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Jimin salió de la sala de ensayos, tratando de obtener un momento a solas. Caminó por los largos pasillos hasta llegar a las escaleras desiertas que conducían al piso de arriba y se sentó en la esquina, haciéndose lo más pequeño e invisible que podía.

Desenvolvió el pequeño envoltorio con cuidado, revelando unas galletitas de fresa, estaba por llevarse una a la boca cuando una voz muy conocida lo interrumpió.

—¿Huyes del ensayo para poder comer galletas, Jiminnie? —Hoseok lo observó con una sonrisa y después cambió su expresión a una de falsa molestia— ¿Es para no compartirme?

Jimin negó sonrojado, no esperaba ser descubierto... al menos no tan rápido.

—Solo necesitaba un poco de energía —se encogió de hombros y formó un inconsciente puchero.

Hoseok volvió a sonreír y caminó hasta sentarse al lado de su amigo, quien le ofreció una galleta y él la tomó gustoso.

—Dudo que estas galletas te den un poco de energía, pero al menos te subirán el ánimo.

—Ya te lo dije, no estoy triste, solo estaba cansado —replicó Jimin— hemos estado toda la semana ensayando sin descanso.

Hoseok suspiró y asintió desanimado, habían tenido una semana muy pesada, pero solo era porque estaban aprendiendo nuevas coreografías para su siguiente comeback, esperaba que entre más dominado tuvieran el asunto, más fácil les resultaría.

—Hablaré con el manager para que nos de un día libre... —se lo pensó un poco y volvió a hablar—. O quizás un medio día libre.

Ambos rieron; a ninguno les gustaba faltar a prácticas o tomarse descansos prolongados, porque inmediatamente ya estaban ideando la manera de reponer el supuesto tiempo perdido.

—Estaría bien un medio día libre —aceptó Jimin, aún sonriendo—. Podemos quedarnos en el dormitorio, ver películas y... pedir comida a domicilio, porque me da pereza cocinar.

—Entonces tenemos un plan —afirmó Hoseok, con su cuerpo llenándose de entusiasmo.

Una de las cosas que más agradecía era haber debutado con Jimin; se entendían y complementaban tan bien que habían terminado por formar un gran lazo de amistad, que estaba seguro, no quería romper nunca.

Ahora eran familia y la familia permanecía junta.

—Vamos, acábate tus galletitas para volver al ensayo.

Jimin asintió, comenzando a masticar más rápido y sacándole una pequeña risa a Hoseok.

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Hundred Miles | Jintae AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora