

-Dios, ¿qué estabas haciendo antes? Creo que volamos como mínimo tres metros.

Las mejillas de Jungkook seguían encendidas y Taehyung se habría dado cuenta si no estuviera tan concentrado en quitarse de encima todas las hojas que se habían pegado a su ropa.

-Yo...

-¿Acaso ibas a saltar sobre las hojas, Jungkookie-ah?

-Ah, bueno yo...

-Me agrada -dijo Taehyung, de repente, quitándole el aliento-. Me agrada que seas así.

-¿Cómo?

-Tan libre, gentil, y feliz.

Jungkook tuvo que morderse el labio para no soltar un gemido innecesario que lo llevara a derramar lágrimas como si hubiera comprado la última edición especial de su manga favorito.

Fotografías & Café | TaeKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora