Había una vez una princesa que estaba encerrada en las celdas más oscuras del castillo, dónde no podía salir a flote sus sentimientos ya que si salían podría destruir el mundo entero o hacerlo perfecto y siempre ponía un escudo ya que si se daba a conocer todos sus sentimientos podría desatarse un miedo enorme en ella y eso le daba miedo y lo temeroso ahí es que si no lo intentaba no sabría que final llevaría el cuento uno feliz o uno desastroso.
Me llevo el protagonismo en esta historia.