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YoonGi soltó un suspiro cansado cuando relajó su cuerpo contra el sofá que reposaba en la sala del apartamento del menor, aunque no lo dijera estaba bastante cansado, no había podido dormir bien en la noche, se sentía asfixiado ante los constantes recuerdos y malentendidos que se habían adueñado de la relación que sostenía o intentaba sostener con Park Jimin y aunque quisiera dar vuelta a la página y olvidar todo lo más pronto posible, también quería experimentar la nueva sensación que parecía tomar más fuerza cada vez que veía al pelinegro.
Le gustaba. Eso era un hecho.
Le gustaba para algo más llevadero que ligues de una noche y polvos por necesidad carnal, quería tenerlo, conocer cada pequeño detalle del pequeño idiota que había llamado su atención desde el primer momento en que lo había visto. Y sabía que también le gustaba a Park, o que por lo menos, no le era tan indiferente, sin embargo; también estaba consciente de que no sería nada fácil.
— Lo siento, me duele un poco la cabeza. — La voz del contrario lo sacó de su ensoñación mientras veía a Jimin caminar hasta la sala en una práctica bata de baño, ni más ni menos. YoonGi arqueó la ceja ante la vestimenta del otro pero Jimin le ignoró hábilmente.
— Tienes unas pastillas en la mesa y agua, son buenas. — Mencionó YoonGi señalando lo antes mencionado sobre la mesita que estaba de adorno en la sala. Jimin asintió tomando el vaso con una de las pastillas para posteriormente tomársela. — Puedo irme y hablamos después. — Sugirió de forma educada. Jimin negó casi de inmediato.
— ¿Estás bromeando? Pasaré todo lo que queda del día mortificándome por mis tontas acciones. — Gruñó. — Solo tengo que tomar estas pastillas y te aseguro que me sentiré mejor.
— Y vestirte. — Agregó YoonGi. Jimin arqueó la ceja mientras veía su bata.
— Estoy en mi apartamento y quiero estar cómodo, no creo que eso te moleste. — Expresó Jimin de forma inocente. YoonGi rió.
— No me molesta, posiblemente me desconcentre y es lo que menos quiero. — Jimin le observó divertido mientras se levantaba del sofá y veía retadoramente al pálido.
— ¿Lo pongo nervioso doctor Min? — Preguntó disfrutando segundo a segundo de la mirada intensa que estaba recibiendo por parte del contrario. YoonGi suspiró levantándose de su asiento para llegar hasta el menor de ambos. — ¿Le gusta lo que ve? — Preguntó de forma atrevida.
— No lo sé, eso depende chico heterosexual. — Mencionó burlón el pálido mientras veía con intensidad al pelinegro. Jimin parpadeó como si algo hubiese roto la esencia del momento y YoonGi no pudo hacer más que reír ante el bochorno en el rostro del menor.
— Iré a ponerme una ropa. — YoonGi se encogió de hombros.
— Puedes venir desnudo si quieres, no me quejo. — Mencionó divertido el pálido. Jimin se detuvo a mitad del camino mientras negaba.
