Stoopid Barbie [Joey Tempest & Tom Keifer]

10. Regreso

Los meses pasaron, aquel "beso" se había olvidado completamente, y Cinderella volvía a Pensilvania, para así tomarse un largo descanso, o simplemente terminar con la banda.

El avión donde viajaba el grupo acababa de despegar y, en el momento en que se sentaron, cayeron rendidos en el asiento. La gira había sido un éxito, llevaban seis meses fuera, y en ningún momento Tom se olvidó de su amada Barbie. Tenía la corazonada de que Joey lo esperaba con los brazos abiertos, un nuevo álbum y muchos besos.

Ya quería llegar a Pensilvania.

— ¿Sabes qué día es hoy? —le preguntó Joey a Mic con entusiasmo, este negó— ¡hoy vuelve Tom! —chilló de alegría saltando en un pie. También estaba emocionado por el regreso de su enamorado y más que feliz.

— ¿enserio? —interrogó Ian, frunciendo levemente el ceño —creí que llegaba el Veintisiete... —murmuró frotando su barbilla con su mano derecha.

— ¡Hoy es Veintisiete! —siguió exclamando— ¡y ya está listo el álbum! —celebró aún más contento_ no puedo esperar para volver a verlo. Ya pasó mucho tiempo.

— Parece que vas a explotar —rió John, pues Joey no paraba de dar vueltas y saltar. El mencionado sonrió en su dirección.

Era obvio que el rubio vocalista había extrañado a Tom a pesar de tener a Prisoners In Paradise mayormente en su mente. Habían puesto mucho esfuerzo en ese álbum y estaban satisfechos por ello.

Decidieron ensayar mientras esperaban la llegada del azabache e ir a recibirlo al aeropuerto, así que tomaron sus instrumentos y tocaron algunas de sus canciones no tan populares.

Joey cantaba como si fuese la primera vez, y al igual que Cinderella, tenían planeado irse de vacaciones por un largo tiempo para volver a reunirse algún día.

Las horas pasaron con rapidez, que en un pestañeo habían pasado no más de cinco horas, Tom estaba por llegar al país y parecía que le saldría el corazón del pecho.

Pronto, la canción que tocaban en ese momento acabó, seguido de un largo suspiro contento de la banda.

Mientras tanto, el avión donde viajaba Cinderella aterrizó. Los integrantes de esta despertaron aún cansados, y un empleado los ayudó a bajar el equipaje del avión junto con ellos. Tuvieron que cubrir la parte superior de los ojos con la mano para evitar que el sol los dañase.

— De nuevo en Pensilvania —murmuró Tom mientras comenzaba a caminar.

Minutos más tarde los chicos se fueron en direcciones distintas, y Tom aprovechó esto para visitar a Joey y a Europe para darles la sorpresa. El corazón le latía acelerado, se sentía nervioso por volver a ver al rubio de nuevo, aunque sabía que no pasó demasiado tiempo.

El azabache agradecía internamente que Jon le haya dado la dirección del hotel donde se hospedaban los europeos, así todo saldría mejor.

Ya estando frente a la puerta de la habitación, dudó un poco en hacerlo, temía agarrarlo por sorpresa e incomodarlo. Soltó un suspiro y golpeó suavemente la puerta, esperando alguna señal de vida.

— ¡Tom! —sonrió el vocalista al abrir la puerta mientras extendía sus brazos para abrazarlo con fuerza— Me alegra mucho verte, estábamos por salir por tí.

— También me alegra verte, Barbie —sonrió de igual manera dándole un pequeño beso en la frente— ¿Puedo pasar?

— ¡Claro! — exclamó haciéndose a un lado.

Después de saludar a la banda, Tom tomó asiento en el sofá individual de la sala de estar, observando a su Barbie ir de un lado a otro con prisa.

Poco después, Joey se sentó al lado de su enamorado, le ofreció un vaso de agua y charlaron olvidándose de sus bandas.

— Joey —lo nombró, haciendo que lo mirara— ¿Podemos hablar afuera? —susurró ansioso. El rubio asintió levantándose del asiento.

Ambos aprovecharon que el resto de Europe estaba distraído para salir sin hacer ruido y hablar tranquilamente.

La pareja salió del hotel sin saber a dónde ir. Comenzaron a caminar tomados de la mano; Tom mordía su labio con inquietud, llamando la atención de su acompañante.

— ¿Que ocurre? —indagó mirándolo preocupado.

— Quería hacerte una pregunta —respondió. Joey apretó ligeramente el agarre en su mano, dando a entender que continuara— ¿Somos... —pausó un segundo, tenía los nervios al tope y temía regarla—...novios? —la risa del rubio empeoró sus nervios.

— Creí que ya lo éramos desde el beso —contestó sonriente. El azabache le causaba ternura en demasía, por lo que le era imposible enojarse con él—, pero si quieres pedírmelo formalmente no hay problema —rió colocándose frente al mayor y acariciar su brazo con dulzura.

— Bueno... —tartamudeó sintiendo calor subir por sus mejillas— ¿quieres ser mi novio? —murmuró con un brillo en sus ojos. La sonrisa del sueco aumentó mientras asentía con su cabeza frenéticamente, acercando sus rostros para sellar su amor en un tierno beso.

Luego de una pequeña sesión de besos, la pareja decidió dar un paseo por la ciudad, ir al cine o talvez conocerse mejor.

Pasaron el tiempo en cines, plazas comerciales y comprando vinilos mientas hablaban de sus gustos musicales.

Su amor era tan grande que cualquier persona lo notaría sin siquiera conocerlos.

Tiempo después, regresaron al hotel, donde Europe los esperaba con curiosidad por saber qué habían hecho en alrededor de cuatro horas.

— ¿Qué son estas horas de llegar, jovencitos? —cuestionó Ian con los brazos cruzados, tratando de imitar a una madre.

— Lo siento mamá, salí a pasear con mi príncipe azul —respondió dándole otro beso al azabache. Ian chilló cual adolescente felicitando a su mejor amiga.

— ¡Me alegro por ustedes! —habló Mic abrazando a la feliz pareja— sabía que se daría algo lindo entre ustedes —sonrió.

Aquella noche, la pareja durmió en la misma cama por primera vez.

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Buenas!
perdón por el capítulo corto y un brinco muy feo en la historia, pero la imaginación se me estaban acabando y con trabajos logré acabar este capítulo, que es el penúltimo (creo, porque no sé si el epilogo cuente) y pues nada, amé escribir esta historia shshd (creo que no debería dar agradecimientos en este capítulo así que-).
Gracias por leer¡! 💞