Eddward se levantó como era acostumbrado, tan temprano como el sol resplandecía en el cielo. Termino presionando con su palma al despertador a su costado, un par de minutos antes de que este pudiera sonar. Se sentó en el borde de su cama estirando ambos brazos al aire seguido por ladear su cuello hacia lados.
— Un nuevo día Eddward — se dijo para sí mismo antes caminar al baño, se lavo su rostro y cepillo sus dientes, se observó en el espejo unos segundos contemplándose, abrió el gabinete del espejo y saco un frasco, de este sacó una pastilla azul la cual ingirió con sequedad sin la necesidad de algun liquido ayudara a tragarla, soltó una mueca de desagrado por el sabor amargo que proporcionaba. Molesto salió del baño para ir a su armario.
Luego de colocarse su ropa habitual, bajo a la plata baja y caminó a la cocina donde había una nota pegada al refrigerador, se veía arrugada y vieja sin contar con unas manchas de humedad en algunas zonas. Su mirada se detuvo a leer aquella caligrafía perfecta "Come bien y ten un buen día cariño", su rostro era completamente indiferente ante esa nota que día tras día leía, en muchas ocasiones quiso retirarla y deshacerse de ella. Estiró su mano con intención de tomarla más un sentimiento nostálgico se lo impedía. Suspiró con pesadez antes de abrir la puerta y sacar un plátano llenándose de las proteínas necesarias para iniciar con su rutina del día.
Al salir no pudo ver a nadie, más que su buen vecino, Rolf, cargando cajas de frutas y hortalizas a su camión, era común verlo a estas horas trabajando, después de todo es un chico cuya familia se ha dedicado a la agricultura. El europeo le dedico una sonrisa antes de continuar con lo suyo, a Edd le fue completamente indiferente su acción, no eran más que simples vecinos que se veían al salir de sus hogares y en ocasiones saludarse, nada más, nada menos. Coloco sus audífonos y reprodujo su lista editada de música clásica antes de comenzar a trotar.
(***)
Un ligero sollozo se escuchaba desde el sótano, un joven alto y un poco fornido se encontraba viendo a la pared, su rostro mostraba neutralidad, más sus ojos reflejaban una enorme tristeza y vestigios de lágrimas que marcaban una ruta que bajaba por su mejilla antes de perderse al final de esta. Su aparente habitación se encontraba en completo desorden, una cama desatendida con manchas de aparentemente sudor, algunos comics rasgados regados por doquier y un hoyo en la pared debido al golpe de algún objeto contundente. En sus manos llevaba un caballo de juguete, este era de color rosa y tenía una "S" en su costado. El chico la acariciaba como si de una mascota se tratase.
La puerta se abrió haciendo un rechinido, la luz exterior revelaba la sombra de una figura obesa, está comenzaba a bajar las escaleras que rechinaban violentamente tras cada pisada que daba. Él chico comenzó a apretar sus dientes, sus ojos se cerraron fuertemente y sus manos temblaban un poco.
— ¡Para de una maldita vez! — Grito con enfado dándose la vuelta y ver a la señora un poco atemorizada — Tía, yo- lo siento — se disculpó con calma mirando nuevamente la pared con la cabeza baja.
— Tranquilo Ed, te perdono tesoro — hablo con dulzura la señora acercándose a su sobrino y abrazarlo entre su abundante pecho, ya era una costumbre sus arranques de iras por las mañanas, era algo que no podía culparlo, no del todo — ¿Quieres desayunar? — preguntó separándose un poco.
— ¿Quesadillas con salsa? — preguntó.
— Así es cariño — respondió con una sonrisa antes de subir las escaleras seguido por Ed.
(***)
El chico caminaba con molestia al baño maldiciendo, a diestra y siniestra, hoy era el primer día de clases y debía presentarse con su estado actual, comenzó a observar su reflejo en el espejo del baño, para exactamente al vendaje que se encontraba en su rostro, cercano a su barbilla y cruzando su mejilla derecha. Comenzó a retirarlo con lentitud, esperando que su recuperación no haya dejado ninguna marca, lástima que no fue así — Maldición — maldijo al ver la enorme cicatriz que tenía marcada en forma de tajo.
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Tragededs
FanfictionEl pasado atormenta las vidas de las personas, pasados que dejan cicatrices permanentes en las consiencias de las personas; un abandono, una perdida, uan pelea, un abuso y un largo etc... Son algunos sucesos que pueden dejar marcado de por vida, una...