Al día siguiente, Tom despertó desconcertado, tenía una fuerte resaca y ni siquiera recordaba dónde había estado con anterioridad. Se sentó lentamente para poder ubicar mejor el lugar; aún se encontraba aún en la casa de Jon, específicamente en una de las tantas habitaciones del lugar. Pero no estaba solo, en el sofá a un lado de la cama se encontraba Joey, el rubio aún dormía, tenía los labios entreabiertos y recargaba su cabeza en uno de sus brazos.
Tom sonrió inconscientemente y posteriormente se levantó de la cama segundos antes de caer al suelo. El azabache se levantó teniendo más cuidado de no volver a caerse e intentó no despertar a la Barbie durmiente.
— Mierda. —Murmuró recargándose en el brazo del sofá al mismo tiempo que frotaba suavemente su cabeza con el dorso de la mano.
Tom se acercó silenciosamente a Joey para no despertarlo, se puso en cuclillas y observó su rostro más detalladamente. Por más que lo intentaba, no podía dejar de ver a Joey como una Barbie, tenía ojos azules, cabello rubio, la piel algo morena y labios rosados. Y por más que lo negara, a Tom le gustaba todo de él.
Se quedó observándolo por un rato más hasta que éste abrió lentamente los ojos. El azabache se levantó rápidamente para evitar que lo descubriera pero en el intento tropezó con sus propios pies y calló al suelo por segunda ocasión.
— ¿Estás bien? —Preguntó el rubio luego de soltar una carcajada. El contrario se quedó en el piso por unos segundos y luego miró al menor quien lo miraba esperando una respuesta.
— Sí, sí. —Dijo rápidamente mientras se sentaba y maldecía en voz baja por el dolor de cabeza.
— Noté que me estabas mirando. —Habló tranquilamente provocando que el mayor lo mirara nervioso.—Sentí tu respiración cerca y lo supe.—Se encogió de hombros con una sonrisa nerviosa. Joey trataba de ocultar sus emociones lo mejor que podía, y para su buena o mala suerte, Tom no se había percatado de ello.
— Lo siento. —Dijo desviando la mirada, pues sabía perfectamente cómo se ponía cuando se emborrachaba así que esperaba que el rubio lo regañara y lo mandara a la goma.
— No te preocupes, igual no dijiste mucho... solo que pensabas que era una Barbie y que...
— Okey, okey creo que sí dije mucho. —Interrumpió nervioso, ahora su rostro seguramente tendría un color rojizo, por lo que bajó la mirada sin saber que alarmaría al rubio.
— P-pero descuida, no me ofendiste ni nada, de hecho, me causó gracia. —Rió acercándose a Tom para poder abrazarlo ganándose una sonrisa y una mirada llena de cariño por parte del mayor.
— Me alegra no haber hecho alguna estupidez como suelo hacer. —Dijo sin borrar su sonrisa.
— Supongo que tienes resaca, ¿no es así? —Cambió de tema. Tom asintió lentamente con la cabeza.— Bueno, ¿qué te parece si preparo un té y lo tomamos juntos? —Preguntó amablemente. El contrario asintió con una sonrisa mientras se levantaba del suelo acompañado del rubio.
Ambos bajaron a la cocina donde se encontraban Jon, Richie y algunos invitados de la fiesta que aún dormían. Joey y Tom saludaron a la pareja y ésta les devolvió el saludo.
— ¿Cómo lograste controlar a la bestia de Tom cuando anda ebrio? —Richie preguntó dirigiéndose a Joey. El último mencionado de encogió de hombros y sonrió alegre.
— Pues... no se puso histérico o violento si es eso a lo que te refieres. —Respondió riendo internamente por la cara de gato mojado que traía Tom.
— Vaya, eso es un milagro. —Rió el castaño ganándose un codazo por parte de su pareja.
— Jon, ¿Me prestas un momento tu cocina? Es que a Tom se le antojó un té y me ofrecí a hacerlo. —Cambió de nuevo el tema sin dejar a un lado su sonrisa. El azabache se mordió el labio al mismo tiempo que sus mejillas ardían, pues Joey lo había expuesto de cierta manera.
— Claro. —Sonrió saliendo de la cocina para sentarse a un lado de Richie.
— Vamos Tom, no te avergüences de ser pasivo, quiero decir, Jon no lo hace. —Habló el moreno abrazando a su novio por los hombros, el vocalista de Cinderella se sonrojó fuertemente y acto seguido golpeó al castaño en el hombro.
—¡Y-yo no soy pasivo!—Exclamó cruzandose de brazos. Joey junto con los otros dos rieron haciendo que éste se sonrojara más.
Luego de unos minutos llenos de burlas amistosas entre Richie y Tom, Joey le entregó la humeante taza de té al pelinegro, acción que provocó el roce de sus manos y un sonrojo más del ojiazul.
— ¿Y para nosotros no? —Preguntó el guitarrista fingiendo estar ofendido.
— ¿Tienen resaca? —Respondió el rubio con el ceño fruncido mientras fingía confusión. La pareja se miró dando a entender que estaban discutiendo con la mirada para poder responder.
— No. —Jon respondió con una sonrisa, sabía cómo era Joey y una discusión no serviría de nada, más aún si el rubio menor le prestaba más atención a una persona en especial.
— Ya estoy mejor, gracias. —Tom habló tímidamente mientras ponía la taza que ya tenía menos de la mitad del contenido sobre la mesa. Joey lo miró con ternura mientras que los otros dos se besaban sin pena alguna.
Tom los miraba, no por celos, sino que por una cosa no tan diferente: los envidiaba porque ellos podían darse muestras de cariño en público sin tener que preocuparse por lo que les diga la gente.
Tom quería poder tener una relación como la de ellos, pero sentía que nunca llegaría.
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A veces pienso que esta historia da cringe, una disculpa.
debería pedirles que voten y comenten pero sé que aún así no lo harán así que, hasta la próxima, cuidense mucho uwu.
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Stoopid Barbie [Joey Tempest & Tom Keifer]
FanfictionLuego de conocerse en una fiesta organizada por Jon, Tom y Joey empezaron a conocerse mejor, pues ambos solo se habían visto en revistas, no sabían cómo era su voz fuera de los conciertos. Entonces, con el paso del tiempo, Tom comenzó a sentir "cosa...