Little Masks #5

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El balón de waterpolo volaba de un lado a otro y el agua salpicaba por todos lados. Estaban nadando todas de un lado para otro mientras la entrenadora daba vueltas alrededor de la piscina, en medio de ese entrenamiento que se estaba haciendo muy largo porque las cosas no estaban saliendo como se suponía que debían.

Habían perdido los dos últimos partidos y, aunque eran contra equipos que estaban de los primeros, a todas les daba la sensación de que podrían haber hecho mucho más. Ahora había empezado el desánimo, y estaba repercutiendo en el rendimiento de todas. "Necesitamos ganar ya" pensó Hyun Ja mientras retenía el balón que acababa de tratar de meter Won Hee en la portería. Al menos parecía que la de piel pálida mantenía el ritmo, pero estaba claro que ella sola no podía arrastrar a todo el equipo, y la frustración de no poder hacerlo estaba empezando a pasarle factura.

Al terminar el entrenamiento, todas parecían especialmente agotadas. Había sido más que duro y ahora había unas pocas chicas en las duchas y la mayoría sentadas en los bancos de los vestuarios tratando de recuperar el aliento.

Hyun Ja entró la última porque había estado ocupada hablando con la entrenadora, y nada más se coló en los vestuarios el silencio sepulcral que había dentro pareció hacerse aún más intenso cuando todas (absolutamente todas), se giraron a mirar a su capitana.

Ella ya se lo esperaba, y las miró a todas, una por una, antes de quitarse el gorro y respirar hondo.

–Chicas, necesitamos ponerle más ánimo a esto. Estamos las segundas de la tabla pero las primeras se nos están escapando. Ellas también perdieron la semana pasada, lo que es un respiro, pero no podemos depender de la buena suerte eternamente –les dijo. Todas menos Won Hee y una de las laterales agacharon la cabeza en un gesto de frustración y culpabilidad, y Hyun Ja suspiró aliviada al verles los ojos a esas dos. Parecía que tenía un par aliadas que no se habían rendido todavía–. Este sábado vamos a ganar –dijo, consiguiendo la atención de todas.

Sabía que si perdían esa estrategia suya iba a hacer que el golpe a recibir fuese peor, pero confiaba en que les diese el ánimo suficiente como para esforzarse al máximo hasta el final. Dios, si perdían otra vez quizá hasta ella daba la temporada por perdida.

Había sorpresa en los ojos de todas y una sonrisa en las dos chicas que no habían bajado la cabeza en ningún momento.

Cuando Won Hee se levantó y se acercó a su capitana para darle un abrazo, todas la persiguieron con la mirada.

–Claro que vamos a ganar –dijo Won Hee, completamente convencida mientras las miraba a las demás.

"Maldita sea, jugamos contra los antepenúltimos, más os vale que ganemos" añadió dentro de su cabeza sin llegar a verbalizarlo. Dios, estaba enfadada, estaban yendo de mal en peor y necesitaba que cortaran esa mala racha ya.

A esas palabras de ánimo las siguieron otras de Hyun Ja, y luego se sumó aquella lateral, luego una extremo y así poco a poco todas estuvieron cantando, chillando y animando hasta que el ambiente en el vestuario se volvió algo festivo aunque de momento no hubiera nada que celebrar.

En algún momento, Hyun Ja se subió a uno de los respaldos de uno de los bancos dobles y, colgándose de los percheros, consiguió al estar en alto volver a captar la atención de todas.

–Cuando ganemos este sábado –les dijo, sin condicionales–, nos vamos a ir de fiesta a beber y beber hasta que salga el sol. La primera ronda va a mi cuenta –añadió, y solo hizo falta eso para que el ambiente en el vestuario se hiciera todavía más festivo de lo que ya era.

*

Un lápiz de ojos, una barra de labios, un teléfono y un billete de veinte dólares: esas eran todas las pertenencias de Dodo en ese momento. Un carmín mate adornaba sus labios, sus pestañas largas y negras por el rímel, su eyeliner en su párpado superior y el contouring casi perfecto. Tal vez demasiado perfecto.

Curiosity Killed the Cat » fem!MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora