Ni en un millón de años hubiera imaginado Hyun Ja que terminaría en una situación así con Dodo, precisamente con Dodo. Todo había empezado hacía apenas unos meses en que empezaron a verse más a menudo y a conocerse mejor, y siquiera sabía en qué momento había caído tanto por esa chica, o en qué momento esa chica había caído por ella, pero entre insinuaciones cada vez más directas, miradas y caricias, al final todas las piezas de dominó habían caído una tras otra y allí estaba ahora, sentada en el suelo de la piscina en la que solía entrenar, besándose con la chica más guapa del instituto.
Debía haber salvado un país en alguna vida anterior, porque, sino, no se creía su buena suerte.
La cogió de las mejillas y volvió a besar esos labios mojados. Dodo tenía los ojos rojos por el cloro y todo su pelo largo goteando. Ni un ápice de maquillaje y ni una prenda de ropa. No había forma de verla en un estado más natural, y Hyun Ja estaba convencida de que esa chica era la mujer más hermosa que hubiera visto en su vida.
Bajó sus labios al cuello de la chica y Dodo se rió, dando pie a que la jugadora seguir.
Dodo todavía no salía de su asombro tampoco. Si hacía pocas semanas le hubieran dicho que estaría así con alguien que no era Dior, que se sentiría así por alguien que no era Dior, jamás se lo hubiera creído. Ahora estaba allí, con la capitana del equipo de waterpolo, con esa mujer que a cada gesto conseguía hacerla reír, que a cada gesto lograba derretirle el corazón. Era una sensación nueva y era agradable. Era agradable sentirse así de libre, así de querida, dejar de sentir que el mundo se acabaría si perdía a Dior.
–¿Querrás venir al baile conmigo, Dodo? –le preguntó de pronto, consiguiendo que la animadora abriera los ojos y la mirara.
–Pensé que irías con Won Hee.
–Prefiero ir contigo, gatita –le contestó.
Y parecía algo simple con una respuesta simple, porque ¿cómo iba a decir que no a acompañar como pareja a la persona que la hacía sentir como si fuese la persona más importante del mundo, a la persona que la hacía sonreír como nadie la había hecho sonreír antes? Pero una voz en su cabeza transformó ese "gatita" de Hyun Ja en el "princesa" que Dior siempre le decía, con esa voz que ponía siempre Dior para referirse a ella, y de pronto no estuvo segura de qué se suponía que debía contestar.
De qué sentía por Hyun Ja, de qué sentía por Dior.
*
Won Hee abrió de nuevo la aplicación de mensajería y volvió a mirar el chat que mantenía con Sang Ah. Había tres mensajes sin contestar, dos eran de hacía cuatro días y uno de por la mañana. Un "Ey, ¿sigues viva?" donde podía intuirse la curiosidad de Sang Ah por haber pasado de cien a cero en segundos en su relación, pero que escondía una genuina preocupación a perder la amistad que tenían que Won Hee sí que no supo ver, aunque, en su defensa, aquello era lo que pretendía Sang Ah con ese mensaje tan insustancial y escueto.
Le había dibujado una efímera sonrisa en los labios el recibirlo de todas formas, porque le gustaba saber que Sang Ah no había perdido interés en ella solamente porque ella se había "olvidado" de responder sus mensajes. Las demás veces que vio el mensaje (porque eso de abrir el chat con ella lo llevaba haciendo varias veces cada hora desde que recibió ese último), lo que le había causado era un pinchazo de culpabilidad y otro tanto de angustia por no saber qué había en la cabeza de Sang Ah y qué era lo que quería la menor con ella.
Cuatro días, cuatro días hacía que Won Hee sabía que Sang Ah la había oído teniendo sexo con alguien más, el momento justo antes de que la menor empezara a tratar de acercarse a ella. ¿Y si era solo curiosidad? ¿Y si simplemente lo que Sang Ah quería era averiguar la identidad de su amante? ¿Y si solo buscaba verse envuelta en la misma situación con Won Hee que había escuchado? No importaba lo mucho que Min Ji le dijera que Sang Ah no era ese tipo de persona, no podía quitarse sus inseguridades de la cabeza.
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Curiosity Killed the Cat » fem!MONSTA X
RomanceEn aquel instituto todo solía estar en equilibrio hasta que la capitana de las animadoras se lesionó y empezaron a ocurrir cosas extrañas. Dior no sabía que terminar con una pierna escayolada le haría darse cuenta de tantas cosas a las que nunca hab...