Capítulo 10

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Max

No me he concentrado ni un segundo desde que he visto como Conrad se ha colocado al lado de Miranda. Estoy perdiendo poco dinero, pues directamente paso en la primera jugada y solo pierdo la apuesta mínima. Pero aunque fuese perdiendo mucho dinero tampoco podría aunque quisiera despegar mi vista de Miranda.

No puedo evitar sentirme como un gilipollas al no prestar atención a lo que estoy haciendo, ni a Katia que no deja de recriminarme que estoy en babia, por estar mirando disimuladamente a una chica que no me soporta y a un tío que solo busca joder a la gente.

—No has intentado si quiera jugar una partida, ahora que ella está sentada aquí espero que al menos te centres.—Katia hace que me gire para mirarla.

Me ha hablado cerca del oido para que nadie más le escuchase, pero aun así le miro enfadado por haberme dicho eso. En verdad no es por lo que me ha dicho, más bien estoy cabreado conmigo mismo por ser tan evidente y dejarme ver tan vulnerable ante una chica.

Estoy incomodo, por tenerla a ella detrás de mi y por no dejar de fijarme en Miranda y Conrad.

—Katia a lo mejor es porque me incomodas.—Le espeto y me siento mal al instante, cuando veo como su rostro se endurece.—Perdona, no es tu culpa, estoy incomodo en general.

—Pues que no te incomode, esa chica no ha dejado de mirarte, pero si ha elegido al rapado ese que parece sacado de una película de narcos y traficantes, allá ella, se pierde a un gran chico como tú.

—Si no es por eso, puede hacer lo que quiera, pero ese chico no es bueno para ella.

—¡Te gusta!—Me mira emocionada y me da un golpecito en la pierna con una sonrisa de oreja a oreja.

—No me gusta y deja ya el tema o nos van a escuchar todos.

—Esta conversación sabes que no se va a quedar así, por fin entiendo que no hayas intentado nada conmigo, podrías habérmelo dicho antes y no hubiese estado haciendo el ridículo cada vez que me he acercado a ti.

—Katia podemos dejar ya el tema, o voy a terminar por peder todo el dinero con el que he venido.

—Si claro ahora cúlpame a mi por no saber jugar y encima por embobarte por una chica.

Le miro de nuevo para ver si con un gesto es capaz de captar que quiero dejar el tema ya que con palabras no me hace ni caso.

Por suerte el crupier reparte de nuevo y me intento centrar por primera vez en ver las cartas que me ha dado. Tengo buena mano y por eso apuesto subiendo la apuesta mínima. Después de que un par de chicos se retiren y que otros tres vean mi apuesta y la igualen, destapamos las cartas y tengo la mano ganadora.

Katia me zarandea y da pequeños saltitos atrayendo las miradas de la gente, pero yo solo me fijo en una en concreto. Me sorprendo cuando una de las veces que miro de forma disimulada, los veo acercarse. Miranda al ver que tengo la vista puesta en ellos, se gira hacia Conrad y le sonríe. Es lo único que necesito para ver que ella sigue interesada en él.

Intento centrarme en lo que me está diciendo Katia, pero ver que ella se sienta en una esquina y le pide al crupier entrar en la partida, ya es lo último que me faltaba para que mi concentración se vaya a la mierda.

No me pasa desapercibido los dos tíos que hay a unos pasos de Conrad, a uno de ellos lo conozco ya que estuve trabajando con él cuando pertenecía a la banda. No se si me ha visto, o si me ha reconocido, pero no quiero que se acerque y así llamar la atención de Conrad.

No quiero saber ya nada que tenga que ver con él o su grupo, pero tengo que tener tan mal ojo para fijarme en la que fue su novia y al parecer la causa por la que haya venido a la universidad y haya dejado de lado su imperio.

Mi tramposa favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora